RELATOS DE LA HISTORIA DE MOTRIL

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UNA BREVE HISTORIA DE LA EVOLUCIÓN URBANA DE MOTRIL HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XVIII

Se ha escrito que cuando Motril fue conquistado por las tropas de los Reyes Católicos era un recinto amurallado de unas 50.000 varas cuadradas. Seria aproximadamente lo que hoy conocemos por el casco antiguo de la ciudad y cuyo centro geográfico estaría situado en el llamado “solar de la villa”, posteriormente plaza Mayor y hoy plaza de España o del Ayuntamiento. A extramuros y seguramente sin cercar, se extendían los arrabales de Al-Manjón y Al-Coruch, al oeste y norte del núcleo central, y al NE estaba el barrio de Jandara o del Pozuelo. El núcleo amurallado acogería a la población más poderosa social y económicamente y arrabales y barrio serían el lugar de residencia de pequeños agricultores, jornaleros, algunos artesanos, trabajadores de los ingenios de azúcar, etc. La muralla musulmana que rodeaba el núcleo central fue derribada por orden de la Corona en 1499 ante el temor de una sublevación mudéjar. Pedro Tros de Ilarduya, cronista local de fines del siglo XIX, describe la villa al final de la época musulmana: “Motril era un recinto amurallado con dos puertas y dos postigos, encierra dos plazuelas, veintidós calles estrechas y tortuosas, tres mezquitas y varios baños e ingenios”.

En 1510 el procurador, Pero Gómez de Rada, decía que esta villa tenía 190 vecinos, unos 760 habitantes, era un núcleo de población muy inseguro y que había un sitio de 70 casas en las cuales se apartaban los cristianos viejos, cercándose a casa-muro en caso de ataque. En 1528 se inician las obras de construcción de una nueva muralla a cargo de vicario Gonzalo Hernández de Herrera, encerrando entre sus muros un perímetro urbano muy parecido al que hubo en época musulmana con dos puertas (Granada y Castil de Ferro) y dos postigos (Beas y Toro). El crecimiento urbano viene delimitado, por lo tanto, por las necesidades de la defensa. En el último tercio del siglo XVI existían tres plazas: Mayor, de Armas y la plaza del Convento de la Victoria; siete calles principales y 19 calles secundarias, callejas y callejones. Las casas principales tenían dos plantas habitables y una tercera, llamada “galeón” que se usaba como secadero o almacén, abierta con una galería de arcos de medio punto. Las viviendas más pobres eran de una sola planta y un pequeño corral posterior.

El crecimiento demográfico y urbano comenzado en las dos últimas décadas del siglo XVI, se continúa aceleradamente a lo largo de la centuria siguiente, como se deja ver claramente en las numerosísimas peticiones de vecindades, solares y licencias para construir nuevos edificios que aparecen en los libros de Actas Capitulares del Ayuntamiento. Para 1657 hay ya 1.200 vecinos, unas 4.800 personas. Esto se debió a que las condiciones económicas eran bastante más favorables, especialmente por el gran desarrollo del cultivo cañero que va a ocupar casi toda la vega y la construcción de nuevos ingenios azucareros más grandes y que necesitan mayor cantidad de trabajadores. La localidad va a doblar su población en apenas 10 años, lo que supone un proceso de urbanización acelerado que cambia radicalmente la imagen urbana del Motril del siglo XVI. En el núcleo central, llamado “cercado de la villa”, se van a ocupar todos los solares, corrales y huertas existentes, pronto no va a quedar un solo espacio vacío e incluso el Concejo se ve en la necesidad de denegar peticiones de licencias de construcción de edificios, porque algunos peticionarios pretendían, incluso, construir sus viviendas cerrando algunas de las calles principales. Para 1614 conocemos como se había extendido el entramado urbano motrileño.

Las zonas ocupadas por las edificaciones eran las siguientes:

  • Cercado de la villa
  • Desde la puerta de Castil de Ferro, muralla abajo, ingenios y toda la calle de la Carrera hasta san Antón y por la rambla y la acequia hasta la citada puerta
  • Desde el postigo del Toro, recorriendo el ingenio de la Palma y san Roque, rambla del Manjón abajo, hasta salir de nuevo a postigo del Toro.
  • Desde el postigo de Beas, rambla arriba saliendo a la calle Nueva y por la rambla de san Antón al ingenio del Rey y de ahí a la calle del Matadero, subiendo de nuevo al postigo de Beas.

El cercado o núcleo amurallado que incluía la Iglesia Mayor, la plaza Mayor, el edificio del Ayuntamiento, cárcel, alhóndiga, carnicería, mercado, hospital, pósito, convento de la Victoria y 200 casas, seguía siendo la principal zona de residencia de la oligarquía urbana, dueños de ingenios, propietarios de tierras y comerciantes, aunque ya se observa cierta tendencia de estos grupos a desplazarse hacia la nueva zona urbana de levante, menos cerrada y con mejores edificios. Así en este siglo se va a configurar el aspecto urbano de Motril, siendo en esta época cuando se crean las, aun hoy, principales vías que ponen en contacto los diferentes elementos urbanos:

  • La calle de la Carrera pone en comunicación el núcleo central con el barrio de Capuchinos.
  • La calle de las Cañas que pone en contacto la ciudad de este a oeste y es la vía de entrada desde el exterior más importante.
  • La calle de la Muralla une el norte con el sur.
  • La calle de San Francisco que es la entrada al núcleo urbano principal de la ciudad desde el camino de Salobreña

El siglo XVIII, según en Catastro del Marques de la Ensenada de 1752, la ciudad tiene 7.364 habitantes, incluidos seglares y clérigos de Motril y sus anejos y los 12 vecinos reales de la alquería de Pataura y significa urbanísticamente la creación de nuevos barrios como el de las Angustias, San Antonio, Nuevo y Monsú. La calle Nueva, abierta urbanísticamente en el siglo anterior, se va a convertir en el eje principal de la ciudad, con lo que el centro social, económico y comercial de Motril abandona definitivamente la plaza Mayor, que queda para la política y el culto, para trasladarse a la zona comprendida entre la calle de la Muralla, hoy de los Catalanes, y la mencionada calle Nueva. La muralla, una vez desaparecido el peligro pirático, empieza a verse como un obstáculo al crecimiento urbano, acordándose definitivamente por el Concejo en 1747 su derribo y entregando sus piedras a los Jesuitas que pretendían levantar una iglesia junto a su colegio.

