CUARESMA 2023: LA COFRADÍA DE LA BORRIQUITA PREGONA A SUS TITULARES EN LA IGLESIA MAYOR

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Domingo A. López Fernández

Fotos: EL FARO

ANTONIA GARCIA RODRIGUEZ PRONUNCIA SU EXALTACION A CRISTO REY Y SU MADRE DEL ROSARIO

Continúan verificándose durante estos días los cultos y actos cuaresmales que diversas cofradías organizan a devoción de sus titulares, en lo que ha de entenderse como un solemne preámbulo de preparación a sus respectivas salidas procesionales de Semana Santa. Así lo han celebrado, por ejemplo, la hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, con un solemne besamanos a sus dos titulares, la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, que ha trasladado sus sagradas efigies hasta su casa hermandad, y un señalado triduo, el de la cofradía de Nuestro Padre Jesús en su Triunfal Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora del Rosario, que ha tenido lugar en su sede canónica, la iglesia de la Encarnación. Concretamente, se ha celebrado durante los días 16, 17 y 18 de marzo, y ha sido  presidido por su párroco y consiliario, D. José Albaladejo Hernández. Según el protocolo marcado por la junta de gobierno que preside Juan José Sánchez Callejas, el viernes, 17, tras la eucaristía, se procedía a la jura de reglas de los nuevos hermanos y a la bendición e imposición de medallas que preceptivamente recogen sus constituciones, acto que se pudo llevar a cabo en presencia del consiliario de la corporación, el hermano mayor, y el secretario y capataz del paso, Francisco Pérez Lorenzo.

El sábado, tal como estaba previsto, se pronunciaba el que ya cuenta como XXXI pregón de exaltación a los titulares de la popular cofradía de la Borriquita. Así pues, concluida la santa misa, y ante las imágenes de Nuestra Señora del Rosario y San Pedro, ubicadas en primer plano junto a la embocadura del arco de su capilla, y la efigie de Jesús a lomos de la Borriquita en un plano superior, daba principio el consabido pregón de la que es cofradía pionera en efectuar su salida penitencial en la semana santa motrileña.

El acto daba comienzo con la intervención de Juan Maldonado Maldonado, anterior hermano mayor y presentador de la pregonera designada por la junta de gobierno para este año de 2023, la joven hermana de hermandad Antonia García Rodríguez. Sus palabras traían a la mente de todos los presentes los primeros años de una niña que residía en la zona norte de Motril. Como si de un sueño compartido se tratara, Juan Maldonado recreaba una bucólica estampa en la que la pregonera, Antonia García, es protagonista de ese Domingo de Ramos que confiere a la Semana Santa un señalado espíritu de alegría al ver y contemplar la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de la borriquita, de forma muy humilde, pero como el rey prometido por Dios. En esa estampa bucólica ella será la protagonista de esa pasaje en la que según las palabras del presentador, “un hombre se acerca a lomos de un borrico, cubre su cuerpo y su cabeza con un manto marrón” y, llegando a su altura, el tiempo se para y contempla con detenimiento su figura, su mirada, su sonrisa y su serenidad. Siguiendo ese mismo sueño compartido, Juan Maldonado entonaba con emoción como la joven Antonia sintió como ese Señor le abrazaba, haciéndole comprender que desde entonces habría de formar parte de su vida. Aquella sentida visión trajo consigo, asimismo, a su Madre, una mujer cubierta con un manto azul que portaba en sus manos un rosario, que permanecía junto al Señor, y con la que mantuvo idílicamente una pequeña conversación, revelándole que era su Madre, la que siempre camina junto a Él.

El ensueño pudo proseguir en palabras del presentador trasladando a los presentes la trayectoria vital de la pregonera del año, Antonia García, sus estudios, su matrimonio, sus hijos, su ligazón a la hermandad…etc., y, como no, la especial ilusión que conformaría su fuero interno al ser designada como la voz que había de pregonar al Señor de la Borriquita en este año de 2023. Ese sueño, dijo el presentador, se ha convertido en realidad, y por ello cedía su palabra a la que es y era la protagonista del día.

