Viernes Santo de duelo en la ciudad por la muerte del Redentor

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     Domingo A. López Fernández/EL FARO

EL FARO

EN EL FARO, ECOS DE NUESTRA SEMANA SANTA: Santo Sepulcro y Dolores presentan en la calle el que es cortejo oficial de la Semana Santa

Como todos los años, el Viernes Santo amanece con un sentimiento especial. Para Motril, como para toda España, es un día de luto y de penitencia, pues se rememora la muerte de Cristo en la cruz. Es día festivo según el calendario laboral y, desde luego, se hace notar en la ciudad, en sus calles y en sus establecimientos de restauración, con numerosas familias que aprovechan el buen tiempo, que es más que primaveral, para mantener una alegre jornada de convivencia y asueto. Y ello, al margen de los visitantes que vienen de fuera, que también se hacen visibles y en cantidad, animados por ese tiempo tan veraniego, la gastronomía del lugar y, por descontado, por los renombrados pasos de pasión que en la tarde-noche van a tener lugar. Es el segundo día del Triduo Pascual, segundo día de esta significativa “tempora” que la iglesia dedica a conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Por tanto, tres días gloriosos, pero, a la vez, tres días que vienen marcados por el dolor, a la espera de esa refulgente resurrección del Señor.

Como todos los viernes santos, Motril vive una jornada muy especial, ya que la tradición manda hacer cumplir la vieja costumbre de visitar los monumentos erigidos en las iglesias, siete, según esa misma tradición. En todas se han celebrado el vía crucis, rezo de la pasión del señor en el que se hace la lectura de las catorce estaciones padecidas por el Salvador. EL FARO ha querido imbuirse en el sentimiento que despliega esa jornada de luto y ha verificado su visita a la iglesia de Capuchinos, donde se estaba celebrando en ese momento el Vía Crucis; también el templo de la Visitación, el de la iglesia Mayor y la iglesia del Carmen. En esta última encontrábamos a su párroco, D. Alberto Sedano, que dedicaba unos minutos a esta redacción para hacer significar la solemnidad del día. Así nos indicaba que acababa de realizarse el Santo Vía Crucis, rezo en el que “hemos acompañado al señor en el camino de su pasión y, de forma muy especial, sintiéndonos acompañados por Él. Son muchas las circunstancias vividas, enfermedades, falta de trabajo, muchos problemas en general, en los que el Señor nos acompaña en esos sufrimientos y nos dejamos acompañar por él, igual que el Cirineo le ayudo a acompañar la cruz, Él nos ayuda a nosotros a llevar nuestra cruz”. Frente al espléndido monumento que ha erigido la parroquia y la propia cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón en el lateral del altar, se postran en ese momento numerosas personan para entonar en silencio sus oraciones. EL FARO, ha querido adentrarse en el significado del monumento, y de nuevo, el párroco, ha desvelado su significado. Según nos refería, “la iglesia tiene presente en este día dos sagrarios, uno el principal, en el que siempre está presente la reserva eucarística para la adoración, mandando la liturgia que el Viernes Santo esté con sobriedad y totalmente despojado en su conjunto. Entonces se traslada la reserva al monumento o altar eucarístico para la comunión del viernes santo y la comunión a los enfermos, de cara a la vigilia pascual que es mañana. Hay que consumir todas las formas sagradas el viernes santo y consagrarlas de nuevo el sábado de cara a la festividad gloriosa de la resurrección de Jesús, pues todo se renueva con ese hecho”. Se puede decir, pues que la mañana tiene enraizada su jornada en la visita a estos monumentos, aspecto que se hace palpable con un ir y venir de personas a las distintas iglesias de la localidad.

Ya en la tarde, la solemnidad se hace presente en las dos corporaciones  pasionistas que tienen fijada su salida penitencial en el día. La primera de ellas, la hermandad de la Santa Vera Cruz, efectúa su partida desde la iglesia Mayor a las 19:30 hrs. Tras poner su cortejo en la calle, y con prácticamente una hora de diferencia, le sigue desde el mismo templo patronal la cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores, que fiel a su cita anual verifica su partida a las 21:00 hrs de la noche.

