Torrecuevas vivió ayer el día grande de sus fiestas con la procesión de la Virgen Madre y los fuegos artificiales

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Hoy pondrá el broche final a tres días intensos de fiestas para vecinos y visitantes

PROCESIÓN DE LA VIRGEN MADRE DEL BARRIO DE TORRECUEVAS EN ALMUÑÉCAR (Foto: El Faro)

El barrio de Torrecuevas vivió su día grande de las fiestas honor de la Virgen Madre y la 49ª Fiesta de la Chirimoya con la procesión de la Imagen y el castillo de fuegos artificiales.

Fue una jornada intensa que arrancaba con las actividades deportivas para dar paso a la fiesta infantil antes de la comida que ofreció la Asociación de Vecinos “El Acueducto”, que preside Martín Cecilia, y la correspondiente degustación de chirimoyas.

Ya por la tarde la Hermandad Virgen Madre tomaba su protagonismo en la organización de la procesión por el barrio, tras la celebración de la santa misa. La Imagen, acompañada por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación de Almuñécar, salió de la capilla y puso rumbo a la zona de Caicillos. En la salida no faltaron los bailes que ofrecieron Paola Almodóvar y su grupo de Andalucía Baila. Al cortejo  se sumaron, en representación del Ayuntamiento, los ediles de Cultura y Fiestas, Alberto García Gilabert, junto con Rafael Caballero y Javier García, que fueron recibidos por el Hermano Mayor de la Hermandad, Lucas Vallejo.

Como es tradicional la procesión, al ocupar la carretera autonómica que comunica Almuñécar con los demás pueblos de Valle de Río Verde y Granada, contó con la colaboración de la Policía Local y Protección Civil.

Los fuegos artificiales marcaron la llegada de la comitiva, por el norte en Caicillos, y por el sur, en Venta Luciano. A lo largo del recorrido no faltaron los homenajes póstumos y recuerdos emotivos, hasta en cuatro ocasiones, para aquellos vecinos que nos dejaron este año con sendas levantadas.  

Por cierto que este año el tramo de acueducto romano destacaba más que nunca al recuperarse recientemente la iluminación del monumento.

Ya de vuelta la Imagen a ermita, vecinos y visitantes disfrutaron del gran castillo de fuegos artificiales en la Rambla, antes de concentrarse en la caseta oficial donde la Orquesta Blanco y Negro animó la noche hasta bien entrada la madrugada.

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