SEGÚN DEL LADO DE LOS 50 CM

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FIN DEL ESTADO DE ALARMA

MANUEL MARÍA -Articulista-

Hemos pasado del silencio a la vorágine; del “balconing” a la rua; de no ver a nadie, o casi, a ver a todos, o casi; y digo casi, porque,  ni antes estaban todos ni ahora lo van a poder estar…; unos por sus “cosillas”, otros por “el bicho”, y otros…. Otros, ni se sabe, pero el caso es que se han ido. Nos han ido dejando. No sé muy bien si queriendo o sin quererlo, pero el caso, como digo, es que nos han dejado.

Pero otros, otros no; otros, aquí seguimos, metámonos todos y sálvese el que pueda; y seguimos en la lucha diaria. Así que animémonos… aunque solo sea por eso, por estar aquí, animémonos…

Estamos a punto de pasar a la denominada: “nueva normalidad”, denominación ésta de la que por cierto ya dí mi opinión en otra ocasión y de hecho a ella me remito; pero, ahora, ahora la cosa es distinta: entre otras cosas, porque según dicen entendidos: se acaba el Estado de Alarma a las doce de la noche del sábado, y no como venía siendo habitual, la noche del domingo, no sé, consulten el BOE; pero ahora toca luchar; ahora toca pelear; ahora toca sobrevivir… sea el sábado, sea el domingo…

Ya iremos viendo que nos depara la nueva normalidad, sin duda, todo va a cambiar, o cuando menos, casi todo; nuestras modas; nuestras costumbres; nuestros comportamientos, tanto con nosotros mismos, como con los demás; al final de cuentas nuestra vida… nuestra vida va a cambiar, en el día a día; Lo podemos ver, lo notamos, lo palpamos… casi todo ha cambiado… esperemos que para bien.

Donde vamos a dejar nuestros apretones de manos, nuestras charlas con amigos, nuestros abrazos, nuestros besos, nuestros toqueteos, tan nuestros ¿dónde?

Ya empezamos, resulta que algunos “iluminados” van diciendo que con la vacuna nos quieren inocular un chip que nos va a controlar y nos marcará nuestras vidas; por favor, seamos serios, creamos en molinos, que no en gigantes, por favor. Y no quiero decir nada si las personas o “iluminados” que se entretienen en decirlo, no crean que ha sido en foros vacuos, que no, y no crean que los que lo han dicho son “mindundis” que tampoco, son personajes de relevancia, si de relevancia, créanme.

Menos mal que a su paso han salido varios personajes de calado y peso social e inteligente para desmentirlos o cuando menos acallarlos.

No son las únicas muestras de delirium que aparecen ya en la nueva normalidad. Vamos viendo señales de todo, vestigios de la antigua realidad, como cabría llamarla, y algunos de ellos, por cierto, siguen siendo reprobables; pero también, vemos flecos de la nueva normalidad.

Como la anterior, o como la que se ha montado con la creación de camisetas, jarras, pins… en fin y en una palabra: merchandising de la figura del Dr. Simón. Hay de todo, no me crean, compruébenlo, de todo. Desde él mismo, el Dr. Simón, que ha manifestado que no le parece mal, y que si pueden den una pequeña parte a alguna ONG. Cosa ésta muy loable. Pero además, han salido otros, ¿Cómo no? “iluminados” que se han dedicado a atacar a quien o quienes lo hayan creado; alegando entre otras cosas: ¿no les parece vergonzoso, como mínimo, con la que estamos pasando, ponerse o dedicarse a pensar en eso? ¿A querer vivir de eso? -esto y alguna cosas más-.

Y yo, probe de mí, me pregunto: ¿En serio? ¿De verdad se plantean esto?, y como no, yo mismo me respondo: Si, lo estamos pensando… ¿y porque no preguntan a toda nuestra clase política a que se ha dedicado? ¿Por qué no le preguntan que han hecho ellos? ¿Con sus dietas, con sus pagas, con sus debates, con sus insultos, con su falta de soluciones, con su falta de unión para lograr salvarnos? Y como ustedes mismos dicen: con la que estamos pasando el populacho.

Y la que se está liando con nuestros mayores; o mejor dicho, con sus fallecimientos, al parecer, designados por quien sabe… de verdad, me da pena pensar que aunque sea en el fondo, muy en nuestro fondo, todos, somos, hemos sido, y seremos, más o menos conscientes de esta realidad; aunque acaso no a estos extremos, pero conscientes, de verdad, me da pena…

Me pregunto para mis adentros: ¿si alguno de los fallecidos hubiese sido familiar directo de estos señores que opinaron “quien vive y quien no”, como hubiera sido la cosa? ¿Igual? ¿Ustedes que opinan?, pues eso.

Ya he comentado en algún escrito anterior, que hay quien tiene un dicho muy verdadero: “donde no hay sangre, no hay morcillas” -y cuánta razón tiene-. Podríamos añadir mil refranes y dichos: “Poderoso caballero es don dinero”, “amigos tengas…”… en fin, miles, ahora se me vienen a la cabeza estos dos, pero seguro que son muchos más.

Quiero explicar, que cuando al principio de éste párrafo digo: “…la que se está liando con lo de nuestros….” Me refiero, a que ahora, por desgracia tarde como siempre, nos estamos enterando de lo que ha podido, presuntamente, ocurrir con todos y cada uno de ellos, de esos que dieron su vivir, o su sin vivir, por nosotros, y nosotros les pagamos: dejándoles solos en los peores momentos de sus vidas. Comprendo que en algunas circunstancias no se podía hacer otra cosa, pero… y ese pero les quedará siempre en sus sentimientos a los que han tenido la desgracia de vivirlo. Lo siento, de verdad, lo siento y mucho.

Cambiando de tema, me parece el anterior tan importante que creo que es mejor que lo trate alguien más preparado que yo, que es tan serio que no merece ser mencionado, si quiera, por alguien tan inútil como yo, así que, cambiando, en el momento que escribo esto, se dice en televisión que el “Bicho” está reapareciendo, en varios sitios: su lugar de origen, otros países, y como no, en España… espero que sea un fake, como se dice ahora, espero que nos pille preparados…

Esperemos, o al menos así lo espero yo, que en mi próximo escrito volver a mi rutina, a mi Motril, a nuestras cosas… sería un detalle, sería un buen detalle.

Un saludo. Un abrazo, cómo no, cariñoso, como siempre.

¡Ah! Y por favor, no lo olviden… INTERACTUEN…

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