«CASO MEMBRILLA»: LORCA NOS REVIVE

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Opinión.-

“Caso Membrilla”: Lorca nos revive

Agustín Martínez -Periodista-

La fecha del martes 5 de marzo, estaba marcada en rojo en el calendario. En el de quien iba a tomar posesión de su cargo como nuevo director del Patronato García Lorca, Antonio Membrilla; en el del presidente de la Diputación, Francisco Rodríguez, que lo había nombrado; en el de los pueblos lorquianos que hervían de indignación; en el de las asociaciones memorialistas, que no daban crédito a semejante infamia; en el de las sepulturas de Juan de Loxa y Alfonso Alcalá, quienes se dejaron la vida como directores del Patronato FGL; y en el de todas y todos los ciudadanos con un mínimo de sensibilidad, a quienes nos parecía de todo punto increíble, que alguien que niega la Memoria Histórica y arremete contra la familia de Federico, pudiera ser nombrado como responsable y custodio de los lugares lorquianos y de buena parte de su obra.

El martes se despertó frío y gris y a primera hora de la mañana, la voz del director del Instituto Cervantes y titular de la cátedra García Lorca de la UGR, Luis García Montero, sonaba alta, clara y durísima en el programa de más audiencia de la radio española, el Hoy por Hoy de Angels Barceló, asegurando que con este nombramiento, la custodia de la memoria del poeta, iba a estar en manos “de un señor sin compasión para las víctimas” y haciendo suyas las palabras de Unamuno, añadía que “a los golpistas del 36 les faltaba la fuerza de la razón y en eso siguen ahora sus herederos. Sin pudor alguno”.

Un par de horas después trascendía que la sobrina nieta de Federico, Laura García Lorca, miembro del Patronato objeto de la discordia, con toda la dignidad de que carecía la incalificable designación, había presentado su dimisión al presidente del mismo, de la Diputación y del PP de Granada, en disconformidad con el nombramiento como director, de quien se burla de una memoria esencial en la figura de Lorca.

Previamente las asociaciones memorialistas, partidos de izquierda y sindicatos habían convocado para el miércoles, una concentración de protesta en el Centro de Estudios Lorquianos, por el incalificable nombramiento de Membrilla.

Ante semejante cúmulo de bofetadas y no sabemos si “motu propio”, o por petición de la superioridad, quien ya se veía director del Patronato -no en vano iba a tomar posesión en solo unas horas-, presentaba su renuncia ante su jefe político, quien en un escueto comunicado informaba haber tenido conocimiento de la decisión del candidato Antonio Manuel Membrilla, de no tomar posesión como director del Patronato García Lorca, añadiendo que la institución continuaría el proceso para designar a su responsable entre el resto de aspirantes que se presentaron al proceso.

Se culminaba así la “semana horríbilis” de Francisco Rodríguez, quien debió pensar que si ya le había salido “bien” el impresentable nombramiento de Juan Manuel Moreno Bonilla, como hijo adoptivo de la provincia, también le iba a salir bien nombrar a un “coleguita” de partido para dirigir el Patronato García Lorca y miren ustedes por donde, el tiro le salió por la culata, metiéndose en un jardín que demuestra la osadía, la impunidad y sobre todo la ignorancia, con las que algunos altos cargos, pretenden hacer y deshacer en temas tan sensibles como este.

La noticia corrió como la pólvora en las redacciones nacionales y desde ese momento, Granada volvió a ser noticia “ubi et orbe”… Para mal. Nadie daba crédito de que, por un segundo, a alguien se le hubiera podido ocurrir que semejante chaladura pudiera ser una buena idea y sobre todo que tamaña astracanada podría colar entre la sociedad granadina en particular y en el mundo de la cultura en general.

Alguien que quiera bien a Francisco Rodríguez debería recordarle que Federico García Lorca es después de Miguel de Cervantes, el autor español más conocido, más traducido en el mundo y sobre el que se han escrito más libros y biografías y que por lo tanto no puedes poner la gestión de su legado y de los lugares de su vida, las casas en las que nació, vivió su infancia y creó algunas de sus obras maestras, en manos de cualquiera y menos que en las de cualquiera, en las de un personaje que se burla de algo tan trascendental como la Memoria Histórica, que lucha por aflorar hechos y circunstancias como el asesinato del propio Federico, cuyos restos, por cierto, siguen en paradero desconocido. Haría bien Francisco Rodríguez en tentarse la ropa en su segundo intento de nombramiento de director del Patronato, que solo debería responder a un requisito: que el candidato o la candidata conozca a Lorca, ame a Lorca, respete a Lorca y sepa todo lo posible sobre Lorca

El “Caso Membrilla” nos ha enseñado algunas cosas. La primera, que la gestión de nuestras instituciones le viene tremendamente grande a alguno de sus responsables y la segunda que la movilización política, mediática y social, sí que rinde frutos, sobe todo si la causa que la motiva está por encima de intereses partidistas y particulares.

Pongámonos pues las pilas, porque si bien es cierto que ahora hemos conseguido parar semejante desafuero, tenemos varias espadas de Damocles que penden sobre el futuro de elementos estructurales para esta ciudad, como el Parque de las Ciencias, la Orquesta Ciudad de Granada y el papel de vanguardia tecnológica de la mismísima Universidad. Si vamos todos a una, como ahora, será más difícil que desde las poltronas de Niñas Nobles, o del Palacio de San Telmo, nos intenten colar otros casos Membrilla.

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