La Virgen de las Angustias, Intercesora de Motril

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1897

Kiko Rodríguez

KIKO RODRÍGUEZ…

El dichoso «bicho» o coronavirus viene haciendo estragos en la humanidad. Familias que no han podido despedir a sus seres más queridos, otras que están sufriéndolo en sus propias carnes, la pérdida de poder trabajar está arrasando y un confinamiento absoluto de la sociedad se ha implantado en nuestro país.

Dentro de toda esta vorágine «de mal bajío», el mundo de las Hermandades y Cofradías no ha quedado ajeno a todo lo que está sucediendo. Por todos es sabido la cantidad de comunicados que hemos podido ver en torno a la suspensión de todo tipo de actos religiosos, salidas procesionales…etc.

El último comunicado, planteado por el mismo Vaticano está dando mucho que hablar. El decreto publicado por la Congregación para el Culto divino y Disciplina de los Sacramentos, rubricado por el Prefecto Robert Sarah y dirigido a todos los obispos, entre otros matices dice textualmente «…las procesiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del obispo diocesano, podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo el 14 y 15 de septiembre». Todo esto, claro está, teniendo en cuenta que para esas fechas D.M. la sanación haya sido total.

A raíz de esto, un sector del mundo cofrade está «perdiendo los papeles», a mi juicio, claro está. Ya se están queriendo organizar magnas (sacar todos los pasos con las imágenes), procesiones los dos días…etc.

Respetando la diversidad de opinión, me sitúo en una oposición total a este tipo de propuestas por muchos motivos: Entiendo que, entre otras cosas, si se ha suspendido durante la Semana Santa que puedan salir las Cofradías a la calle, esperamos un año y no pasa nada; la vida de hermandad hay que demostrarla, promoverla y vivirla día a día. Tendríamos que hacer como si un año, por motivos meteorológicos, la Cofradía no sale a la calle y no aplaza su salida, simplemente se suspende hasta el año que viene; la hermandad sigue trabajando durante todo el año haciendo como viene siendo costumbre.

En nuestra ciudad, al igual que en otras muchas, hay familias que se han visto mermadas en miembros y en ingresos, Hermandades que han tenido que afrontar gastos, que ya había realizados y que no podrán utilizar (flores, enseres…), corporaciones que han visto sesgada su economía ante el no ingreso de la cuota de hermano o papeleta de sitio, Hermandades que, ahora más que nunca, su bolsa de caridad está muy activa, desgraciadamente y, además, el gasto que ocasionaría a tan solo unos meses de la próxima Semana Santa sería una insensatez total, respetuosamente hablando. A todo esto le podríamos sumar que sacar otros titulares «restarían importancia» a las propias imágenes que en esos meses nos honran con su presencia en las calles.

Motril, históricamente sabe cómo afrontar este tipo de «situaciones negras». Bebiendo de la amistad y las mejores fuentes históricas, como son nuestros Cronistas Oficiales, Domingo López Fernández y Manuel Domínguez, me retrotraigo en el tiempo: La ermita de San Sebastián, se funda en 1523 ante una de las epidemias que sufre la ciudad en virtud del voto que hace al santo numerosas poblaciones que se ven afectadas por el contagio. En 1583, con motivo de otra epidemia de peste, se construye la Ermita que se dedica a San Roque (hoy Iglesia del Carmen). En 1677, 78 y 79, la peste de Orán, hace estragos en la ciudad. En 1680, por causa de otro contagio, se cambia el nombre de la Ermita de San Roque, por la actual Advocación de «Virgen del Carmen».

Buceando también en la literatura del Niño de Guevara, narra que durante la epidemia de peste de 1679, concretamente el 10 de abril, en cinco barrios aparecen los primeros fallecidos y que en días siguientes se multiplican considerablemente los afectados. Los labradores solicitan una procesión general en la que sacan a la calle la imagen de Jesús Nazareno. “…sacaron la milagrosísima imagen de Jesús Nazareno, es la Divina hechura de natural, y perfectamente hermosa estatura y de muchas ricas túnicas con que la devoción le ha servido, se adornó este día con una de morado carmesí terciopelo, bordadas las orlas de plumas de oro y el mismo hilado metal, cordones al cuello y cintura, y corona de espinas de plata de martillo, antecedía copioso número de fieles con antorchas, y luego las sagradas religiones, después los eclesiásticos, coronaba la procesión el preste y al religioso cabildo, el cabildo secular seguía religiosamente, y después el más devoto concurso que se ha visto. Subió la moderada eminencia de un cerro Jesús Nazareno, no al mortal calvario, sino al vivífico y suntuoso templo de su celestial Madre y Madre Nuestra, Nuestra Señora de la Cabeza, celebróse con ostentación grande el mayor sacrificio, predicó soberanamente el R.P. Fray Juan de Oliveros, recoleto, procurando quitar de la piadosa mano el riguroso azote; repitiose a la tarde más esforzado el concurso, y en la misma forma volvió el amabilísimo Jesús a su casa, donde quedó colocado en su decente y continuo tabernáculo”. Días después, y durante nueve jornadas, salieron en procesión descalzos los motrileños por tiempo de nueve días a la ermita de la Virgen de la Cabeza donde se le ofrecieron misas. En el mes de junio los frailes mínimos sacaron en procesión a San Francisco de Paula, como el contagio no cesaba, la devoción del pueblo hizo sacar a la imagen de la Virgen de la Cabeza  que recorrió las calles para visitar los enfermos. La imagen llegó a su templo con los primeros rayos del día. Otra noche salió la imagen del Cristo de la Expiración desde el hospital, y otras dos noches volvió a salir el nazareno. Durante el siglo XIX aparece un nuevo factor epidémico. Se trata del cólera morbo que, proveniente de Asia, se expande a partir de 1830 por toda Europa en cuatro oleadas sucesivas de una extraordinaria irradiación.

