El Año Jubilar pasa de largo

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Cartel conmemorativo de un año jubilar que se nos ha idoVICENTE FERNÁNDEZ

 

La sensación que nos queda después de la gran oportunidad histórica que ha tenido Motril para activar el turismo es que ni hemos podido, ni hemos sabido rentabilizar el Año Jubilar. EL FARO acogió la noticia de su concesión por Benedicto XVI con gran entusiasmo y ha dedicado especial atención a la celebración de la gracia con el seguimiento de ella durante todo el año e, incluso, con una edición conmemorativa del acontecimiento justo hace un año. 

Motril ha sido ciudad de ¿peregrinaje? durante un año. Pocos se han enterado de los que no van a misa de nuestro año Mariano.

Con el objetivo de hacer balance, nuestra redacción ha intentado formular entre las partes datos y opiniones sin resultado satisfactorio. Puede que más adelante, cuando a partir del 14 de agosto se haya cumplido el año, tengamos algunos datos.

 

En el aspecto religioso, parece que la redención ha tenido «su» clientela, «durante éste año a punto de terminar han sido miles las personas de toda clase y condición, hermandades, cofradías, corporaciones, colegios, etc., las que han visitado el Santuario y participado en la misa del peregrino lucrándose de la Indulgencia del Jubileo», dice Antonio Posadas; pero desde el punto de vista económico la cosa no ha ido en paralelo para la hostelería. Sabemos que se creó un paquete turístico, o se propuso; al menos eso dijo la concejala de Protocolo, Elena Vallejo, en la presentación del Año Jubilar el pasado año. Lo que desconocemos es el contenido del «paquete» y a dónde se ha enviado; porque por aquí no se ha visto gente. Puede que la Virgen de la Cabeza haya tenido visitas, pero ni se han visto por los restaurantes, ni han pernoctado en la oferta hostelera. Queremos pensar que los que han venido a ver a la Virgen son personas sencillas y no les ha hecho falta la tarjeta Visa para obtener la indulgencia del jubileo.

Nos hubiera gustado otra cosa para la economía local. Deben tomar nota nuestros responsables públicos de la gran ocasión perdida y antes de que acabe el Año Jubilar subir al Cerro cual peregrino y pedir la redención de sus culpas por no haber sabido rentabilizar la magnífica ocasión que La Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada nos ha brindado a Motril y resto de la Costa Tropical.

Por lo demás, sólo nos quedará el consuelo de contar que un año Motril fue Jubilar. ¡Mucho Motril!

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