Y en este contexto, queremos examinar la ciudad desde la propiedad de las casas en estos años del siglo XVIII, usando para ello las respuestas generales y particulares del citado Catastro de Ensenada.


Casa de retiro del convento de la Cartuja de Granada. Estaba en la actual calle Cartuja y se conservó, modificada, hasta los años 90 el siglo XX.

En la pregunta 22 del Interrogatorio General que hace el Catastro, se responde por los declarantes que Motril tenía 1.600 casas, 60 arruinadas y hechas solares, 12 inhabitables y 19 casas de campo. En cambio en las respuestas particulares se recogen un total de 1.882 edificios, ya que aquí si se reúnen con un sentido fiscal todos aquellos edificios que podían dar alguna renta; es posible por lo tanto, estudiando pormenorizadamente las respuestas particulares de los vecinos, que podamos afirmar que la ciudad en 1752 tenía 1.699 edificios de viviendas particulares, 91  eran cocheras, ruinas, corrales, solares o sitios inhabitables y, además, otros 92 edificios considerados en el Catastro como indústriales:

  • 6 alfarerías
  • 3 boticas
  • 4 mesones
  • 1 pastelería
  • 1 tenería
  • 1 confitería
  • 1 platería
  • 5 tiendas de paños
  • 6 tiendas de mercería y especiería
  • 24 tiendas de verduras
  • 9 tabernas
  • 2 hornos de pan
  • 3 bodegones
  • 3 molinos harineros
  • 4 molinos de aceite
  • 2 ingenios reales
  • 2 trapiches de azúcar
  • 11 casas de blanqueo de azucares
  • 2 fábricas de cuajar quebrados
  • 2 almadrabas de fabricar tejas y ladrillos

No se recogen aquellos edificios de titularidad o uso público, militar o eclesiástica que están exentos de contribución tales como: 

  • 3 Conventos de frailes (Mínimos, Franciscanos y Capuchinos)
  • 1 Convento de monjas (Nazarenas)
  • 4 Oratorios (Tres en las puertas de las murallas y el de San Felipe Neri)
  • 1 Colegio (San Luis de Gonzaga. Jesuitas)
  • 1 Seminario menor (San José. Jesuitas)
  • 1 Escuela pública
  • 5 Iglesias (Iglesia Mayor, las tres de los conventos de frailes y el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza)
  • 5 Ermitas (San Antonio, Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora de las Angustias, San Sebastián y San Nicolás)
  • 1 Hospital (Santa Ana)
  • 1 Casa-Ayuntamiento
  • 1 Cárcel real
  • 1 Pósito
  • 1 Casa de la matanza
  • 1 Carnicería
  • 1 Lonja
  • 1 Casa de comedias (Exenta al ser declarada Real Casa de Comedias)
  • 1 Casa de la Tercia
  • 1 Casa aduana
  • 1 Casa posta real
  • 1 Casa de correos
  • 1 Alhóndiga
  • 2 Cuarteles
  • 5 Torres costeras
  • 1 Almacén de la sal
  • 1 Casa en las salinas
  • 1 Almacén junto a la torre del Varadero
  • 1 Torreón junto la Iglesia Mayor (Torre de la Vela)
  • 1 Torre-cubo junto a la puerta de Castil de Ferro (Torre de Santiago)
  • 2 Torres arruinadas de las antiguas murallas
  • 1 Casa lavadero
  • 1 Baño antiguo morisco ruinoso en parte incorporado al hospital
  • 1 Casa de retiro del convento de la Cartuja de Granada
  • 1 Fábrica de salitre (Propiedad de la Iglesia Mayor)

Las 19 casas de campo no se contemplaban como urbanas y sí que aparecen incluidas en las propiedades de la tierra.

Los 1.786 edificios que el Catastro consideraba como sujetos a contribución, ocupaban una superficie total de 218.001 metros cuadrados, atendiendo a los 19.792,75 metros de fondo y 11.014,18 metros de frente. La renta total estimada era aproximadamente de 364.110,58 reales de vellón, ascendiendo solamente los alquileres a 133.232 reales.

La proporción entre frente y fondo es de 35,73% correspondiente al frente y 64,24% al fondo; esto nos daría una ciudad, como señalan algunos cronistas decimonónicos, de casas con plantas bastante irregulares, de calles realmente estrechas y sinuosas, fachadas de poca o escasa extensión y fondos más profundos que seguramente se solaparían entre ellos; es decir, un típico urbanismo heredado de época musulmana y que poco se había modificado con el paso de los siglos, si hacemos la excepción de la zona este y sureste de la población de más moderna construcción donde sí que había algunas calles más anchas y rectas. No se cita en el Catastro, al describir las casas, la existencia de edificios de pisos, aunque seguramente habría bastantes.

Esta es una sucinta evolución de la historia urbana de Motril hecha a grandes rasgos, pero que puede ayudar un poco a saber como cambió nuestra ciudad a lo largo de estos siglos de la Edad Moderna.

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