EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA

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Domingo, 9 de octubre de 2022

Antonio Gómez Romera

EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA: EN EL 55 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL CHE GUEVARA

Foto de Ernesto «Che» Guevara de la Serna, 1.928 – 1.967

Hoy se cumplen 55 años (lunes, 1967) de la muerte en La Higuera (Pucará- Bolivia), del líder guerrillero argentino-cubano “Ché” Guevara (Ernesto Rafael Guevara de la Serna, Rosario, Argentina, 14 junio 1928), a los 39 años de edad.

Antecedentes

Antes de su llegada a Bolivia, en noviembre de 1966, Ernesto «Che» Guevara ha estado al mando del fallido intento de instalar un foco revolucionario en el Congo (África), entre el 24 de abril y el 21 de noviembre de 1965. Tras un acuerdo con Fidel Castro, «Che» elige Bolivia para establecer una base de entrenamiento y desarrollo de la guerrilla con el objetivo final de bajar hasta la Argentina, su país natal. Bolivia, sin salida al mar, es el país más pobre, más analfabeto, más rural y más inestable
de Latinoamérica, con más de 190 cambios de gobierno desde que llegó a ser una
República Independiente en 1825, aunque hasta 1847, España no reconoce su
independencia. Y lo hace con la firma del “Tratado de reconocimiento, paz y amistad”.

En la carta que dirige Ernesto “Che” Guevara a sus padres en 1965, reconoce que “otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante; vuelvo al camino con la adarga al brazo… puede ser que esta sea la definitiva…”. “Los enlaces cubanos que actuaban con un pequeño grupo de reclutas bolivianos provenientes del Partido Comunista de Bolivia (PCB), le habían presentado al Che tres opciones como base guerrillera: el Alto Beni, vinculado con la frontera peruana, el Chapare en el corazón del país, y una zona casi despoblada y de vegetación abrupta a orillas del río Ñacahuasu, afluente del río Grande, en el sudeste boliviano. Según reconoce Carlos Soria Galvarro, en “Andares del Che en Bolivia” (2014), al parecer, el Che elige Ñacahuasu por su proximidad con Argentina, donde soñaba regresar”.

 Con un pasaporte uruguayo a nombre del empresario Adolfo Mena González, llega a La Paz el jueves, 3 de noviembre de 1966; se aloja en el Hotel Copacabana y, tras contactar con los enlaces cubanos, a los 4 días, el lunes, 7 de noviembre, está ya en su primera base de operaciones, en Ñancahuazú, situado en un cañón entre las serranías de Pirirenda, al este, y las serranías de Incahuasi, al oeste. Anota en su Diario: “Hoy comienza una nueva etapa. Llegamos a la base de noche. El viaje fue bastante bueno“. Una de las ideas que el «Che» desarrolla es la teoría del “foco” revolucionario, modelo de Revolución que quiere llevar a la práctica, que se inicia por una pequeña vanguardia de guerrilleros sin recurrir a grandes organizaciones para sostener la insurrección armada. Para su plan en Bolivia, elige a Tamara «Tania» Bunke (1937-1967), como enlace con las fuerzas locales. El foco guerrillero tiene graves problemas para establecer un contacto con el Partido Comunista Boliviano, liderado por Mario Monje Molina (1929-2019). El pequeño ejército guerrillero, en su momento más alto está compuesto por 29 bolivianos, incluidos 4 dados de baja y 2 desertores, 16 voluntarios cubanos, 3 peruanos y la argentino-germana Tamara Bunke (“Tania”), cuya misión de enlace urbana queda frustrada al quedar atrapada en el monte por el inicio de las acciones. En situación de “visitantes”: el artista argentino Ciro Roberto Bustos Marco (Mendoza, 29 marzo 1932-Malmö, Suecia, 1 enero 2017) y el intelectual francés Jules Regis Debray (París, 2 septiembre 1940). El jueves, 16 de marzo de 1967, los mineros de Huanuni, Vicente Rocabado Terrazas («Orlando») y Pastor Barrera Quintana («Daniel «) desertan del grupo del dirigente minero Moisés Guevara, que habían dejado atrás. Se entregan a las autoridades bolivianas en Camiri, donde son interrogados y dan información sobre la guerrilla y su ubicación. Una semana después, el jueves, 23 de marzo de 1967, comienzan las dificultades para el grupo insurgente en Ñancahuazú. La base de operaciones es descubierta por el ejército boliviano, asesorado por enviados militares de Estados Unidos.

Dibujo del «Che» Guevara.

