PREGÓN DE ANTONIO BUENO EN LAS FIESTAS DEL BARRIO MOTRILEÑO DE LOS ÁLAMOS

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EL FARO

PREGÓN DE LAS FIESTAS DE LOS ÁLAMOS 2021, PRONUNCIADO POR ANTONIO BUENO

Buenas noches, en primer lugar dar las gracias a las autoridades aquí presentes, en especial a la Comisión de fiestas de Los Álamos por haber contado conmigo para realizar nada menos que el pregón de su barrio. Es nada más y nada menos, el primer Pregón en Motril después de la Pandemia. Serán las fiestas que marquen la casilla de salida, demostraremos como las cosas cuando se hacen bien, dan su resultado. Ya queda muy poco para que todo esto termine, aprendamos de los niños que se han  adaptado como campeones, gracias por enseñarnos tantas cosas desde la inocencia.  

Este Pregón se lo quiero dedicar a la gente que ya no está entre nosotros y como no a vosotros y vosotras que habéis decidido venir a comenzar y celebrar de nuevo la vida con estas fiestas “Las Fiestas de Barrio de Los Álamos” Os doy las gracias a todos los que me estáis acompañando este acto. Creo que estaremos de acuerdo en  dedicarles,  hoy más que nunca a nuestros sanitarios, la labor que han hecho y siguen haciendo con valentía y dedicación. Desde aquí pido una fuerte ovación  y decirles que aquellos aplausos que sonaron durante días, no han dejado de sonar en nuestros corazones. APLAUSO.

Gracias por recibirnos siempre con una sonrisa.

Gracias por cuidarnos en  momentos difíciles en los cuales nos hemos sentido cuidados y acompañados.

Gracias por cuidar a nuestros familiares ahora que no podemos acompañarlos y darles ese calor tan necesario. Gracias y gracias.

No quería ponerme “ñoño” pero lo que me sale en este momento tan bonito, es ver como todo el mundo está disfrutando, sonriendo (incluso con la mascarilla) Habían sido años muy difíciles y la vida nos paró en seco. Se nos había olvidado mirarnos a los ojos y era  muy importante. Hemos tenido que volver a mirarnos y darnos cuenta de lo importantes que somos. En estos momentos tan duros hemos descubierto al vecino o vecina que nos ayudó en el momento que más lo necesitamos, nos hemos sentido útiles cuando alguien nos necesitó. Hemos descubierto lo necesarios que somos y hemos aprendido que todos aportamos muchas cosas a esta sociedad. Nos hemos dado cuenta que los comercios de barrio han sido los que nos han abastecido de todo lo necesario para el día. También nos hemos dado cuenta lo autosuficientes que son los barrios, donde nos podíamos y podemos encontrar todo lo necesario y además fresco y sano. Gracias por haber estado pendientes y habernos abastecido de lo que necesitábamos.

Ahora no nos olvidemos de ellos y hagamos la compra donde nos recibieron siempre con una sonrisa aunque tuvieran el mismo miedo que nosotros. Agradezcamos a la gente lo que hace por el prójimo. Ayudémonos en los barrios. Compremos en los barrios.

Nos hemos dado cuenta de lo importante que son las relaciones humanas, los abrazos y como no, los besos. Estamos cansados de escuchar lo de  “nada va a ser igual” claro que no va a ser igual, va a ser mucho mejor. Sigamos confiando. Hemos aprendido lo importante que son los afectos y hemos aprendido que no terminaremos nunca de aprender. Desaprendamos todo lo aprendido y recordémonos como éramos de niños. Rescatemos las costumbres.

