EL SANTO SEPULCRO PONE EL COLOFÓN A SU CICLO DE CONFERENCIAS

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Domingo A. López Fernández

Fotos: EL FARO

El profesor David Martín López expone su visión de la representación del Santo Entierro en el arte 

El pasado viernes, 9 de marzo, la cofradía del Santo Sepulcro daba por clausurado el ciclo de conferencias que su junta de gobierno ha programado en conmemoración del LXXV aniversario de la hechura de la imagen del Cristo Yacente, obra de la que es autor el escultor granadino Domingo Sánchez Mesa. A lo largo de tres semanas el Centro de Arte José Hernández Quero se ha convertido en dilecto escenario para conocer la realidad y fines de las hermandades y cofradías en el mundo actual, la propia historia de la cofradía del Santo Sepulcro y el arte y la representación de Cristo descendido de la Cruz, temáticas todas que han gozado de una gran participación de hermanos en hermandad y público en general.

En esta jornada de clausura ha sido D. David Martín López, doctor y profesor de historia del arte, quien ha puesto el colofón al ciclo con la conferencia que lleva por título “El Santo Entierro y su representación artística en la historia”. El ponente es doctor en Historia y ejerce su docencia en la Facultad de Arte de la Universidad de Granada, habiendo versado su tesis doctoral sobre “Religión, Poder y Pensamiento Político en la Monarquía Hispánica. Los jesuitas de la Provincia de Toledo (1540-1621)”, tesis que obtuvo la calificación de “Sobresaliente cum laude” en su mención europea. A lo largo de su actividad docente ha realizado numerosas publicaciones en las que destacan temas muy diversos, pero, sobre todo, la trascendencia e importancia de la Compañía de Jesús, su patrimonio artístico en la provincia de Toledo, los tratados de la orden, su bibliografía y otras cuestiones de diversas materias relacionadas con el arte y la historia que le confieren gran relevancia en sus tareas investigadoras y docentes.

En el acto programado, el conferenciante fue presentado por el hermano mayor de la cofradía, D. David Correa Galeote, quien agradeció a los hermanos de hermandad su apoyo y presencia en la conferencia con la que clausuran el ciclo, a la vez que daba unas breves notas de presentación del ponente.

D. David Martín López iniciaba su discurso dando particular relevancia a la iconografía de Cristo Yacente a lo largo de la historia, ya que se encuentra extraordinariamente difundida en todos los periodos artísticos, tanto en pintura como en escultura. Así mismo, hacía notar su calidad de hermano de la hermandad del Santo Entierro de Cristo de la villa de La Orotava (Tenerife), de donde es natural, y donde suele estar presente en su señera procesión del viernes santo.

Con tono comedido y docta e ilustrada sapiencia, el conferenciante ha sabido trasmitir al público presente el significado de la iconografía de Cristo muerto y descendido de la cruz en las muy diferentes interpretaciones de artistas desde el periodo gótico hasta los tiempos actuales. Sus disquisiciones y apostillas sobre cada una de las diapositivas expuestas han posibilitado el perfecto conocimiento de todos los detalles que acompañan la representación de Cristo Yacente, tanto individualmente sobre el túmulo, como acompañado de su madre dolorosa y personajes accesorios como los Santos Varones, la Verónica y apóstoles, entre otros. De esta manera se han expuesto conocidas obras de artistas de todas las épocas. Así hemos podido ver a Giotto en las “Lamentaciones de Cristo muerto”, que muestra al Redentor instantes después del descendimiento de la cruz, a Rogier Van der Weiden, en su “Descendimiento”, con la dramática representación de Cristo y su madre que cae desfallecida con gran aflicción, el “Lamento de Cristo muerto” de Andrea Mantegna, el grupo escultórico del “Entierro de Cristo” de Ligier Richier, que se encuentra en la iglesia de Saint Étienne en Saint Mihiel (Francia), y que representan trece figuras en una escena verdaderamente cargada de gran dramatismo, o el lienzo del “Entierro de Cristo” de Caravaggio en la que se plasma la preparación de Cristo muerto en el momento de la unción tras ser descendido de la cruz. Esta continua e infinita muestra de artistas de todas las épocas han dado una completa visión de la iconografía del Yacente en sus muy variadas versiones, aderezadas en todo momento con las pertinentes aclaraciones del ponente que, por momentos, ha hecho fijar la mirada del público en rostros, detalles y símbolos que pasan desapercibidos en la contemplación de los lienzos y esculturas. Así se ha podido comprender, por ejemplo, las diferentes muestras del cuerpo de Cristo, en unos casos con un cuerpo liviano y de escaso peso, para transponer la idea de su próxima elevación a los cielos, pero también, en otros casos, en el contrastado peso, que remite a su condición humana en el tránsito a la divinidad. Asimismo, el dolor de la Madre, en unos casos de tremendo dolor que, incluso, lleva hasta el más puro paroxismo para invocar el acto de desfallecimiento más preclaro. O, finalmente, la versión de representarle al natural, cubierto con el sudario, aunque según expuso, cuando se muestra en la sagrada urna suele presentarse descubierto para mostrar su eternidad y la sensación de vida tras la muerte como Hijo de Dios.

David Martín concluía su intervención con un pequeño video de la procesión del Santo Entierro de Cristo de la Orotava, de la que es hermano, una impresionante manifestación de fe en la calle en la que participan todas las hermandades de la parroquia de San Juan. La organización del cortejo es coordinada por la hermandad del Entierro y se encuentran presentes las imágenes de la Virgen de los Dolores, María Magdalena, San Juan Bautista, los Santos Varones y el Yacente, una imagen de Cristo crucificado de brazos articulados que se transforma en Cristo Muerto. Se trata de una efigie atribuida al escultor Francisco de Ocampo que se procesiona sobre una camilla que en el argot  canario denominan como “cuna” portada al hombro por sus hermanos y en la que el Señor va cubierto con el sudario de tul. Sobre las imágenes, el ponente pudo explicar la ceremonia del encierro en el templo, en la que junto al altar son acercadas las imágenes de los Santos Varones, Nicodemo y José de Arimatea, momento en el que el cuerpo de Cristo es elevado por sacerdotes y tras ser mostrado ante su Madre es depositado en la una de madera, cuya tapa se cierra con gran estruendo.

Finalizada la conferencia, el hermano mayor de la cofradía, David Correa, hizo entrega al ponente de dos cuadros conmemorativos de las imágenes titulares y la imposición de la medalla titular de la que es señera corporación del viernes santo motrileño.

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