INDIGNO DOLOR

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INDIGNO DOLOR

SUSANA GUIJARRO -Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y de la Salud-

Hace poco más de un año andaba yo por los hospitales entre consultas de cirugía, oncología, enfermerías y algunas más. Estaba en pleno tratamiento de radioterapia con una gran profesional, la doctora Cristina Prieto Prieto (mi vida está llena de Cristinas), especialista en oncología radioterápica. La verdad es que andábamos dando palos de ciego por la rareza de mi tumor, y esta gran mujer fue la que empezó a poner algo de luz sobre mi camino. Su implicación me ganó y hoy la admiro y le tengo un cariño muy especial. Podría decir que me achicharró, pero a pesar de todo se lo agradezco. Este proceso fue un poquito duro, sobre todo los últimos días, pero creo que tomé una decisión correcta cuando firmé el consentimiento para recibir el tratamiento.

La gran duda que tenía que resolver mientras me sometía a esas radiaciones era la de la quimioterapia. Se me plantó encima de la mesa cómo sería el procedimiento y que la decisión final debía tomarla yo, porque había serias dudas de que fuese efectiva y los riesgos eran demasiado elevados. Como yo no soy oncóloga ni entendía absolutamente nada pedí más opiniones, y como soy preguntona por naturaleza a la par que inconformista no me quedé sólo con una. A todos les preguntaba lo mismo. ¿Usted se la pondría si estuviera en mi lugar? La mayoría, por no decir todos me dijo que no. Con lo cual pedí el traslado a un centro de referencia. Me derivaron a Sevilla y aterricé en la consulta del doctor Javier Martín Broto. La persona que me hizo la derivación me dijo: este hombre es uno de los médicos que más sabe de sarcomas en España. ¡Suerte la mía de que me tratase!

El señor Martín Broto terminó de iluminar mi camino, ¡Gracias Javier! Y su respuesta fue rápida y firme al plantearle la misma pregunta. ¡Yo sí me la pondría! ¡Porque sabemos la mala leche que se gastan

Y allá que me fui tras meditarlo como 3-4 días. Me dio una confianza y una tranquilidad desde el primer momento que no sé cómo explicar siquiera, bueno sí, porque se nota el conocimiento que tiene del tema, la experiencia y la pasión por su trabajo. Quiero recalcar la importancia de que ante un diagnóstico de sarcoma es muy importante que se derive al paciente a un Centro de Referencia. En España, si no me equivoco son 7 y el hospital en el que yo me traté tiene acreditación además reconocida a nivel europeo. ¿Por qué digo esto? Pues porque se estudia el caso a fondo por un equipo multidisciplinar antes de cualquier tipo de intervención, ya que la forma de actuar si no se ha tratado anteriormente un sarcoma puede entorpecer el protocolo adecuado para la supervivencia del paciente. Se pasa muy mal con esta maldita enfermedad pero cuando ves que estás en las mejores manos se hace mucho más llevadero. En unas de las citas previas al tratamiento le dije que estaba súper agradecida y convencida de que había hecho lo mejor, otra decisión acertada, máxime cuando te dicen que deben hacer revisiones con mucha frecuencia (ahí intuyes la gravedad del asunto). Pues bien, ahora es cuando os cuento otro asunto más grave aún…

Llega la administración metiendo sus zarpazos y resulta que de pronto me quedo sin revisiones porque a Cristina la cambian de hospital, digo pues pido que me manden contigo y ¡no te dejan!

Justo después de esto recibo una llamada de parte de las asociaciones de pacientes con sarcoma, andan en una lucha para que no cierren la Unidad  de Sarcomas del Hospital Virgen del Rocío y nos hacen una petición desde una plataforma para evitar que se produzca este hecho. Total que firmo y ya que estaba pido mi revisión y cuál es mi sorpresa cuando me entero de que ya no está en el hospital. ¿Alguien me explica como un profesional de la talla de este hombre ya no trabaja aquí? Si gracias a él consiguió el hospital convertirse en Centro de Referencia para el tratamiento de estos tumores tan complicados… En fin, cita para los resultados del último TAC: mi cabeza, bueno está la doctora Hindi, que es otra gran profesional; la realidad: llamada esta tarde de una nueva especialista que me dice que tampoco está Hindi y que no saben mucho más. Que ha habido concurso de traslados y se ha ido del hospital.

Susana tiene hoy un nivel de cabreo máximo porque se ha quedado huérfana como paciente. ¿Me cuenta alguien qué está pasando? Porque si leemos la petición que andaba pidiendo firmas para que no cerrasen la unidad queda clara la intención del hospital de no querer que sigan en dicha unidad estos dos grandes médicos. Porque mi sentido común dice, si tú tienes personal muy cualificado, que tratan a sus pacientes bien, que se dedican en cuerpo y alma a ello, restando tiempo a sus familias porque los horarios de consulta acaban mucho más tarde de lo que dicen sus contratos… ¿cómo narices das lugar a que se vayan? Si es prestigio, que a mí personalmente es lo que menos me importa, y es una alegría para tus pacientes ¿por qué no los mantienes en tu servicio? Mi cabeza está hirviendo porque no es normal que después de todo lo que se sufre con el puto cáncer encima tengamos que estar ahora cambiando de médicos porque somos códigos de barras. Me duele en el alma esto y tengo el corazón compungido. No sé quién es responsable de este infortunio, pero me gustaría saberlo y voy a llegar donde haga falta, porque si algo tengo claro es que donde vayan estos dos grandes allá iremos sus pacientes, porque lo que nos importa es nuestra salud y confiamos en quienes nos cuidan, no en quienes vetan tratamientos, investigaciones o miran sólo por la pasta.

¿Cuándo vais a procurar contratos decentes para nuestros sanitarios? ¿Y plazas fijas? Ya está bien de maltratarlos ¡joder! Y ya está bien de que nos tomen el pelo a los pacientes, eso cuando no estás pelón…

¡Javier y Nadia, vuestros pacientes estamos con vosotros! Porque yo no me creo que nos hayáis dejado colgados…

P.D. Continuará…

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