Medio Ambiente introduce la focha moruna en el humedal de Charca Suárez

La delegada de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Sandra García,  destaca la importancia de preservar los ecosistemas de los humedales de la provincia.

La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente ha realizado la suelta al medio natural de once ejemplares de focha moruna criados en cautividad, para reforzar la pequeña población andaluza de esta especie, catalogada en peligro de extinción. Estas aves acuáticas, cedidas por la Reserva Natural Concertada Cañada de los Pájaros (Sevilla), se han liberado en varios humedales de las provincias de Granada, Córdoba y Almería, en el marco del Plan de Recuperación y Conservación de Aves de Humedales, aprobado por la Junta en marzo de 2012.

La Charca Suárez es uno de los espacios protegidos, incluido en el Inventario de Humedales de Andalucía donde figuran 14 humedales de la provincia de Granada que en total suman una superficie protegida de 676,12 hectáreas. La Consejería ha introducido en este espacio cuatro parejas que están evolucionando sin problemas. La delegada Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Sandra García, ha visitado las localizaciones de las jaulas de introducción de la focha moruna en esta reserva, y ha informado de que «el objetivo el asentar una nueva población reproductora en este enclave». García destacó «la labor tan importante que se está haciendo desde la Junta de Andalucía para proteger los ecosistemas de los humedales».

El ubicado en término municipal de Motril es un espacio natural que reúne unas condiciones óptimas para la reproducción de la focha moruna, por el nivel de agua adecuado, la abundancia de macrófitos sumergidos durante todo el año, una población creciente de rálidos (especies acuáticas indicadoras de buena calidad del ecosistema), áreas de refugio, cerramiento perimetral de la zona de reserva y vigilancia constante. «A ello hay que sumar las tareas de mantenimiento y seguimiento de la fauna que desarrollan los voluntarios ambientales en este espacio protegido», según García quién agradeció a este colectivo el trabajo que vienen desempeñando en la zona.

Todas estas aves han sido previamente marcadas con collares de plástico con un código alfanumérico para facilitar su posterior seguimiento individual y valorar el grado de éxito de las liberaciones.

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