La guerrilla libra su primera batalla: emboscan a un grupo de soldados bolivianos, matan a 7 y atrapan a 18. El lunes, 17 de abril, con la idea de acercar a Debray y Bustos a la población de Muyupampa para que abandonen la guerrilla, la Vanguardia al mando del “Che”, se desconecta de la Retaguardia, dirigida por “Joaquín”,  (comandante cubano, Juan Vitalio Acuña Nuñez, Purial de Vicana, Sierra Maestra, Cuba, 27 enero 1925-Vado de Puerto Mauricio, Bolivia, 31 agosto 1967, Segundo Jefe Militar de la guerrilla y Jefe de la Columna de la Retaguardia). El jueves, 20 de abril, Debray y Bustos son capturados y torturados por el ejército boliviano. A Debray le golpean con un martillo. Bustos confiesa cuando le muestran fotos de sus hijas. Admiten que el “Che” está en Bolivia, suministrando información sólida, por primera vez, de lo que sospechaban los gobiernos de EE.UU. y Bolivia.

Entre marzo y agosto, las acciones parecen favorables a la guerrilla. En total hacen 49 bajas a las tropas regulares (2 tenientes, 3 subtenientes, 5 suboficiales, 33 soldados, 1
guardia policial y 5 guías civiles). Ambos grupos, Vanguardia y Retaguardia, peregrinan los meses siguientes sin encontrarse, hasta que el jueves, 31 de agosto, la columna de “Joaquín” es exterminada por la VIII División de Ejército Boliviano al mando del capitán Mario Vargas Salinas, en el Vado de Puerto Mauricio, acción conocida erróneamente, como Vado del Yeso. Además, «Tania» también pierde la vida, emboscada con otros guerrilleros, cuando están vadeando el cauce del Río Grande. El principio del fin de la aventura boliviana del «Che es un afiche pegado en las paredes de las ciudades más importantes del país. Dice: “$b. 10.000 (diez millones de pesos bolivianos) por cada uno vivo. Estos son los bandoleros mercenarios al servicio del castrocomunismo. Estos son los causantes de luto y dolor en los hogares bolivianos. Información que resulte cierta, dará derecho a la recompensa. Ciudadano boliviano, ayúdanos a capturarlos vivos en lo posible”. Debajo, cuatro fotos, y cuatro nombres, cada uno con una breve ficha de identidad: “Pombo – Benigno – Urbano – Inti». Y esta advertencia: “Nota.- Pueden usar barba o llevar nombres falsos”. La situación de la guerrilla es cada vez más débil y el “Che” sufre una angustiosa falta de medicamentos para atenuar los violentos ataques de asma. La 8º División comandada por el coronel Joaquín Zenteno Anaya y la 4º División del coronel Luis Reque Terán, les pisan los talones.

Captura y muerte

El sábado, 7 de octubre de 1967 y después de 22 combates librados por sus 52 hombres (divididos en tres pelotones), Guevara recibe la última ayuda civil. Es una mujer de edad indefinible que se llama Epifanía Cabrera y es pastora de cabras. Los guerrilleros temen que los delate, sin embargo, les informa que están a 1 legua de La Higuera, les da algo de comida, y se refugia en su casa del monte con su hija. Ese día se cumplen 11 meses de la entrada del grupo en Bolivia y al “Che” le quedan apenas 17 hombres. La fuerza diezmada y en situación crítica, el desconocimiento del terreno, la fatiga y algunos heridos, convierten la marcha en una pesadilla. Un campesino local, Pedro Peña, ve a los guerrilleros cuando pasan por su campo de papas e informa al ejército.

Gary Prado Salmón («Flaco»), capitán de la compañía de “rangers” del Ejército de Bolivia que rodeó al “Che” Guevara y a sus últimos guerrilleros, en la Quebrada del Churo informa que «En la madrugada del día 8 de octubre, un puesto militar que teníamos en La Higuera (…) me comunica por radio que un campesino había llegado con la información de que por la noche vio pasar al grupo guerrillero en el interior de una quebrada”.

A media tarde del domingo, 8 de octubre, se produce un tiroteo en la Quebrada de El Churo, también llamada Yuro. Resultado: varios muertos, y el “Che”, herido en la pantorrilla derecha. Todos, incluso los muertos, son llevados a La Higuera, actual municipio de Pucará, en la provincia de Vallegrande, a 2 kilómetros del lugar del combate, y tirados en el piso de una pequeña escuela. Allí lo esperan altos jefes bolivianos y el agente de la CIA, de origen cubano, Félix Ismael Rodríguez Mendigutía (La Habana, 31 Mayo 1941), alias “Capitán Ramos”, que saca la última fotografía del «Che» con vida.