Motril, siempre se ha encomendado a distintos titulares para agradecer su sanación y rogar que no vuelva a suceder. Este año, concretamente, coinciden bastantes factores para lo que ahora les detallo:

Se está barajando por las autoridades, que aunque la contención y control del virus se alargue unos meses, seguirán prohibidas, durante un tiempo, las grandes aglomeraciones de gente, por lo que nos podríamos ir, perfectamente, hasta Junio, mes del Corpus Christi; el mes de Julio es dedicado a la Virgen del Carmen, en Agosto es la Virgen de la Cabeza, en Septiembre comienzan los actos de la Virgen de las Angustias y el mes de Octubre lo cierra la Virgen de la Pastora.

La Congregación para el Culto divino del Vaticano, propone que sean el lunes 14 y  martes 15 de Septiembre; a nivel nacional o algunas localidades, podrían declarar festivo o medio día festivo, alguno de estos días solo y exclusivamente para esta ocasión.

A la par, en nuestra ciudad, una señera Hermandad Motrileña de la zona norte, atesora documentalmente que, en Motril, la imagen de Ntra. Sra. de las Angustias tiene atestiguada su devoción desde 1706, si bien fue en el año 1720 cuando se terminara la Ermita, después de un largo proceso constructivo comenzado por el vicario de la iglesia Mayor, D. Juan Tomás Serrano, quien erige la Ermita en la que recibe culto con los donativos que ofrecen los motrileños y la propia dedicación personal y patrimonial del presbítero. De ahí que la distinguida hermandad esté inmersa en la celebración del 300 aniversario de la terminación de su Ermita. La Cofradía de las Angustias, tenía en su agenda el celebrar una «Salida Extraordinaria» en conmemoración de los mencionados aniversarios.

Esta Hermandad, entiendo y creo, que tiene todos los argumentos históricos, conmemorativos y oportunos para que la Virgen de las Angustias sea la próxima intercesora de todos los motrileños.

Por un lado, señala el Prefecto de la Congregación Vaticana, 14 y 15 de Septiembre: 14, día de la exaltación de la Cruz y 15, día de las dolorosas; piedad y Angustias son, también,  advocaciones con las que se nombran a las vírgenes cuya iconografía presentan una actitud dolorosa y, en este caso, a la Virgen del señero barrio motrileño, «Virgen de las Angustias» lo es. Su misterio, representa cuando Xto. es bajado de la Cruz y Puesto en Manos de su Madre. La Piedad descrita en la 13ª Estación del vía Crucis, recoge las dos solemnidades de estos dos días, La Cruz y La Dolorosa.

Por otro lado, tenemos que tener presente que es el mes de Septiembre, mes de la Virgen de las Angustias, al que hay que sumarle la intención de realizar este año una Salida Extraordinaria con motivo de su 300 aniversario.

Tendríamos que valorar, de igual modo, que el coste de una salida procesional de este tipo no sería nada comparado con el elevado gasto que ocasionaría sacar varios pasos a la calle, además que, por estar en el mes que mencionamos, estaría fuera de toda lógica. Creo.

Es por todo ello, siempre que su Párroco como autoridad eclesiástica, la Cofradía de las angustias y el Ordinario del lugar tuvieran a bien, la Virgen de las Angustias podría ser la que presidiera una procesión con oraciones de «Acción de Gracia y Peticiones o Rogativa», por todo lo acontecido durante estos meses. En el cortejo estarían representadas todas las Hermandades y Cofradías, asociaciones parroquiales y miembros del credo motrileño. También las distintas representaciones civiles y militares que se vean oportunas y, por supuesto, todos los fieles que quieran acompañar a la querida imagen.

La Virgen de las Angustias, venerada desde 1706 en nuestra ciudad, creo que es la titular más adecuada y está en el momento que reúne más argumentos para pasar, a los anales de la historia, como intercesora de Motril ante la pandemia del coronavirus.

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