EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA

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Domingo, 23 de julio de 2023

Antonio Gómez Romera

EN EL CLXIV ANIVERSARIO DE LA BOTADURA DEL “ICTÍNEO”, EL PRIMER SUBMARINO DE LA HISTORIA EN ESPAÑA

Busto de Narciso Monturiol Estarriol.

Hoy, domingo, 23 de julio, festividad de Santa Brígida, vigésimo novena semana de 2.023, se cumplen 164 años (sábado, 1.859), de la botadura en aguas del puerto de Barcelona (frente al muelle de Sanidad, a las 9:30 de la mañana), del “Ictíneo” (de “Ichtus”, pez, y “naus”, barco: el “barco-pez”) que navega sumergido, a 20 metros de profundidad, durante 2 horas y 20 minutos, moviéndose por un propulsor plano de aleta accionado manualmente por los 4 tripulantes.

El «Ictíneo» es una obra de la mente de Narciso Monturiol Estarriol (Figueras, Gerona, 1.819 – San Martín de Provensals, Barcelona, 1.885), inventor, periodista, político, amante de la mar y de sus profundidades y, sobre todo, un gran idealista.

Croquis del Ictíneo II.

Sobre Narciso Monturiol

Desde su ciudad natal, Figueras, la capital del Alto Ampurdán, Narciso realiza frecuentes visitas a las playas de los alrededores, donde está en boga la recolección del coral. En Cadaqués, cuando es muy joven, ve el cadáver de un recolector de coral, que acaba de morir ahogado. Este hecho le produce una profunda impresión y le impulsa a desarrollar su idea de construir un artefacto que permita al hombre sumergirse sin peligros. Su padre es botero, y el negocio paterno le da la oportunidad de conocer los procedimientos relacionados con la impermeabilidad.

El sábado, 6 de noviembre de 1.858, Monturiol publica una primera memoria “El ictíneo o el barco pez”, en la que explica los fines, tanto científicos como lucrativos, de la nave.Sus numerosos amigos le proporcionan ayuda económica, mientras los constructoresnavales Juan Monjo Pons (1.818 – 1.884), autor del “Curso metódico de arquitectura naval,aplicada a la construcción de buques mercantes” (1.856) y José Missé Castells, carpinterode ribera y antiguo alumno de Monjo, convierten en realidad el “Ictíneo”, en un solar delbarrio marítimo de la Barceloneta, calle de Alegría, sin número, conocida después comocalle Andrea Doria.

Maqueta del Ictíneo de Narciso Monturiol.

La nave, de madera y con forma de pez, construida en los astilleros barceloneses de Nuevo Vulcano, es resistente, impermeable, estanca y con medios de regeneración del aire y producción de oxígeno. Está dotada de sistemas de propulsión en superficie y bajo el agua, de inmersión y emersión, de maniobra y de recolección de objetos. Va equipada con órganos de visión y de iluminación del exterior y cuenta con todos los medios para navegar a la profundidad deseada sin necesidad de ayuda exterior. Tiene 7 metros de eslora, 2,5 metros de manga, 3,5 metros de puntal y una cota máxima de operaciones de 20 metros; doble casco de maderas de roble y olivo revestidas en cobre, entre los que se admite agua para sumergirse, que se expulsa con aire comprimido para emerger. La propulsión es humana, tres o cuatro hombres mueven el accionamiento manual de la hélice de paletas planas tipo Mangin, que dan una velocidad de 3 nudos. Años más tarde, con la adición de un cañón submarino, le da interés militar. El propio Narciso Monturiol en su obra “Introducción Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua” dejaba claro cuáles eran sus intenciones con su Ictineo:“El Universo está sujeto a leyes a que no puede faltar; la inteligencia no puede dejar de estudiarlas, porque tiene necesidad de conocerlas; cada ley que el hombre descubre le da poder sobre la Naturaleza; si el hombre llegare a conocerlas todas, dominaría por completo el Universo, como domina el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, la afinidad química, el movimiento; la sucesión de conocimientos que adquiere no puede concluir sino concluyendo la inteligencia humana. La fe en estos principios ha sostenido nuestra perseverancia, y el deseo de extenderlos hizo que, desde el principio, difundiésemos por medio de la prensa, las bases de nuestro proyecto, a fin de que la masa indiferente de hombres empezase a ver que el Ictíneo podía dominar la Naturaleza en los espacios submarinos, que podía enriquecer la ciencia, aumentar la riqueza común, y arrojar un destello de gloria sobre la patria en las aplicaciones a la guerra marítima”.