El abrazo emocionado de presentador y pregonera da pie al inicio del XXXI pregón de la popular cofradía de la Borriquita, en el que en su primera intervención, lo que es su preámbulo, dirige sus primeras palabras a sus titulares, a los que se encomienda para trasladar al resto de hermanos que “ya está aquí la primavera con su gran esplendor, anunciando a los cofrades nuestra Semana  Mayor”. Porque para ella, y para todos los hermanos, el Domingo de Ramos es ansiado y esperado. Como bien reconoce, el Señor de la Borriquita y la Virgen del Rosario abren la Semana Mayor de Motril, “como dicta el calendario, como manda la tradición”.

Tras las salutaciones de rigor, la pregonera reconocía públicamente la ilusión que le ha supuesto pregonar a la “Borriquita”, la que es su cofradía en la calle, agradeciendo, como no, la intervención de su amigo y hermano de hermandad, Juan Maldonado para con su persona, con el que ha vivido y disfrutado grandes anécdotas que no tiene ningún reparo en trasladar a los presentes. Seguidamente, reconocía la enorme responsabilidad que supone para ella el pregón que va a compartir, en su fe en Dios, con todos y como hermana de la cofradía. Afirmó que sus titulares son, “devociones dominicas que con el devenir de los años han hecho que los  frutos de mi vientre corran en el mismo patio por el que su padre, con su misma edad, vestía ya la túnica de la hermandad”.

Sus vivencias cofrades le hacen trasladar ahora al día de la salida penitencial en el antiguo patio de las Dominicas, recreando el bullicio de palmas blancas que anuncia la semana santa y en las que hay un recuerdo emocionado a señalados “borriquitos” como Cecilio Arcas, Maribel, May, Manuel Barros…etc.

La pregonera desnudaba ahora su corazón para rememorar sus vivencias en la cofradía desde hace veintiún años. Desde entonces, la Borriquita ha sido su gran familia, en la que fue su gran valedor el hermano mayor, Manuel Terrón, a quien definió como “borriquito de nacimiento”. Y con ello reconocía que “esta hermandad ha hecho mucho por mí y por los míos”, teniendo en esos momentos un emocionado sentir hacia sus dos hijas, Candela y Lola, borriquitas del alma, y a sus padres.

Pero volviendo al cometido que tiene encomendado, trae ahora a su mente la evocación de lo que supone un Domingo de Ramos cualquiera. Un domingo, dijo, “que todo cofrade espera ansioso todo un año”. Es el gran día, el día tan esperado, en el que para todo buen cofrade los nervios salen a flor de piel. Y con ello, llega el Motril engalanado con banderolas y gallardetes por sus calles, en donde la gente no para de deambular por los palcos dispuestos junto a la carrera oficial para recibir como se merece al Señor de la Borriquita y a Nuestra Señora del Rosario.

La salida penitencial con su cortejo formado ya está ahí, pero nadie sabe el trabajo que todo ello conlleva; todo un año en el que personas de gran valía dan lo mejor de sí para que todo esté a punto. Sin ellos, afirmó, “no habría sido posible sacar el proyecto adelante”. Por ello les daba las gracias a todos sus hermanos, algunos, como bien dijo, casi anónimos, que en ocasiones suelen aparecer de “refilón” en los trabajos que exige la vida en hermandad. Cada uno, en la labor que le corresponde, aporta su grano de arena para “obrar el milagro que hoy continuamos construyendo”. En ese aspecto reconocía que esa vida en hermandad requiere muchas horas robadas a la familia; son muchas noches de reuniones, de trabajo, de ensayos, de costura…etc. Como bien dijo, el trabajo del cofrade “no está pagado”, y se atrevía a decir que “incluso nos cuesta el dinero, pero el pago a tanto sacrifico cada uno lo cobra de distinta manera, pero con creces”. Desde luego, pues la pregonera ratificaba en su verbo directo y sincero que “aunque el sacrificio sea grande, la recompensa del cofrade es aún mayor”.

Antonia García trae ahora hasta su memoria la actual salida procesional de la Borriquita en el Domingo de Ramos, con una plaza de España repleta de gente; es tanto el “gentío, que nos permite a lo lejos escuchar ese algarabía, esa multitud de fondo que nos recuerda que en unos momentos Cristo Rey asomará tras la puerta”. Y dentro, en la iglesia, costaleros, capataces y hebreos ataviados con sus ropajes aguardan la salida, la ansiada salida.