Con la puntualidad de que hace gala, la corporación organiza su cortejo en el interior de la iglesia, desde donde sale ya perfectamente formado a la calle. Abren la marcha tres timbales que marcan el paso de los penitentes, a los que siguen la cruz guía escoltada por dos faroles del frente de procesión. Le siguen dos largas filas de hermanos de luz correspondientes al tramo de Cristo Yacente ataviados con los colores propios de la sección, es decir, túnica y capillo de color negro, cíngulo de color rojo y capa blanca. En su centro, el grupo joven con el mismo atavío, pero sin capillo, que hacen repartir entre el público las tradicionales fotografías de sus titulares. A continuación, la bandera corporativa con el título y escudo cofrade bordado en terciopelo de color negro y el libro de reglas portado por un hermano al que escoltan dos varas presidenciales. Inmediatamente, los dos guiones, las populares “bacalás”, una correspondiente a su competencia propiamente sacramental, y la otra, identificativa de su carácter pasionista. En su último tramo la representación oficial de la cofradía, que ostentan Miguel Ángel Gállego, hermano mayor de la hermandad patronal,  Antonio Hernández, vice-hermano mayor de la hermandad sacramental de la Santa Cena, José Joaquín Robles Díaz secretario de la misma, Manuel Terrón, en calidad de presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, y el consiliario de la Agrupación, D. Alberto Sedano, todos con varas presidenciales, además de la representación propiamente corporativa del Santo Sepulcro. Siguen a ellos el cuerpo de acólitos con sus cuatro ciriales y el pertiguero, así como los incensarios revestidos de llamativos ropones que hunden su diseño en el siglo XVIII. Tras ellos, la capilla musical que ofrenda música fúnebre religiosa para hacer significar el cortejo de Cristo muerto y descendido de la cruz. Finalmente, la imagen del Yacente en la urna sagrada de plata que fue cincelada en los reputados talleres de Moreno Romera y que deja ver la inconmensurable figura del titular, obra del escultor Domingo Sánchez Mesa. Tras el paso, el palio de respeto y la representación oficial del cortejo que ostenta una comisión municipal encabezada por la alcaldesa de la ciudad, Luis Mª García Chamorro, junto a miembros de los cuerpos de la Guardia Civil, Policía Local, Cuerpo de Bomberos y Ejército del Aire, todos con varas presidenciales.

La sección penitencial de la Virgen de los Dolores aparece encabezada por la cruz parroquial junto a dos faroles de frente, a los que siguen los hermanos de luz en traje penitencial, que ahora cambia en su color representativo, concretamente capillo y túnica de color blanco, cíngulo de color rojo y capa de color negro. Sigue la representación de la bandera concepcionista confeccionada en seda con los colores blanco y azul celeste que simbolizan la Inmaculada Concepción de María. A continuación el cuerpo de Camareras de la Virgen de los Dolores, con su presidencia y la propia de la corporación penitencial que ostentan personalidades invitadas, entre ellas, Francisco Utrabo Vallejo, capitán de la Guardia Civil de la sección de Tráfico de Granada en traje de gala, María Luisa Caparrós Spa y Rosa Hodar, junto a Fernando Arcas y José Joaquín Jerónimo en representación de la corporación. Tras ellos, el cuerpo de ciriales e incensarios que precede al paso de palio de la Virgen de los Dolores, imagen de la que es autor el escultor sevillano Antonio Illanes. Brillante figura la de la titular mariana, que ha sido vestida por el motrileño Abrahán Ortega, y aderezada para la ocasión con un encaje de Bruselas antiguo a blonda y su tradicional puñal de salida en el pecho junto a un antiguo medallón de plata que representa la escena de la Encarnación de la Virgen que ha sido donado por un hermano de la cofradía. Tras el paso, la Banda Municipal de Música de Alquife, que agrupa igualmente a los municipios de Huenéja y Lanteira. En total, cincuenta y seis músicos los que ha desplazado hasta Motril el maestro Torcuato Martínez Cueva para interpretar una veintena de marchas procesionales que han brillado por su calidad y buen hacer, destacando entre ellas la interpretación de “La muerte no es el final”, “Mi Amargura”, ”El Sepulcro”, “Caridad del Guadalquivir”, “Cristo de las Aguas, “La Madrugá” o “Concha”, compuesta ésta última por el granadino Víctor Ferrer. En general, obras de porte clásico, muy calmoso y alejado del que es bullicio trianero para mostrar el sentimiento de duelo de la Virgen en su acompañamiento a Cristo en su sepulcro.

La señera cofradía del Viernes Santo no es muy dada a estrenos en su cortejo, pero se ha de destacar que este año de 2022 han innovado el plateado de la peana de la Virgen que ha realizado el taller Aragón y Pineda. En realidad se trata de una restauración que se llevó a efecto en plena pandemia y que se ha podido mostrar públicamente en su recorrido. Además, el mencionado broche de la Encarnación de la Virgen y algunas joyas más que han sido donadas por varios hermanos. En verdad, la corporación tiene ya sus miras en el 75 aniversario fundacional, en el que se van a desarrollar diversas actividades para su conmemoración, aspecto que le hará engrandecer aún más sus enseres procesionistas

El itinerario dispuesto por la junta de gobierno que preside David Correa Galeote ha partido desde la iglesia de la Encarnación, para continuar por Plaza de España, Victoria, Avenida de San Agustín, Zapateros, Catalanes, Javier de Burgos, Marqués de Vistabella, Bustamante, Cruz Verde, Gaspar Esteva, Emilio Moré, Díaz Moreu, Romero Civantos, Plaza de España, y desde aquí proceder a su encierro en el templo Mayor. En total tres horas de cortejo en la calle solemnemente arropado por el público en todo su recorrido y muy particularmente en su tránsito por la carrera oficial, donde el señorial paso malagueño de los hermanos portadores ha engrandecido el porte y visión de sus dos titulares. Pasados unos minutos de las 0:00 hrs del ya sábado santo, el paso de palio cruzaba la puerta de la iglesia para clausurar así una brillante jornada de un viernes santo que hace recuperar la tradición de la procesión oficial de nuestra semana santa tras dos años de suspensión obligada por causa de la pandemia.

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