Humildad y Victoria celebra sus cultos cuaresmales en la iglesia de la Victoria

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          Domingo A. López Fernández

Fotos: EL FARO

José María Fernández Boza pronuncia el XXVIII pregón de exaltación a los titulares

El último fin de semana del mes de marzo ha vuelto a renovar las ya habituales celebraciones cuaresmales que protagonizan las cofradías y hermandades de la ciudad. Estamos a las puertas de la cuarta semana de cuaresma y el tiempo continúa su marcha inexorable hacia esa fiesta mayor en la que los cristianos conmemoran las fechas claves de la pasión y muerte de Cristo. Tal es así que cofradías señeras de semana santa como puede ser la del Santo Sepulcro y la Virgen de los Dolores han renovado sus cultos a sus sagrados titulares, de la misma forma que la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza ha honrado su función principal de instituto y ha verificado el traslado de sus dos titulares hasta su casa de hermandad. En el ámbito externo a la Agrupación de Cofradías, una hermandad como la de Nuestra Señora de las Angustias, que iconográficamente representa la escena de Cristo descendido de la Cruz en presencia de su Madre, ha expuesto a veneración pública a su titular en un idealizado altar de cultos que ha causado sensación en la ciudad. Finalmente, en la tarde del sábado, la cofradía del Señor de la Humildad ha podido verificar los tradicionales cultos que dedica a sus titulares en su sede canónica, la iglesia de la Victoria.  Fin de semana pleno, pues en lo que a actos cofrades se refiere, ya que en su conjunto los ceremoniales que se acostumbran vienen a gratificar la fe y la devoción de los hermanos en sus respectivos senos corporativos.

Por lo demás, intenso ha sido el devenir de la mencionada cofradía, la Oración de Nuestro Señor de la Humildad en el Huerto de los Olivos, en esta última semana, pues al margen de trabajar intensamente en la erección del altar de cultos, su junta de gobierno ha recibido la triste noticia del fallecimiento del hermano de hermandad Juan Haro Ruiz. Era, por serlo, el hermano de mayor antigüedad y por su larga trayectoria cofrade había sido nombrado hermano mayor honorario de la corporación.

Ha sido en la misma tarde del viernes cuando la junta de gobierno de la cofradía ha convocado a sus priostes a los efectos de disponer la configuración del altar de cultos a sus titulares. Alzado sobre la misma capilla en que se veneran, la composición resulta muy sencilla y muestra sobre la mesa de altar a Nuestra Señora de la Victoria con el rasgo típico hebreo en su fajín y el ángel Egudiel portando el cáliz confortador. Entre ambos, una pequeña imagen de Cristo crucificado recuerda el sacrificio que ha de padecer Jesús para redimir a los hombres y, en un plano superior, el Señor de la Humildad con sus brazos abiertos y conmiserativos dirigiendo su mirada hacia al Padre para pedirle que “aparte de mi ese cáliz”.

La función de culto programada ha tenido lugar en la misma tarde del sábado, 26 de marzo, ceremonia eucarística que ha presidido el padre consiliario Jesús Ángel Sainz Verano. La junta de gobierno de la cofradía ha ocupado lugares preferenciales junto a sus hermanos de hermandad, que han estado acompañados por numerosos feligreses y varios representantes de otras corporaciones penitenciales de la ciudad. Terminada la santa misa, Jesús Ángel Sainz  ha ofrecido a los fieles presentes una aleccionadora charla en la que ha recordado el pasaje de Jesús en el huerto de Getsemaní, y muy particularmente la agonía que padeció el Salvador como bien señaló San Lucas. Se trata, según dijo, de un momento especial que posee una fuerza extraordinaria, pues Jesús sufre por cumplir la voluntad del padre, de ahí la célebre frase “Padre mío, hágase en mi tu voluntad”.

Concluida la intervención del Padre Jesús Ángel y tras un breve receso, accedía al altar el hermano mayor de la cofradía, David Merino, para anunciar a todos los presentes el inicio del XXVIII pregón de exaltación a sus titulares. De seguida, se ubicaba frente al ambón el conocido cofrade veleño Aitor Hugo López Rodríguez, persona que ha designado el pregonero, José María Fernández Boza, para que haga las veces de su presentación. Sus primeras palabras van dirigidas a recordar la historia del templo que en ese día le acoge y que es la sede canónica de la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad. Expresó, igualmente, que todos los presentes esperan con impaciencia la llegada de un nuevo lunes santo en el que volverán a destacar con fuerza los nazarenos y a brillar la candelería de la titular mariana junto a las tulipas del Señor. Y con ellos, la música, en clara alusión a la Banda de Música “Las Golondrinas” que todos los lunes santos acompaña a María Santísima de la Victoria en su caminar. Antes de entrar de lleno en los aspectos propiamente cofrades del pregonero quiso señalar el orgullo que sienten ambos por la especial vinculación que liga su tierra, Vélez Málaga, con la motrileña cofradía de la Humildad.

