RuuVan Nistelrooy: «Merece la pena dar a estos niños una nueva oportunidad»

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El ex futbolista, que colabora con Aldeas Infantiles SOS desde hace 15 años, valoró el trabajo que realiza la organización y aseguró que seguirá apoyándolo.

En la Aldea Infantil SOS de Granada viven cerca de setenta niños de diversas edades en doce hogares SOS, con la ventaja de que los grupos de hermanos pueden vivir juntos.

Los niños de la Aldea Infantil SOS de Granada compartieron tarde de charla, merienda y fútbol ayer con el ex futbolista Ruud Van Nistelrooy y su mujer, Leontieen, quienes mostraron su sincero interés por la situación de estos niños y les animaron a buscar diversión y salud en el deporte.

El ex jugador del Real Madrid disputó un partido con los niños de la Aldea de Granada

El ex futbolista del Real Madrid y del Málaga C.F., Ruud Van Nistelrooy, acompañado de su mujer, Leontieen Slaats, disfrutó mucho en su visita a la Aldea Infantil SOS de Granada. Durante la tarde tuvo la oportunidad de hablar con los niños y con sus educadores, compartir merienda y jugar al fútbol con un gran número de pequeños que se disputaban el sitio unos a otros para participar en el partido junto al excepcional futbolista. Pese a que alguno declaró ser hincha del F.C. Barcelona, bromeando con el deportista, todos quisieron compartir con él juego y bromas. Fue una tarde feliz que los niños no olvidarán.

«Tras quince años como embajador SOS, me sigo sintiendo impresionado cada vez que visito una Aldea Infantil SOS. El trabajo que hacen es muy bonito y quiero seguir apoyándolo porque merece la pena dar a estos niños una nueva oportunidad», declaró este futbolista, cuyo primer contacto con la organización fue con la Aldea Infantil SOS de Bucarest (Rumanía) en 1998, a la que visitó junto a sus compañeros de equipo de entonces, el «Jong-Oranje».

La mujer de Nistelrooy, Leontieen, comparte la admiración de su marido por Aldeas Infantiles SOS y se mostró muy interesada por el trabajo que realiza y por la labor de las madres SOS, a las que preguntó por la organización de los hogares SOS y se sorprendió por el orden, el reparto de tareas y la variedad en las comidas que allí tienen, y aseguró que «le gustaría que sus hijos lo vieran para hacer lo mismo en casa».

No es la primera vez que el matrimonio visita una Aldea Infantil SOS en España, puesto que en 2009 conocieron de cerca el funcionamiento de la de El Escorial (Madrid) y ahora han querido interesarse personalmente por los niños y educadores que viven en la Aldea Infantil SOS de Granada, situada en el famoso barrio del Albayzín, inaugurada en 1989, año que comenzó a acoger a niños que se ven temporalmente privados de su familia.

En la actualidad, viven en la Aldea Infantil SOS de Granada cerca de setenta niños de diversas edades en doce hogares SOS, con la ventaja de que los grupos de hermanos pueden vivir juntos y apoyarse mutuamente para no perder sus raíces. En este lugar, Aldeas Infantiles SOS les proporciona no sólo un hogar, sino una madre SOS y el apoyo de un equipo profesional que atiende todas sus necesidades y le ofrece un entorno familiar protector en el que crecer y encontrar nuevas oportunidades.

Para los niños que viven en esta Aldea, una visita como la del ex futbolista supone una divertida motivación, ya que pueden comprobar cómo el esfuerzo y la constancia pueden llevar a una persona a alcanzar los retos marcados y sentirse con ello realizada.

Sobre Aldeas Infantiles SOS 

Aldeas Infantiles SOS es una organización internacional, privada, de ayuda a la infancia, sin ánimo de lucro,  interconfesional e independiente de toda orientación política, fundada en 1949 en Imst (Austria) y con presencia en 133 países.

Su labor se centra en el desarrollo del niño hasta que llega a ser una persona autosuficiente y bien integrada en la sociedad. Trabaja para fortalecer a las familias vulnerables, de modo que puedan atender adecuadamente a sus hijos; protege a los niños que se han visto privados del cuidado parental, a los que brinda un entorno familiar protector en el que puedan crecer sintiéndose queridos y respetados; y acompaña a los jóvenes en su proceso de maduración e independencia.

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