Las pruebas no son demasiado satisfactorias, sin embargo, Monturiol y sus amigos no se desaniman. Poco después forman una Sociedad, “Monturiol, Font, Altadill y Cía.”, inicialmente con 18 accionistas y dotada con un capital de 10.000 pesetas, que es la primera del mundo dedicada a la exploración submarina. Con ella construyen el “Ictíneo II”, provisto de 14 metros de eslora, 2 de manga y 3 de calado, con un volumen de 29 m3. Desplaza 46 toneladas y alcanza una velocidad de 4,5 nudos. Puede sumergirse hasta 30 metros de profundidad y está construido en madera de olivo reforzada con roble y cubierto con una capa de cobre de 2 mm de espesor. Dispone de cuatro tanques de 8 m3 que pueden ser inundados a voluntad para la inmersión y vaciados con aire comprimido para la emersión. Asimismo está dotado de un motor anaeróbico de combustión a vapor, que funciona con un combustible compuesto por una mezcla de magnesio, peróxido de hidrógeno (H2O2, agua oxigenada), zinc y cloruro de potasio, que produce oxígeno, lo que aumenta la autonomía en inmersión.

Narciso Monturiol.

El nuevo “Ictíneo”, el II,  navega perfectamente y, lo más importante, demuestra haber resuelto los problemas de la renovación del oxígeno y del motor submarino. El resultado de sus pruebas se recoge en su obra póstuma, “Ensayo sobre el arte de navegar por debajo del agua”, editado en 1.891.

La falta de apoyo oficial y la carencia de medios económicos acaban con las experiencias. Los “ictíneos” son embargados, desguazados y vendidos como chatarra y el motor que hizo andar el segundo de estos buques acaba impulsando un molino de harina en las cercanías de Barcelona. Según expone el propio Narciso Monturiol en fecha de uno de enero de 1.870, “He hecho cuanto me han permitido mis fuerzas para conseguir el establecimiento industrial del arte submarino. El ICTÍNEO es una obra en su género tan acabada, como en el suyo, el buque de vapor flotante; y si a pesar de esto las eminencias del comercio humano no lo han admitido en el orden de las aplicaciones constantes, espero, sin embargo, que el tiempo y las aspiraciones científicas de nuestra época, cada día más levantadas y generosas, lograrán vencer las resistencias sociales que han ido gastando mis esfuerzos y mi constancia”.  

El jueves, 10 de septiembre de 1.885, el diario “La Vanguardia” anuncia el fallecimiento de Narcíso Monturiol, acaecido 4 días antes, por un enfisema pulmonar en el Barrio de la Sagrera de Sant Martí de Provençals, antiguo municipio incorporado al casco urbano de Barcelona en 1.897. Muere olvidado y en la miseria y acogido por un grupo de obreros socialistas cabetianos, que han fundado una colonia icariana. Es enterrado en el nicho 586 del Cementerio Este de Barcelona y su epitafio reza así: “Aquí yace D. Narciso Monturiol, inventor del Ictíneo, primer barco submarino, en el cual navegó por el fondo del mar en aguas de Barcelona y Alicante en 1.860 – 1.861 – 1.862”.

Narciso Monturiol Estarriol.

Según expone el escritor y periodista Juan Mañé y Flaquer  (Torredembarra, Tarragona, 1.823 – Barcelona, 1.901), “El invento de Monturiol tuvo la desgracia de venir en época en que la Marina de Guerra no había alcanzado la importancia que ahora tiene para la defensa de las naciones, y de que no existieran los torpederos; y la mayor de sus desgracias fue, quizás el no llevar el áncora de oro bordada en el cuello de la levita. Pero nada de esto será obstáculo para que la posteridad le haga justicia y lloremos su pérdida los que tuvimos ocasión de admirar su clara inteligencia y estimar su corazón de plata, tan bueno y cándido como el de un niño. Vivió y murió sin ambición ni malicia: quizás también en estas cualidades, que a veces resultan defectos, se halle el secreto de que los ICTÍNEOS no surquen hoy los mares”.

