Un grupo de jóvenes de la Alpujarra revoluciona con sus “entrenos” el envejecimiento activo de la comarca

EL FARO

La empresa deportiva DAGACO, creada con la ayuda de Empleo, guarda el secreto de la longevidad de buena parte de la población de la zona

Un grupo de jóvenes de la Alpujarra revoluciona con sus “entrenos” el envejecimiento activo de la comarca (EL FARO)

‘Forjado en la Alpujarra’. Este es el lema de la empresa DAGACO, un centro de entrenamiento multidisciplinar compuesto por un grupo de jóvenes que han revolucionado con sus “entrenos” el envejecimiento activo de la Alpujarra. Lo que en 2021 parecía una apuesta arriesgada, hoy se ha convertido en una historia de éxito empresarial, social y de esperanza para una de las zonas más despobladas y envejecidas de la provincia de Granada. Gracias a la iniciativa de dos jóvenes emprendedores, Antonio Cruz y David Archilla, la empresa deportiva DAGACO guarda desde el entonces el secreto de la longevidad de buena parte de la población de la zona.

Todo, con el apoyo de la Delegación Territorial de Empleo de la Junta de Andalucía, un respaldo que en sus comienzos les permitió materializar el proyecto con dos ayudas para autónomos de cerca de 6.000 euros. “Casi cinco años después, el resultado es impresionante”, ha celebrado el delegado de Empleo, Javier Martín Cañizares. Con él, son ya más de 400 personas a las que ha enganchado este centro deportivo y sanitario donde el bastón y la pereza se dejan en la puerta.

En 2021, cuando gran parte de la economía local retrocedía por la pandemia, Antonio Cruz regresó a su pueblo materno tras estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, decidido a afrontar una realidad: en la Alpujarra la población envejece, los jóvenes emigran y los servicios básicos (sanitarios, deportivos o sociales) son escasos en comparación con otras zonas más pobladas y mejor comunicadas. “Ahí había un nicho de mercado y una oportunidad empresarial que no podíamos dejar pasar”, afirma el joven, que sumó sus ganas con las de David Archilla, graduado en Fisioterapia y Técnico Superior en Actividades Físicas y Deportivas.

Tanto Antonio como David se encontraban fuera del pueblo, “pero queríamos volver a Cádiar y veíamos que este proyecto empresarial tenía futuro”, afirman. El equipo fue creciendo con Salvador López, Javier Román, Paco López y Jesús Miguel, un grupo multidisciplinar que comenzó a ofrecer formación física profesional en las aldeas pequeñas donde los centros de salud deportiva eran inexistentes.

Lo que comenzó en el polideportivo municipal de Cádiar, se convirtió poco a poco en un servicio estable que hoy en día ofrece entrenamientos adaptados (gimnasia de mantenimiento, ejercicios de equilibrio, clases grupales y atención personalizada) a once pueblos de la comarca que suman 9.353 habitantes. De ellos, 806 superan los 80 años y cuatro han soplado ya un siglo de vida. DAGACO cuenta con sedes en Cádiar y Ugíjar aunque sus entrenadores se desplazan a otros núcleos del entorno como Albondón, Almegíjar, Turón, Laroles y Mairena (de Nevada), Válor, Yegen y Mecina Bombarón (de Alpujarra de la Sierra), Juviles, Pórtugos y Trevélez.

“En esos pueblos viven muchas personas mayores con pocas alternativas. Nosotros quisimos ofrecer una oportunidad real de mejorar su salud, su independencia y su calidad de vida”, explican los entrenadores. Aunque los inicios fueron humildes, pronto el boca a boca, el trato cercano, la profesionalidad y el carisma de los trainers hicieron que la demanda explotara. “De hecho, cuentan ya con 400 usuarios a los que no solo ayudan a mejorar su estado físico, sino que les asesoran a nivel nutricional o en cualquier otro aspecto psicosocial”, según ha alabado la alcaldesa de Cádiar, Encarnación López.

Bastones fuera

Personas que habían perdido movilidad, que vivían aisladas o que dependían del bastón, ahora vuelven a caminar con seguridad, han mejorado su equilibrio y recuperado su energía. Es el caso de Pura Torres, una vecina de Pórtugos de 90 años, “que cuando llegó tenía una dependencia muy alta de su bastón para cualquier tipo de desplazamiento”. Tras cinco meses de entrenamiento, esta vecina “ha logrado dejarlo fuera de la sala de fitness mientras dura su sesión e, incluso, moverse sin él cuando finaliza la misma”, comenta Antonio. “Este tipo de resultados nos llena de orgullo y también es una prueba de que el deporte no es solo cosa de jóvenes, sino que debe practicarse a lo largo de toda la vida”, afirman los entrenadores.

Por su parte, el delegado de Empleo ha felicitado al equipo de DAGACO, cuya iniciativa tilda de “modelo inspirador de emprendimiento social y de desarrollo rural”. “Gracias a proyectos como éste, demostramos que invertir en salud y en deporte en el mundo rural no solo mejora la calidad de vida de sus habitantes sino que genera oportunidades laborales y fortalece el sentimiento de comunidad en los pueblos pequeños”, ha incidido Martín Cañizares.

De hecho, a la empresa se han ido incorporando otros jóvenes colaboradores con otros perfiles como Pablo Álvarez (desarrollador web) y Nazareth Toro (diseñadora y community manager). En sus inicios, DAGACO se propuso cambiar la forma de ver, sentir y vivir el ejercicio físico en la Alpujarra y ya lo ha conseguido con buena parte de su población, pues además ofrecen un servicio específico para niños y otras clases de entrenamiento para la población en general.

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