203 ANIVERSARIO DEL CANTO REVOLUCIONARIO E HIMNO FRANCÉS “LA MARSELLESA”

Domingo, 24 de abril de 2022

EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA: 203 ANIVERSARIO DEL CANTO REVOLUCIONARIO E HIMNO FRANCÉS “LA MARSELLESA”

Antonio Gómez Romera

“Toma de la Bastilla” (14 de julio de 1789), de Jean-Pierre Houël (1789).

Corren en Francia tiempos violentos y convulsos. Estamos en las postrimerías del siglo XVIII y en plena Revolución Francesa (1789-1804), movimiento social, político e ideológico que va a acabar con el Antiguo Régimen (feudal, de monarquía absoluta y privilegios), para instaurar una nueva forma de gobierno, “La República”. Asimismo, para declarar nuevos derechos individuales bajo el lema: “Libertad, Igualdad y Fraternidad” que recoge la “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano”, aprobada y adoptada por unanimidad por la Asamblea Nacional entre el 20 y el 26 de agosto de 1789.

Grabado de la detención de Luís XVI en Varennes.

En la madrugada del martes, 21 de junio de 1791, el rey Luis XVI (1754-1793) y su familia, con la ayuda del conde sueco Hans Axel von Fersen (1755-1810), dejan el palacio de las Tullerías en secreto. Marchan bajo identidades falsas y abandonan París en una carroza con destino a la ciudad fronteriza más próxima, Montmedy, situada a unos 287 kilómetros al este de París, en la actual frontera con Bélgica, entonces posesión austríaca. La ausencia de la Familia Real se descubre a las ocho de la mañana. En un principio, se cree que el rey ha sido raptado por contrarrevolucionarios, pero a mediodía se descubre un documento en el que Luis XVI explica las razones de su “huida”. Las autoridades revolucionarias de la Asamblea Nacional ordenan el arresto de cualquier persona que intente abandonar el reino y envían comisarios en todas direcciones. Al llegar al pequeño municipio de Varennes-en-Argonne, a tan sólo 50 kilómetros de Montmedy, el rey y su familia son reconocidos, detenidos y conducidos por la fuerza a París, por 6000 guardias nacionales y ciudadanos armados, donde llegan, el 25 de junio, en medio de un silencio sepulcral y cumpliendo las órdenes de la Asamblea Nacional: “Tan pronto como el Rey haya llegado al Palacio de las Tullerías, se le entregará una guardia provisional que, bajo las órdenes del general al mando de la Guardia Nacional de París, velará por su seguridad y será responsable de su persona”.

“Busto de cera de Rouget de Lisle”, de David d’Angers.

Dos meses después, el sábado, 27 de agosto de 1791, tiene lugar la “Declaración de Pillnitz” (ducado de Sajonia, Alemania), en la que el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Leopoldo II (1747-1792), y el rey Federico Guillermo II (1744- 1797) de Prusia, “declaran conjuntamente que consideran la situación actual de Su Majestad el rey de Francia como un asunto de interés común para todos los soberanos de Europa” y confían en “colocar al rey de Francia en condiciones de establecer, con la más absoluta libertad, las bases de una forma monárquica de gobierno, que estará a la vez en armonía con los derechos de los soberanos y promoverá el bienestar de la nación francesa”; y que “están resueltos a actuar con prontitud y de común acuerdo con las fuerzas necesarias para obtener el fin común deseado. Mientras tanto, darán a sus tropas las órdenes que sean necesarias para que estén listas para ser llamadas al servicio activo”. Esta Primera Coalición de las monarquías europeas para contener la Revolución Francesa y su amenaza de intervención militar, hace que aumente la tensión política y social en Francia.

“Rouget de Lisle componiendo la Marsellesa”, Auguste de Pinelli, (Museo de la Revolución Francesa).