Nicho y lápida de Monturiol en el Cementerio de Barcelona.

La realidad es que España no reconoce a Narciso Monturiol Estarriol como el inventor del submarino. Es el único país del mundo que mantiene que el submarino es un invento del ingeniero militar cartaginés Isaac Peral Caballero (1.851 – 1.895). Pero, la prensa europea de la época informa que el 23 de julio de 1.859, en el puerto de Barcelona, se bota el Ictineo de Monturiol, el primer submarino de la historia. Y La Gazeta de Madrid, el equivalente al actual BOE,  anuncia que el prototipo de Isaac Peral, destinado a finalidades bélicas, es botado en el puerto de Cartagena el 8 de septiembre de 1.888, 29 años después del Ictineo I, y 24 años más tarde que el Ictineo II, la versión mejorada de su predecesor. Sin embargo Isaac Peral en una carta fechada el 18 de febrero de 1.889, casi 3 años y medio después del fallecimiento de Narciso, dirigida al Presidente del Club de Regatas de Barcelona, dice: “Ya que no le fue dado a aquel insigne patricio (refiriéndose a Monturiol) recoger en vida el fruto de sus afanes, a los que sacrificó salud y bienestar, justo es que la actual generación subsane aquel olvido; por mi parte, haré con este objeto cuanto humanamente pueda, empezando por rendir a su genio el tributo de admiración a que es tan acreedor».

Réplica del Ictíneo I en los jardines del Museo Marítimo de Barcelona.

Colofón

En 1.918, por ferias y fiestas de la Santa Cruz, se erige en Figueras un monumento en su honor en la plazoleta baja de la Rambla, obra del escultor Enrique Casanovas Roy (1.882 – 1.948). En el acto inaugural, según la prensa de la época, hay “Revista de Somatenes, colgaduras en todas las casas, discursos elocuentes, Exposición retrospectiva y lucidos festejos populares”. En 1.963, centenario del Ictíneo II, la Mutua Metalúrgica de Seguros encarga otro monumento al escultor José María Subirachs Sitjar (1.927 – 2.014), que se alza en Barcelona, en el cruce de la Avenida de la Diagonal con la Calle Girona. Consiste en un bloque de más de 4 metros de alto, atravesado por una reproducción del «Ictíneo» en una escala de 1:17 hecha en cobre. La escultura incluye la leyenda «Barcelona a Narciso Monturiol, inventor del Ictíneo…».

Ochenta y siete años después de su fallecimiento, el 6 de marzo de 1.972, Narciso Monturiol Estarriol recibe un emotivo homenaje en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento de su Figueras natal y sus cenizas son trasladadas al Cementerio figuerense y depositadas en el Panteón número 13 – Departamento 2°. Y en 1.985, trasladado definitivamente, al Panteón de Figuerenses Ilustres, antiguo Panteón de la Familia Garreta, inaugurado en 1.906, que es obra del escultor Venancio Vallmitjana Barbany (1.830 – 1.919).

En el año 2.007 la Empresa “Ictineu Submarins S.L.” a través de un programa de micro mecenazgo construye el mini submarino “Ictineu 3”, destinado principalmente a la investigación científica y a tareas submarinas de diversa índole. Tiene un desplazamiento de 5 toneladas, y sus dimensiones son de 4,8 metros de eslora, 1,9 metros de manga y puntal de 2,8 metros. Su propulsión es eléctrica con una autonomía de 10 horas. El habitáculo dispone de un espacio para acomodar a tres personas, 1 tripulante más dos pasajeros y su cota de inmersión máxima es de 1.200 metros.

Réplica del Ictíneo II en el puerto de Barcelona.

En 2.009, conmemoración del Año Monturiol, tercer cincuentenario de la botadura del “Ictíneo”, la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), en coordinación con el Ministerio de Cultura, el Museo Marítimo de Barcelona y el Museo de Figueras organiza sendas exposiciones en los Museos citados, para difundir la figura de Monturiol y sus contribuciones a la historia de la navegación submarina.

Como homenaje, solo resta decir que actualmente se encuentra en construcción en el astillero de Navantia en Cartagena el submarino de la clase S-80 “Narciso Monturiol” (S-82), del que se espera entre en servicio en la Armada Española en el mes de diciembre de 2.024.

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