No sé si sabéis que quieren declarar Patrimonio de la Humanidad, las sentadas en las puertas de las casas y ¿esto dónde se hace? Pues solo y exclusivamente  en los barrios. Es un honor y será un orgullo poder disfrutar el reconocimiento y poder recordar cuantas noches de verano tomando el fresco después de haber baldeado las calles. Volvamos a lo de antes, volvamos a ser niños, volvamos a compartir los espacios, volvamos a compartir las fiestas, volvamos a compartir la amistad, en definitiva volvamos a celebrar el amor y cuando hablo de amor, hablo de AMOR en mayúsculas. El único sentido que tiene la palabra Amor  es: sentimiento de vivo afecto e inclinación hacía una persona, escuchen bien persona,  o cosa a la que se le desea todo lo bueno pero también es un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacía una persona, escuchen persona, con la que se desea compartir una vida en común. El amor  empieza por el  respeto hacia los demás. Aprendamos a querernos y respetarnos, veréis como todo cambia.

Os animo a leer mi libro PENSIÓN LOLY NO VA DE BOAS donde cuento como llegué a ser la persona que soy hoy, aceptando mis aciertos y mis errores. El libro es un canto a la libertad y una lección de vida donde se demuestra que los sueños se hacen realidad.

Hoy, día 29 de noviembre de 2021 comienzan las fiestas de este barrio y:

  • Ser de barrio es un orgullo, ser de barrio nos diferencia por la carga de valores emocionales con las que venimos en nuestro ADN.
  • Ser de barrio es oler al mediodía a comida recién hecha, ser de barrio es oler a migas cuando llueve.
  • Ser de barrio es decirnos buenos días (cuando escuchamos esos Buenos Días,  nos sabe a gloria)
  • Ser de barrio es ver crecer juntos a los hijos de tus amigos, a los hijos de tus vecinos, es crear vínculos para toda la vida. Yo tengo algunos por aquí.

Os voy a contar como conocí este barrio. De pequeño estaba en el colegio Garvallo Dinelli y a principio de los 80 nos informaron que nos separaríamos los amigos de la clase, porque unos éramos de un barrio y otros de otro. En esos momentos no estaba a gusto en ese colegio y necesitaba cambiar de aires y además no quería dejar a mis amigos de clase. Me decidí a hacer una excursión desde mi barrio (El Barrio Nuevo) hasta ese colegio nuevo que estaban haciendo para ver cómo era. Sin decirle nada a nadie me decidí a venir a verlo. Después de atravesar La Calle del Cementerio y pasar La Era (con todos los terraplenes para cortar camino) llegue al instituto Francisco Javier de Burgos y a partir de ahí empezó la aventura. Recuerdo llegar a unos terrenos y ver una casa que pertenecían a un señor llamado  Cordovilla. Todo lo que se veía  eran cañas de azúcar o patatas y el cuartel de aviación presidiendo los terrenos. Cuando vi el colegio me gusto su frescura y su enclave. Estaba al lado de la rambla, justo al lado de un puente de hierro y rodeado de naturaleza. Efectivamente era fresco y nuevo. Eso fue lo que me hizo pedirle a mi madre por favor que me cambiara de colegio, que aunque no me tocara por barrio, yo quería estar ahí. Después de muchos llantos, mi madre accedió y me cambié. Baile, hice teatro, conocí nuevas formas de enseñar, conocí la naturaleza de cerca y también sentí el miedo y os cuento por qué. En primer lugar quiero pedirle perdón al director  del centro “los Álamos” en ese momento por lo que hice, sin querer claro. Resulta que estaba en el baño recién puesto y novedoso y me llamó la atención la salida del agua en los nuevos retretes (no me preguntéis por qué, ya sabéis como soy) estaba jugando con ella y parece ser que jugando, lo dejé por fuera y cuando llegamos a la mañana siguiente, estaba todo inundado y los maestros estaban cabreados y con razón. Estaba toda la planta baja inundada y preguntaban quién había sido. Os pido disculpas (Ala, ya me he quedado tranquilo, creo que esto no me dejaba descansar). En mi libro, en unos de los capítulos hablo del paso por el colegio donde descubrí mi personalidad. Recuerdo que me asuste tanto que tuve que irme a otro colegio pero quiero que sepan que siempre lo tuve en mi corazón por toda la gente que me dejé atrás, pero la vida es eso, decisiones y elecciones. Por cierto al final la conocí, descubrí y  acepté como era mi personalidad y al final, tampoco era para tanto.