“La Marsellesa”: canto de guerra revolucionario e himno a la libertad

El 20 de Abril de 1792, la Asamblea Nacional Legislativa de Francia declara la guerra a Austria, despertando una ola de patriotismo en todo el país. Según el político revolucionario Georges-Jacques Danton, “cuando la patria está en peligro, nadie puede negarse a prestarle sus servicios…, para vencer a nuestros enemigos necesitamos valor, más valor, siempre valor…, y Francia será salvada». El ejército francés se encuentra en Estrasburgo, y el mariscal de campo François Christophe Kellermann (1735-1820), comandante en jefe del Ejército del Mosela, desplegado en Alsacia, ha hecho invitar a la recepción que Philippe Frédéric (1748-1793) barón De Dietrich y alcalde constitucional de la ciudad, da en su honor, a un joven capitán de quinta clase del Cuerpo de Ingenieros, del batallón “Niños de la Patria”, Claude-Joseph Rouget de Lisle (1760-1836), poeta y violinista aficionado, que ya ha compuesto algunas canciones.

“Rouget De L’Isle chantant La Marseillaise” (1849).

Durante la velada, se pide a Rouget que cante alguna de sus obras y Dietrich, por su parte, le ruega que componga un himno de guerra para los soldados que marchan al frente. Muy entrada ya la noche, cuando Rouget regresa a su casa, a 10 minutos a pie, en la «Rue de la Mésenge», el actual número 81 de la Grand’Rue, recuerda las frases que ha leído aquella misma mañana en los carteles pegados en las paredes por los “Amigos de la Constitución”: “¡Ciudadanos, a las armas¡ ¡Ha sido alzado el estandarte de la rebelión¡ ¡Adelante, hijos de la patria¡…“Con estas frases en la cabeza se pone a escribir: “Allons enfants de la patrie…”

Estatua de Rouget de Lisle en Lons-le-Saunier.

Según se hace expresar en el libro “Rouget de L’Isle: Biografía completa e inédita del autor de La Marsellesa”, 1.880, (Mary-Cliquet),  «Rouget de L’Isle, con el ardor de un patriotismo auténtico, (…) indignado por la jactancia de los austríacos, sintió que su imaginación se inflamaba en contacto con el noble pensamiento del alcalde de Estrasburgo y sus invitados». A continuación, coge su violín: el arco recorre las cuerdas del instrumento, las notas vuelan sobre la ciudad dormida y las frases se suceden, cuando, extenuado, se deja caer en la cama, ya tiene compuesto el canto.

Al día siguiente, por la tarde, en el salón de casa del alcalde, Rouget entona “Le Chant de guerre pour l’armée du Rhin” (Canto de Guerra para el Ejército del Rin).Cuando termina, todos los asistentes están emocionados. De Dietrich le abraza efusivamente. Es el 24 de abril de 1792 y hoy se cumplen 230 años. Rouget dedica su himno al Comandante en Jefe del Ejército del Rin, Nicolas Luckner (1722-1794), mariscal de Francia, de origen alemán. Un día después, la esposa del alcalde, Louise Sybille Ochs, que ha estudiado música y toca el clavecín, transcribe la orquestación para diferentes instrumentos, y, tras varias jornadas, el alcalde la hace interpretar por la banda de la Guardia Nacional en la Plaza de Armas frente a 8 batallones.

 Philippe-Jacques Dannbach (1747-1812), impresor de Estrasburgo, valorando su importancia, imprime la partitura musical con la letra. Por otra parte, el capitán de la guardia nacional de Montpellier, Étienne François Mireur (1770-1798), que se encuentra en Marsella para organizar la fusión de los voluntarios que se han apuntado para luchar contra Austria, dispone que ese «Canto de guerra» sea aprendido por los 600 voluntarios marselleses que van a partir hacia París, resueltos a morir en defensa de la patria.

El 30 de julio de 1792, el batallón de “Marsella Federada”, formado por voluntarios de Marsella y Montpellier, llega a París entonando el “Canto de Guerra para el Ejército del Rin”, y, desde ese momento, se empieza a conocer al himno como “La Marsellesa”.

Sello postal de Rouget de Lisle.

