DE FISIOESTÉTICA Y POESÍA

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DE FISIOESTÉTICA Y POESÍA

Encarni Hidalgo -Fisioterapeuta Centro Naturalia Motril-

El tiempo no es algo estático,

el tiempo va avanzando lentamente,

no se detiene

y no va solo.

El tiempo va recogiendo anécdotas,

sensaciones,

experiencias,

buenos y malos momentos

que lo acompañan en su devenir.

Con el paso de los años,

esa mochila de vida que acarrea el tiempo

deja su huella.

Y así, sentimos la huella del tiempo

en nuestros hombros, en nuestra espalda

en nuestro diafragma, en nuestro rostro…

materializada en forma de contracturas,

de malas posturas, de ansiedad,

de miradas tristes y cansadas,

de sonrisas rígidas,

de arrugas que no nos gustan

y de dolor, dolor en el cuerpo, dolor en el alma.

¿Te imaginas que hubiera una manera

de borrar y de frenar el paso del tiempo

en nuestro cuerpo?

Quizás no exista una pastilla mágica

pero sí existe un método,

capaz de hacerte retroceder en el tiempo,

actuando sobre los tejidos afectados,

liberando emociones por traumas pasados

ancladas en la más profundo de nuestras fascias,

de nuestros músculos,

ofreciéndonos herramientas

para que el tiempo no deje huella,

para que el tiempo pase levitando sobre nosotros

Y ese método se llama FISIOESTÉTICA.

Esta forma poética de escribir sobre Fisioestética se la debo al escritor y poeta Ángel Juárez, presidente de la “Red Internacional de Escritores por la Tierra”.

Nos conocimos hace un par de años en Granada y como yo sabía que era escritor le comenté que, de vez en cuando, escribía algún artículo para El Faro Motril.

¿Por qué no te animas a escribir poesía? me dice. ¿Yo? le contesto. Es muy fácil, inténtalo. Sólo tienes que plasmar los sentimientos que te generen los acontecimientos del día a día. Dos años después ya he escrito unas cuantas poesías, poesías terapéuticas.

A veces se cruzan en nuestro camino personas que, con pocas palabras, dejan una impronta en nosotros que aún, sin ser conscientes, influyen en nuestro desarrollo como seres humanos.

En el mes de junio, como cada año, voy a la Feria del Libro de Madrid. Siempre llevo algún título en mente para comprar. Esta vez no.

Totalmente inmersa en el ambiente capta mi atención un libro de gran tamaño con fotografías espectaculares de “FAROS” (¡¡¡qué casualidad!!!). Faros de todos los colores, azules, rojos, amarillos, de todas partes del mundo. Faros situados sobre acantilados o rodeados de mares, mares en calma y mares bravíos, bajo cielos de azul intenso o con nubarrones tormentosos. Faros misteriosos, místicos, románticos. No lo compré, ¡tenía que haberlo comprado!

Sigo caminando caseta tras caseta. Me sorprende el apellido del autor que está firmando libros en una de ellas. Vleming, Vleming con V. ¿Qué escribes? le pregunto antes de ojear  sus obras. Escribo poesía, me contesta. Yo también escribo poesía, poesía terapéutica, he escrito tres. ¡¡Esto es lo que se me ocurre decirle a Ignacio Vleming, ganador del V Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena”!!

Le compro dos libros:

”La Revolución Exquisita” cuya dedicatoria dice:

“Para Encarni, esta revolución de la belleza”.

“Clima Artificial de Primavera”.

“Para Encarni, que busca la belleza y la inspiración”.

Cincuenta casetas más adelante me paro frente a un título: “El fin es solo un accidente”, y frente a un autor: José Manuel Lucía Megías, XLI Premio Nacional de Poesía y Catedrático de Filología Románica. Poesía, ¡cómo no!. He escrito tres poesías terapéuticas, le digo tímidamente. Compro su libro y muy amablemente, tras dedicármelo, me anima a seguir escribiendo. 

Da igual lo que hagas, da igual las decisiones que tomes y las veces que creas que te has equivocado. La vida, a modo de GPS, trazará un nuevo mapa de ruta hacia tu destino.

El Faro, la poesía terapéutica, la fisioestética,… el fin ¿es solo un accidente?.

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