Conservo muy buenos recuerdos del colegio, de mis amigos de la infancia (que si hay alguno por aquí y me ha reconocido, me gustaría darle un abrazo de fraternidad y compartir  momentos vividos y por qué no, decirnos cuanto nos hemos recordado) Estamos llenos de recuerdos y no debemos de dejar que se nos olviden. Debemos de recuperar costumbres de barrio como reunirnos en las asociaciones, contarnos las inquietudes para poder mejorar nuestro barrio, hablar de cómo nos va y compartir nuestras alegrías. Si nos preocupa que no se pierdan nuestras raíces, pongámonos en marcha y eduquemos a nuestros hijos e hijas en ellas (sin olvidarnos de los avances que la vida nos ofrece). Digo esto porque como ya sabéis, he vivido en muchos sitios y lo que  siempre me llamaba la atención, era como celebraban sus fiestas, como las vivían y ¿sabéis como las vivían?  como se celebrara antaño, donde todo el mundo compartía y todo el mundo estaba a una. Me llamaba la atención que sus costumbres eran y son para ellos lo primero para empezar a celebrarlas sus fiestas, todos van vestidos con sus trajes regionales, todos brindan y todos bailan. Que no se pierda nuestra cultura, es lo único que no nos pueden quitar. Todos y todas tenemos una identidad que no se puede cambiar. No la olvidemos. Enseñemos a nuestros hijos e hijas, a algo tan sencillo como jugar al parchís en familia para estar reunidos. Enseñémosle como podemos ver una película, si entre todos nos ponemos de acuerdo, como compartir noches en una mesa contando historias (para mi eran muy relajantes y no teníamos ganas de ir a dormir). Es tiempo de castañas, no de calabazas.

Cuando sales de tus raíces, lo que quieres es sentir el anonimato, pero pasado un tiempo, la soledad te invade y llega la melancolía. Necesitas volver como los elefantes al sitio de nacimiento. En mis regresos por vacaciones, fue cuando empecé a disfrutar del barrio y sus gentes, pasear por el centro y sentir la brisa que nos llega del mar, no tenía, ni tiene precio. Necesitaba mirar el cielo azul de Andalucía, de Motril, de mis raíces. Pero cada vez que venía, notaba como se iban perdiendo olores que me recordaban, sonidos que no escuchaba, gritos para llamar a un niño que estaba en la calle. Ser de barrio nos da una calidad humana que no la encontramos en otros lugares. Estoy muy orgulloso de ser barrio pero tuve que aprender a ser fuerte y lanzarme al asfalto pero he tenido la suerte de aprender mucho. He sabido capturar muchos momentos, ver muchas creaciones, escuchar muchos conciertos, participar en rodajes,… pero nada comparado como el momento cuando entraba por el Candelón y veía las luces de Motril, la sensación era ¡¡¡LLEGUE!!! Todavía lo siento cuando entro. Cuando estas entre los tuyos todas las situaciones saben a amor, lo que se desprende en el aire es amor, volver a encontrarme con tanta gente con la que quiero es amor, compartir momentos con amigos es amor. No dejemos que nos invada la tristeza, es tiempo de fiestas, disfrutémoslas como las primeras de nuestras vidas y hagámoslo al máximo. Dentro de un momento volverán a sonar los instrumentos de la orquesta y sus cantantes, escuchadlos y recordad cuantos días de silencio hemos pasado. Bailemos, disfrutemos. Ya es hora de que vuelva el ruido a nuestros corazones y además sabemos cómo hacerlo. Adelante.

¿Os puedo pedir una cosa? Quería pediros que os quisierais más, que arreglarais las desavenencias entre vecinos y en el barrio y habléis entre vosotros. Recordad que los barrios los hacen las personas y todos, todas y todes sois importantes porque aportáis lo mejor que tenéis. Respetémonos y querámonos un poco más. Porque yo hoy os quiero un poco más que ayer, pero recordar siempre, menos que mañana.

Espero que os haya gustado y que lo hayáis disfrutado.

Antonio Bueno -Peluquero y artista motrileño-

(Pregonero Fiestas de los Álamos en Motril 2021)

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