En ese devenir del cortejo, en ese manejo de nervios, afirma que el aliento se corta “esperando el momento para oír la voz del Diputado Mayor de Gobierno decir ¡ponemos a la cofradía en la calle¡ abrid las puertas”. Pero antes de seguir el recorrido procesional, la pregonera tiene un recuerdo emocionado a Manuel Barros, quien fuera secretario de la cofradía, al que dirigió tiernas palabras: “quiero que sepas que una parte de mi corazón e ilusión por pregonar a mis titulares están puestos en tu persona, porque eras, eres y será muy especial, muy querido, y aquí abajo se te echa de menos”.

La pregonera afirmaba ahora que la Semana Santa ya está aquí, que “después de varios años vamos a poder disfrutar sin miedos ni restricciones de poder tocar, abrazar, besar y sentir todo lo que cada Domingo de Ramos nos hace revivir”, pues se trata de momentos de alegría, bullicio e ilusión.

La mente de la pregonera tiene ahora palabras de aliento para los más pequeños del cortejo, los hebreos, los verdaderos protagonistas del día, caras iluminadas con sonrisas que indican, dijo, que son conscientes de todos y cada uno de los sentimientos que conlleva salir cada Domingo de Ramos. Ellos están abocados en un futuro a inculcar la fe a los titulares, no hay más que ver, dijo, “esas miradas tan limpias que transmiten pura inocencia, vistiendo sus túnicas y sus pañoletas de vivos colores en la cabeza, abriendo el cortejo, ese cortejo que se inaugura cuando la cruz guía sale a la calle”.

La procesión continua su marcha desde la iglesia Mayor; “suenan los primeros toques de llamador y mi señor de la Borriquita ya está preparado para bendecir a todos los motrileños y motrileñas por cada uno de los rincones a su paso por las calles de Motril”.

Y la pregonera trae ahora hasta su mente la efeméride de la llegada de Cristo a lomos de la borriquilla en su décimo aniversario, concretamente un 17 de febrero de 2013, momento en el que fue solemnemente bendecido. Y con él, a su Madre del Rosario bajo ese palio azul como el cielo que le cobija. El sentimiento cofrade también aflora al recordar a los hermanos del Gran Poder en su cortejo, para reconfortar el alma de uno de sus hermanos más queridos, Joaquín, por la pérdida familiar padecida.

La pregonera no podía concluir su discurso sin mencionar a los sufridos costaleros, “divinos pies que van paseando por las calles de Motril a nuestros titulares”, y que hacen rachear sus zapatillas por el asfalto “con el tintineo de cada uno de los doce rosarios que lleva el palio de la Rosa entre las Rosas”.

El epílogo esta ya cerca, pero la pregonera tiene el ánimo de repartir ilusión a los presente al afirmar que “llegadas las cinco de la tarde del domingo más bonito de todo el año, empieza de nuevo la cuenta atrás”. Así lo cuenta y así lo cree, pues como bien dice, “cada revirá, cada “levantá”, es una menos para volver a poner a cero nuestro particular reloj cofrade”.

Los ruegos a la madre del Rosario vienen ahora a su mente para que cuide de los hermanos de la cofradía. Se apaga el Domingo de Ramos, sí, con la llegada del cortejo a la iglesia Mayor. Se encierra la procesión y llegan los momentos de emoción contenida y de los abrazos entre hermanos. Es, como bien dijo, el inicio de la nueva semana santa que se espera con los contadores puestos a cero, y que en palabras de la pregonera, se ven con enorme ilusión. Su discurso llega a su fin con unos versos del poeta García Lorca, rehechos en su ánimo, “Motril para nacer/borriquita hasta morir/Rosario de mis amores/como me acuerdo de ti/…el amor de mis amores/ y lo que más quiero en la vida, / es mi cofradía señores/y se llama la Borriquita”. Tiernas palabras desde luego, que llegan al corazón de los presentes, sus hermanos en hermandad y público presente, que puestos de pie, dedican un sonoro y pronunciado aplauso a la pregonera, y que da paso al protocolario momento de las felicitaciones de los miembros de la junta de gobierno, del resto de hermanos y de los del resto de cofradías presentes. Emotivo, desde luego, fue el abrazo de la madre de la pregonera, una de las primeras en felicitarla, que, emocionada, supo decirle con la mirada todo lo que sentía en ese inolvidable instante. De seguida, y protocolariamente, la junta de gobierno hacía entrega a Antonia García un cuadro conmemorativo que representa las dos imágenes titulares de la cofradía, y al presentador, otro, con la llamativa orla que presenta la convocatoria del XXXI pregón de exaltación de este año 2023.

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