Mientras los ejércitos marchan al campo de batalla, en París, el 10 de agosto de 1792, día conocido como “La Segunda Revolución”, los “sans-culottes”, insurgentes de secciones parisinas y varias tropas federadas asaltan el Palacio de las Tullerías, residencia real de Luis XVI, poniendo en peligro la vida del monarca, quien se salva  poniéndose al amparo de la Asamblea Legislativa. Ese día, los confederados de Marsella cantan la letra de Rouget durante el asalto, convirtiéndose en un símbolo más de la Revolución y propagándose por toda la ciudad de París. Al mes siguiente, cuando Rouget pasea por un campo cercano a Ribeauvillé, escucha a un joven, de unos quince años, cantar su himno. Extrañado, le pregunta cómo lo ha aprendido y el muchacho le responde: “¡Cómo, no lo sabe! ¡Es la Marsellesa! Todo el mundo la canta”.

A la escarapela tricolor, el altar de la Patria, el árbol de la Libertad y el bautismo cívico, símbolos revolucionarios por excelencia, se une el canto patriótico de “La Marsellesa”. Rouget de Lisle, revolucionario moderado, se salva del “Terror” en 1793, gracias al éxito de su canto. Su éxito es tal, que La Convención Nacional, el 14 de julio de 1795, declara a “La Marsellesa”, «canto nacional» e himno nacional francés: (decreto propuesto por el diputado Jean – Antoine – Joseph de Bry, 1760-1834).

Cartel de la película «La Marsellesa», de Jean Renoir.

Colofón

Como colofón hemos de hacer constar que el último rey de los franceses, Luis Felipe I de Orleans (1773-1850), se apiadará de Claude-Joseph Rouget de Lisle, autor de la canción republicana por antonomasia y le concederá en 1830 una pequeña pensión (1.500 francos) para que pueda vivir con dignidad.

Lons-le-Saunier, capital de Jura, estación termal y ciudad natal de Rouget de Lisle, le ha rendido numerosos homenajes. El primero el 27 de agosto de 1882, al levantarle una estatua en la Place de la Chevalerie, que fue encargada a Frédéric Auguste Bartholdi (1834-1904). Otros han sido celebrando las fechas de los aniversarios de su nacimiento, de su muerte o de la composición de “La Marsellesa”. Finalmente, el más reciente, tuvo lugar el 13 de julio de 1996, jornada en la que la ciudad inauguró un Museo en su casa natal, sita en el 24, Rue du Commerce.

Otros aspectos significativos de la figura de Rouget de Lisle han quedado plasmados para la posteridad en circunstancias y hechos que nos ha ligado la historia y que podemos condensar en las siguientes actuaciones:

-Podemos escuchar parte de la melodía de “La Marsellesa”, en una obra del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893), en concreto, en la “Obertura 1.812” (Op. 49 – 1.880).

-En 1.927, el actor francés Harry Krimer (1896-1991) interpreta a Claude-Joseph Rouget de Lisle, en la película “Napoleón” del director Abel Gance (1889-1981).

-En 1936, “La Poste”, servicio de Correos francés, en conmemoración del centenario de la muerte de Claude Rouget de Lisle, emite un sello de 20 céntimos en color verde.

-En la película “Casablanca” (1942), dirigida por Michael Curtiz (1886-1962), Viktor Lazlo, interpretado por Paul Henreid (1908-1992), canta el himno en el “Café de

Rick”, desafiando a soldados alemanes. El año de su estreno, “La Marsellesa” está prohibida por las fuerzas de ocupación nazis en la zona Norte de Francia.

– En la canción de “Los Beatles”, “All you need is love” (1967), se pueden escuchar los acordes de “La Marsellesa», al principio de la misma.

-Después de los sangrientos atentados de París (noviembre de 2015), en el partido de fútbol amistoso entre las selecciones nacionales de Inglaterra y Francia, celebrado en el estadio londinense de Wembley, el martes, 17 de noviembre de 2015, los futbolistas portan un brazalete negro y tras un minuto de silencio, en homenaje a las víctimas de los atentados terroristas, cantaron emocionados el himno de «La Marsellesa», acompañados por todos los aficionados que llenaban «La Casa del Fútbol», que leían la letra en las pantallas gigantes del estadio.

Partitura de «La Marsellesa».

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