Una vez allí, el “Che” es despojado de sus pertenencias: el diario de campaña, documentos, un altímetro, una pistola alemana calibre 9 mm (marca Walther PPK), una daga de acero «Solingen», dos pipas, 2.500 dólares y 20 mil pesos bolivianos, que los oficiales se reparten. Tres oficiales de los rangers bolivianos lo tratan como a un prisionero de guerra, con respeto, según las normas de Ginebra. Son el capitán Gary Prado Salmón («Flaco»), comandante de la Compañía B, el subteniente Tomás Totti Aguilera («Morocho») y el suboficial Eduardo Huerta Lorenzetti. Le dan cigarrillos, le preguntan por su familia.

Para los altos mandos del poder bolivianos, la situación es muy complicada, como un «clavo ardiendo»: ¿qué hacer con el «Che»?. Detenido y llevado a juicio, puede acarrear meses de protestas, manifestaciones, pedidos de libertad.
El presidente, René Barrientos Ortuño (Tarata, Cochabamba, 30 mayo 1919-Arque,
Cochabamba, 27 abril 1969), el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el general
Alfredo Ovando Candía (Cobija, 6 abril 1918-La Paz, 24 enero 1982) y otros altos
mandos militares deciden: hay que ejecutarlo. La orden en clave: “Saluden a papá”, la recibe el coronel Miguel Ayoroa Montaño. La transmite al teniente Carlos Pérez Panoso. Y éste, a Mario Terán Salazar, suboficial primero de la Compañía A, del Regimiento Ranger y al sargento Bernardino Huanca Buitrago que está a cargo del pelotón “Puma 3” de la Compañía B: los ejecutores. Félix Ismael Rodríguez Mendigutía pudo narrar esos últimos minutos de vida del “Che”, y así dice que “Le informé que había llegado la orden de ejecutarlo. Se puso blanco como un papel. Le dije; “Lo siento, son órdenes del alto mando boliviano’. Calló, y un minuto después dijo: ‘Es mejor así, nunca debí haber caído preso, vivo’. Sacó una de sus dos pipas de su bolsillo. Una, de fabricación casera. Me pidió dársela ‘a un soldadito que se portó bien conmigo’, dijo. Pero en ese momento entró el sargento Mario Terán, el verdugo, y me la pidió. Pero Guevara se negó y me la dio a mí. Después siguió hablando”: –”Dile a Fidel que pronto verá una revolución triunfante en América. Y a mi señora, que se case otra vez y trate de ser feliz”. Su señora, es la cubana Aleida March de la Torre (Santa Clara, 19 octubre 1936), aunque su primera esposa fue la economista peruana Hilda Gadea Acosta (Lima, 21 marzo 1925-La Habana, 1974). El “Che”, tiene 5 hijos (1 con Hilda y 4 con Aleida): Hilda Beatriz (15 febrero 1956-21 agosto 1995), Aleida (La Habana, Cuba, 24 noviembre 1960), Camilo (20 mayo 1962-29 agosto 2022), Celia (14 junio 1963) y Ernesto (24 febrero 1965).

El sargento Mario Terán lleva su arma: un fusil Garand M-1, con un peine de ocho balas. Retrocede 2 pasos y sin mirar al “Che”, dispara. Hora de Bolivia: 1 y cuarto de la tarde.

Foto del cadáver del «Che» Guevara.

Colofón

Terán no realiza ningún informe escrito por la ejecución del “Che”, por lo que todas las versiones que se reflejan en algunos libros están alejadas de la realidad. Después su cuerpo es trasladado a Vallegrande, donde es colocado sobre una pileta de mármol del
lavadero del hospital local y fotografiado, todavía con los ojos abiertos. Los oficiales y
soldados se reparten mechones de su pelo como botín de guerra. Al otro día le cortan las
manos para identificarlo, y hacen desaparecer el cuerpo. (…) Había orden de matar (…). Después de tantos años lo que se ha desentrañado es que al final al “Che” lo mandaron a morir aquí. Según Gary Prado Salmón «Flaco», se libraron de él. Esa es la realidad: Castro se libró de él (…) porque la cúpula del Partido Comunista cubano ya no lo toleraba por su carácter y su forma de ser impulsiva».

El miércoles, 18 de Octubre de 1967, más de 200.000 personas se congregan en la Plaza de la Revolución de La Habana para escuchar a Fidel Castro leer un obituario al Che Guevara: “El Che murió defendiendo los intereses de los explotados y oprimidos de este continente. El Che murió defendiendo los intereses de los pobres y humildes de la tierra… Ante la historia hombres que hacen como él, hombres que dan todo por los pobres, crecen en estatura cada día que pasa y encuentran un lugar más profundo en el corazón del pueblo”. Sus restos y los de algunos de sus compañeros aparecen 30 años después (Junio de 1997) en una fosa común, cerca del aeropuerto de Vallegrande. Aun así, la leyenda ya había sido forjada.

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