EFE.-
Recalcan que la presencia la semana pasada de un exorcista y obispo veterocatólico fue «un hecho puntual en un espacio apolítico y laico abierto a otras religiones»
Los organizadores de una ceremonia en la antigua iglesia de Tablate, un pueblo de Granada abandonado hace tres décadas pero en recuperación, han recalcado que la presencia la semana pasada de un exorcista y obispo veterocatólico fue «un hecho puntual en un espacio apolítico y laico abierto a otras religiones».
El propietario del templo desacralizado desde la década de los noventa del siglo pasado, Ibán de María Guardiola, ha recalcado que se trata de una propiedad privada en la que se puede organizar cualquier tipo de acto que entre dentro de la legalidad y ha restado importancia a las críticas.
Ha calificado de correcto el comunicado que emitió este lunes la Archidiócesis de Granada, que pidió a los feligreses que no participen en cultos organizados en este templo desacralizado, pero ha incidido en que aclarar que no se trataba de una misa vinculada a la Iglesia Católica era «innecesario» porque desde que se convocó se aclaraba que era una ceremonia veterocatólica.
La asociación Tablate Histórico que lidera Guardiola y que trabaja para recuperar este pueblo abandonado organizó la romería y la posterior misa, que ofreció el arzobispo Antonio Jiménez, un exorcista de la Iglesia Veterocatólica de Santa Filomena.
«Esta vez ha sido un acto con un matiz religioso, y en otra ocasión podrá ser cultural, político o de otra religión porque la antigua iglesia es sede de la asociación, no de ninguna nueva religión y menos de una secta, como hemos tenido que escuchar», ha subrayado Guardiola.
El recelo ante la ceremonia oficiada por Jiménez creció porque este arzobispo se presenta en sus redes sociales como un exorcista que ha liberado a más de 400 personas poseídas. «Y es que es exorcista y obispo, qué le vamos a hacer. Vino a un acto puntual y se volvió a Valencia. Si mañana nos proponen hacer una exposición o unas charlas para hablar del ramadán o presentar la esencia musulmana también cederemos este espacio que lo que busca es un Tablate vivo», ha apuntado Guardiola, que reconoce que le ha «chirriado» el comunicado del Arzobispado.
Guardiola, un hombre de 35 años cuya familia compró el antiguo templo al Arzobispado de Granada, lidera una asociación que tiene su sede social en la antigua iglesia, un «proyecto muy ambicioso» que pretende recuperar Tablate.
Llegó a esta iniciativa después de dejar la congregación de los Fossores de Guadix (Granada), frailes que cuidan del cementerio con los que estuvo unos meses haciendo el noviciado aunque no llegó a ingresar en la orden.
Guardiola ha recalcado que el antiguo templo está abierto a todo tipo de actos, que no es sede de ninguna religión porque el proyecto de Tablate es apolítico y laico, y que la ceremonia de la semana pasada no tiene nada que ver con una secta, ya que el Ministerio de Interior tiene a sus miembros registrados como la Asociación Veterocatólica de Santa Filomena.