EN DEFENSA DEL ORDEN MUNDIAL Y EN SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO UCRANIANO

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En memoria de los caídos de Ucrania por causa de la sinrazón de la guerra

                                                                       Domingo A. López Fernández

                                                                       Cronista Oficial de la ciudad de Motril

Tras ocho días de guerra a alto nivel, el mundo civilizado se encuentra horrorizado con el conflicto iniciado por Rusia contra la república de Ucrania. En realidad, desde el mes de noviembre, la situación ya comenzaba a hacerse convulsa y con un futuro incierto. Rusia, con un potencial que espanta, mantiene una total supremacía en número de efectivos terrestres, aeronaves, helicópteros de ataque, tanques, vehículos blindados y armada sobre el país invadido. Es David contra Goliat. Desde hace ocho días las fuerzas armadas rusas se ha adentrado en territorio ucraniano para masacrar a la población civil, destruir su aparato militar e instaurar un gobierno títere en la nación. Ello llevaría implícito la aniquilación física del presidente Zelenski, al que desde estas líneas deseo se mantenga al frente de su nación y acaudille su defensa en nombre de la democracia y la libertad. En pleno siglo XXI no es de recibo la actitud llevada a cabo por Wladimir Putin, el presidente megalómano que va a dejar pequeños a dictadores como Hitler o Stalin. En verdad, con su actitud, el mundo civilizado ha mostrado el fracaso de la diplomacia, la pasividad del resto del mundo y la inutilidad de organismos cuya misión es velar por la paz mundial. Este conglomerado de hechos consumados va a provocar millares de muertos, represalias sobre la población civil y el aniquilamiento del pueblo ucraniano, del que ya ha tenido que huir más de 1.000.000 de personas para salvaguardar sus vidas. En esta última actitud hay que hacer mención a los hombres, adolescentes, jóvenes y mayores, que han acompañado a sus familias hasta las distintas fronteras para ponerlas a salvo y volver a sus ciudades de origen para integrarse en las milicias de defensa, y ello con un futuro incierto. Muchos de ellos se han despedido públicamente de sus seres queridos puesto que ante un potencial tan supremo se enfrentan a una muerte segura. Es David contra Goliat.

La realidad es que la comunidad internacional ha reaccionado bastante tarde ante tan inhumana invasión y ha comenzado a enviar armas al pueblo sojuzgado. En esta tesitura España ha mostrado los vaivenes a que nos tiene acostumbrados y, tras un rechazo puntual, en 24 horas ha cambiado de opinión, y al igual que el resto de países europeos ha fletado un cargamento de armas defensivas para ayuda del pueblo ucraniano. Pero que hacer frente a un convoy de 64 kms de tanques y vehículos blindados en dirección a Kiev sin hacer decaer la moral de las tropas ucranias. Pues resistir o morir ese será su lema.

Hurgando en la historia, España vivió una situación parecida con la invasión francesa cuando en el mes de mayo de 1808 Napoleón hizo reemplazar al rey Fernando VII por José Bonaparte, “Pepe Botella”. La sublevación del pueblo no se hizo esperar y comenzó el hostigamiento al ejército galo que, como en Ucrania, causó miles de muertos entre la población civil. El genial pintor Francisco de Goya retrató la resistencia y los fusilamientos sumarios de gente del pueblo, ofreciendo para la posteridad un lienzo que es considerado como la primera obra del arte contemporáneo, “Los fusilamientos del 3 de mayo”. En él, un personaje central con los brazos alzados y vestido de blanco anima a los soldados franceses a disparar sobre su corazón porque más vale vivir con honor que sojuzgado por el invasor. Los españoles murieron por la patria, si la patria, no la matria, término inventado por representantes del pueblo que no merecen estar donde están y que van en contra el menoscabo de una lengua que tiene siglos de historia. Con el transcurrir de los años, en 1813, la historia puso a cada uno en su sitio, pues el ejército invasor fue derrotado en la batalla de Vitoria, eso sí, con ayuda militar de Inglaterra y Portugal. Y que no decir de la guerra de guerrillas que la población civil inventó poniendo en jaque a los franceses en la mayor parte del territorio peninsular. Fue, pues el pueblo español quien se erigió en defensor de una causa que atentaba contra el amor patrio y los propios derechos territoriales de un pueblo que se hizo asimismo y que fue justo vencedor por creer en dicha causa. Como España, Ucrania está luchando con esos mismos valores y está abocada a dar una lección de pundonor, coraje, valentía y, sobre todo, justicia. La historia reconocerá con el tiempo este denostado atentado contra los derechos fundamentales de un pueblo que quiere vivir en paz, de la misma forma que lo hará sobre personajes ruines y faltos de humanidad que habrán de cargar con este estigma para el resto de sus vidas.  

Al igual que España, Ucrania está defendiendo con sangre y honor su tierra, la tierra de sus ancestros. El simbolismo ha vuelto a hacer mella en este conflicto bélico en Kiev, la capital, cuando las tropas invasoras han atentado contra el monumento a Babi Yar. Se localiza aquí la torre de comunicaciones de la capital, lugar en el que en el año de 1941 las tropas nazis asesinaron a más de 33.000 judíos. Las escenas que nos muestra la televisión hablan del horror de la guerra, de la destrucción total, del holocausto en el que va a quedar el país entero. Putin en estos momentos ha iniciado la ofensiva total, si bien se está encontrando más resistencia de la esperada, lo que puede dar lugar a combates más encarnizados.

En esta guerra sin sentido hay que diferenciar claramente al pueblo ruso de la cúpula jerarquizada que ostenta el Kremlin. El pueblo ruso está manifestándose por las calles en contra de la guerra y el régimen, calzado en las operaciones de la antigua KGB, está deteniendo a los opositores. Mientras, los altos representantes del gobierno amenazan con alertar el botón nuclear y a atacar a todo país que ayude a Ucrania. Tras dos conflictos mundiales, la locura megalómana de un dictador ha vuelto a repetir la historia y a poner al mundo al borde de la que puede ser la tercera guerra mundial. Desde luego, con Putin, un ser cuyas facultades mentales no parecen ser muy normales, los países occidentales han tenido manga ancha. En 2014 Rusia se anexionaba la península ucrania de Crimea, hecho que la comunidad internacional no reconoció, imponiendo graves sanciones a Rusia. Meses después le tocó el turno al Dombás, donde Donestsk y Lugansk se autoproclamaron republicas populares lo que dio lugar a una nueva guerra entre los separatistas prorusos que apoyaba Moscú y la república de Ucrania. Crímenes, extorsiones, velados atentados, sutiles envenenamientos con polonio.., etc., Nada se detiene en la mente de este siniestro personaje que ha puesto en peligro el orden mundial.

Por todo el mundo se muestra ahora la solidaridad con el pueblo ucraniano. Los ofrecimientos son multitudinarios en el caso de medicinas, productos hospitalarios, alimentos básicos, ropa y acogimiento de refugiados en residencias y casas particulares por los países limítrofes. Ánimo Ucrania. Desde este pequeño portal estamos con vosotros y os animamos a luchar por vuestra libertad. España lo logró con las tropas francesas, vosotros no vais a ser menos. Recordar a David, el joven pastor israelita de la tribu de Judá que se enfrentó a Goliat, soldado filisteo fuertemente armado y que acabó siendo vencido con una simple honda. Fuerza Ucrania.

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