De José María Fernández Boza, pregonero de este año de 2022, dijo que en este día se convertía en el ángel que reconfortaba al Señor Orante en su atribulado momento. Y afirmó que hoy iba a hablar el corazón de un gran veleño, “una persona que trasmite más de lo que su corneta habla”. Por eso llegó a afirmar que nació sabiendo que su destino se encontraba en la música cofrade, de ahí que su pasión y fervor se concentre en una frase que el personaliza: ¡Qué bonito es ver un palio de espaldas¡ ya que en su formación en la banda va orando detrás de su Virgen y eso, según afirmó, “se llama fe”. No quiso extenderse más en su presentación y por ello le recordó que suyas eran ahora las palabras que iba a dirigir a todos los hermanos que cada lunes santo le acogieron bajo el paso del Señor como costalero, y también a ella, la Virgen de la Victoria, a quien acompaña con sus sones. Por ello dijo, pregonero ¡Motril te espera¡

Frente al ambón, José María Fernández Boza hilvanaba una sentida poesía que dedicaba al lunes santo, que no “es un lunes cualquiera, y el pueblo impaciente esta, por ver a su Cristo y a su Virgen, por Motril pasear, ya están los cirios encendios, el incienso huele ya, llama capataz, llama!, que hoy es Lunes santo, Lunes de Victoria y Humildad”. José Mª Fernández iniciaba su discurso con el capítulo dedicado a los agradecimientos; en primer lugar a su presentador y, seguidamente, a la junta de gobierno de la cofradía por haber confiado en él para pregonar a los sagrados titulares, pues “no hay orgullo más grande para un hermano, que el pregonar a su Cofradía”. Y, asimismo, a su familia, pero muy especialmente a las dos personas que le influyeron poderosamente para arraigar en él el sentimiento cofrade y el amor y la pasión por la Semana Santa.

Tras los agradecimientos siguió una reflexión personal del pregonero en la que quiso destacar la irreparable pérdida de quien fue su hermano mayor, Juan Haro Ruiz. De seguida se adentró en el recorrido espiritual de la semana santa motrileña que comienza un domingo de ramos con la entrada de Jesús en Jerusalén y culmina en la Resurrección del Dulce Nombre de Jesús. Las distintas advocaciones marianas de la ciudad hilvanaron ese sentido camino de la pasión que iniciaba con la Virgen del Rosario, continuaba con la Virgen del Mayor Dolor, Amargura y su Angustia, Soledad, Misericordia, y Esperanza y Victoria, a las que añadía dos insignias de gloria, la Divina Pastora y la Virgen del Carmen, para confluir en la Virgen de la Cabeza que Motril coronó en el año 2000. Más su devoción afirmó que es Nuestra Señora de la Victoria, a la que una noche pudo acercarse para ser uno más en su cuadrilla de costaleros. Aquel primer encuentro le sirvió después para portar sobre sus hombros al Cristo de la Humildad, la primera vez que portó un paso de misterio. Y dirigiéndose a su Madre le reveló  “que suerte haber podido ser los pies de tu Hijo”.

En su sentido recorrido espiritual recreó la llegada de un nuevo lunes santo bajo la marcha “Amargura”. Tras dos años de ausencia, ya tocaba, llegó a referir, porque nunca se perdió la fe. La procesión ya se ha puesto en marca con el Cristo de la Humildad en la calle y detrás su Madre, “la que De la Rosa tallara”. El paso de misterio es ahora el centro de su atención para recrear el huerto de Getsemaní y esa imagen de Cristo que habla con el Padre para que aparte de él el cáliz, mientras baja del cielo el ángel Egudiel. Bajo ese cortejo ya formado va la Madre de la divina gracia añorando la calle Cañas que este año dijo no va a recorrer, aunque sí lo hará por la plaza de España.

Las últimas palabras del pregonero van dedicadas a la devoción que siente por sus dos titulares, “éste que es humilde forastero que desde Vélez marchara, se ha hecho Victoriano”. Y ese fervor le hizo dirigirse a la Virgen de la Victoria, para decirle que “si María en la tierra estuviera, tu rostro seguro llevara, y por eso te digo Madre, que como tú no las hay más guapa;  apiádate de este tu hijo, el que hoy te habla”. Con el consabido, ¡He dicho¡ el pregonero daba por terminada su exaltación, mientras comenzaban a resonar en el templo de la Victoria los aplausos de los hermanos de hermandad puestos en pie junto al resto de fieles presentes.

Instantes después, el presentador, Aitor Hugo López Rodríguez, recibía de manos de la junta de gobierno de la cofradía un cuadro conmemorativo que representa a los dos titulares de la corporación. Y, a continuación, el pregonero,  José María Fernández Boza, era igualmente obsequiado con una representación artística que simboliza el icono de la cofradía. Tras este sentido momento llegaban las felicitaciones de hermanos de hermandad y cofrades en general, que no dudaron en posar junto a este pregonero veleño que lleva en su corazón su otra ciudad de adopción, Motril, y los dos titulares que constituyen su más grande sentir espiritual y cofrade.

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