Adiós Sr.Alcalde
La imaginación al poder. Nuestros representantes locales siguen dando muestras de falta de imaginación y altura política. Están en el poder, no por méritos propios, sino simple y llanamente porque forman parte de unas listas cerradas elaboradas por las oligarquías orgánicas de sus respectivos partidos políticos. Aunque seguramente se necesita gran imaginación para ganarse el «puesto» en la lista o construirse la suya propia a imagen y semejanza.
Sea lo que fuere, lo cierto es que el vulgar sectarismo sigue siendo el alimento intelectual dominante.
La gestión política local de nuestro alcalde Rojas no es menor por la circunstancia de haber sido nombrado portavoz de su partido en el Parlamento de Andalucía. Si me apuran, por dicho motivo, es mayor. La conciencia andalucista, que no se le regalo a ninguno de nuestros representantes políticos locales, debiera provocar necesariamente un gesto de aprobación al hecho de haber sido nombrado, nuestro Alcalde, portavoz del grupo popular -que no se nos olvide, ganador en votos de las últimas elecciones- en referido parlamento. ¿Acaso desde tal instancia representativa de todos los andaluces, incluidos los motrileños, no se puede defender más y mejor los intereses de éstos últimos? ¿O es que nos presentamos a las elecciones andaluzas exclusivamente para copar cargos y tener empleados a nuestros amigos y colegas?.
Hubiera sido criticable el Sr.Rojas por abandonar la política de forma absoluta y dejar en la estacada a sus electores y compañeros de formación política. Pero presentarse como candidato por la provincia en las elecciones autonómicas -al igual que han hecho innumerables alcaldes de otras formaciones en otros tiempos- y acabar siendo parlamentario y portavoz de su grupo en la Asamblea autonómica, lejos de suponer una crítica debe ser una alabanza y un motivo de orgullo para cualquier ciudadano y ciudadana de Motril.
No me siento cercano de su ideología, Sr.Rojas, ni antes ni ahora ni, probablemente, mañana, de seguir Vd. donde está. Pero si su opción política valora en Vd. la capacidad necesaria para liderar las ideas y programas que los identifican como fuerza gobernante o de oposición de este Estado, incluidas las autonomías, tendré necesariamente que felicitarle por dos motivos, uno por su propia valía y otro por su origen. Qué duda cabe que éste último reconocimiento lo es más por orgullo de paisano que por cualquier otra cuestión. ¿Tanto cuesta reconocer al adversario político sus propios méritos.?
El riesgo de criticar TODO tiene la consecuencia de convertir las críticas válidas, con fundamento, en mensajes que no llegan a sus destinatarios con un mínimo de credibilidad. Dejar la alcaldía para ocupar puestos de mayor relevancia política, por lo menos desde mayor perspectiva territorial, quedando al frente del Municipio una gran sustituta y los mismos gestores públicos, con la ampliación de una gran mujer -como lo es la nueva concejala del PP-,¿ puede honestamente ser considerado como algo negativo y digno de crítica?. ¿Quién os va a creer cuando tengáis motivos serios para criticar a los responsables de gobierno del Consistorio?.
¿Acaso el acceso a representar al PP a nivel regional y quien sabe si como candidato a Presidente del Gobierno de Andalucía -y por qué no de España-, puede rebajar la vocación motrileñista de nuestro ya ex alcalde?.
¿Que pensarían Vds. si resultara que Carlos Rojas acaba algún día de Presidente de Gobierno -sin concretar ámbito-?, alguien miraría las hemerotecas y se partiría de risa al leer la crítica de nuestros conciudadanos políticos manifestando lo malo que fue al abandonar la alcaldía.
Yo ya me parto de risa. Y dedico mi más sincera felicitación a Carlos Rojas y a Motril por disponer de un paisano de su valía y, aunque no será con mi voto, le deseo alcance las más altas cotas de representatividad deseables y a ser posible que las ejerza bien.
Y si no las alcanza, estaré legitimado para criticarle si pretende volver a liderar al PP motrileño a la Alcaldía. Claro, que los demás seguramente también entenderán que lo están, ¿acaso la incoherencia no es la otra virtud intelectual de nuestros «líderes» políticos ?
