EL FARO
Las funciones, interpretadas por Javier Gutiérrez y Luis Bermejo, serán los días 12 y 13 de enero en el espacio escénico de Molinos
El Teatro Alhambra de Granada, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, trae hasta su escenario la obra ‘El traje’, escrita y dirigida por Juan Cavestany e interpretada por Javier Gutiérrez y Luis Bermejo, los días 12 y 13 de enero a las 21:00 horas, que ha agotado las entradas para los dos días. Los dos actores que protagonizan este montaje trepidante, asfixiante y desternillante, cuestionan en tono de comedia negra, el instinto de supervivencia voraz e individual frente a la posibilidad de una supervivencia verdadera.
En ‘El traje’ dos personajes, un vigilante de seguridad y un cliente de unos grandes almacenes, mantienen un pulso intelectual y físico lleno de tensión, crudeza, suspense y humor delirante. La narración se desarrolla íntegramente en una localización, aunque hay otras dos que no se ven y que pendulan sobre la historia como una bola de demoler edificios a punto de impactar: las llamadas de su casa que recibe el hombre por teléfono y la habitación anexa, donde el vigilante esconde algo que marcará el destino de ambos.
La obra pretende alertar, en un tono de comedia realista y atroz, sobre cómo la voracidad del sistema nos convierte en depredadores y cómo el deseo de lo material pervierte la naturaleza humana más esencial. Trata de la corrupción política y la corrupción del alma, de la soledad y de un momento, el actual, en el que quizá estemos a tiempo de cambiar todo eso.
El director de la obra Juan Cavestany afirma: “’El Traje’ es una comedia que pusimos en pie hace ya más de diez años. Entonces estábamos todavía padeciendo muy de cerca los efectos de la crisis de 2008 y los casos de corrupción nos escandalizaban a diario. Javier, Luis y yo necesitábamos sacudirnos esa suciedad a base de humor negro”. Para seguir: “Hoy no sabemos si todo aquello ya pasó, se transformó o simplemente nos hemos anestesiado. Pero los personajes de la obra de algún modo han seguido vivos, querían volver a ese sótano a negociar su posible salvación con ellos mismos y sus fantasmas.”
Cavestany finaliza: “Así que volvemos con este montaje que aparentemente es sobre un traje, que habla de los anhelos y miserias humanas, algunas congénitas, otros implantados o heredadas a nuestro pesar, y que se propone llevar al espectador por una especie de túnel del terror y la risa de la mano de dos gigantes de la simulación, la verdad y la máscara”.