EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA

✍Antonio Gómez Romera

Domingo, 27 de julio de 2025


En el CXVI aniversario del desastre militar del barranco del lobo

Tal día como hoy, domingo, 27 de julio, festividad de San Pantaleón, mártir y médico nacido a fines del siglo III en Nikomedia, actual Turquía, uno de los “catorce santos auxiliadores”, en la trigésima semana de 2025, se cumplen 116 años (martes, 1909) del desastre el Barranco del Lobo, próximo a Melilla.

Conferencia de Algeciras – Bringer – Le Petit Parisien. Supplément littéraire illustré, 18 febrero 1906.

ANTECEDENTES

El viernes, 8 de abril de 1904, Reino Unido y Francia dejan de un lado sus rivalidades coloniales y firman una Declaración para repartirse Egipto, que se adjudica a la influencia inglesa, y Marruecos, que lo es a los franceses. Éste acuerdo reserva a España un papel en la costa mediterránea de Marruecos, en la zona entre Ceuta y Melilla, por la desconfianza mutua; los franceses no desean que Inglaterra, que ya posee Gibraltar, se haga con el control de las dos orillas del Estrecho, y los ingleses prefieren no tener a Francia asentada frente al Peñón, siendo preferible la opción de España, cuya debilidad proporciona suficiente garantía de que no se verá amenazado el control británico sobre la entrada al Mediterráneo.

El gobierno español firma la Declaración y Convenio hispano – francés de 3 de octubre de 1904, por el que Madrid se adhiere al tratado anglo-francés de abril, y por el cual se delimitan las zonas de influencia española y francesa en Marruecos, reconociendo el principio de integridad e independencia del país, que continúa siendo “formalmente” un imperio bajo la autoridad del sultán Abd al-Aziz IV (1878 – 1943). Así, la política exterior española abandona una larga etapa de aislamiento e inicia una experiencia colonial en el norte de Marruecos.

Portada de Le Petit Journal sobre la Conferencia de Algeciras.

A principios del siglo XX se alza en armas contra el Sultán de Marruecos, Bu Hamara (Yilali Ben Salem Zerhouni el Yusfi), conocido como el “Roghí”, “el Pretendiente”, el cual actúa como dueño y señor del territorio que logra dominar, una zona bastante amplia situada alrededor de Melilla. Los orígenes familiares de Bu Hamara son muy humildes. Radicaban en el aduar del monte Zerhoun, cerca de Mequinez, en la cabila de Ulad Yusef. Por su gran inteligencia y capacidad de trabajo, culmina brillantemente los estudios coránicos y aprueba un curso de ingeniería militar impartido por la administración francesa, donde también desarrolla contactos con la inteligencia gala a través del topógrafo francés Gabriel Delbrel (1877 – 1917).

Pese a que España no reconoce más autoridad que la del Sultán, la “Compañía española de las minas del Rif”, que depende de la Banca Figueroa, es decir, del conde de Romanones, compra al “roghí” yacimientos de hierro y plomo argentífero situados en la zona que éste controla, a unos 30 kilómetros de Melilla. La única condición impuesta por el gobierno español para autorizar la operación consiste en que el transporte del mineral extraído se realice a través del puerto de Melilla.

El viernes 31 de marzo de 1905, el káiser Guillermo II (1859 – 1941) a bordo del yate “Hohenzollern”, escoltado por un buque de guerra alemán, el “Hamburg”, desembarca en Tánger para manifestar el apoyo de Alemania: «Es al sultán, como soberano independiente, al que hago mi visita (…) Espero un Marruecos libre que permanezca abierto a la competencia pacífica de todas las naciones, sin monopolios y sin anexión, sobre una base de absoluta igualdad». Alemania también quiere participar en un reparto de influencias en el norte de África con un protectorado, como los que se están proyectando para Francia y España. Al parecer, el sultán tiene muchas deudas con la banca alemana y el káiser exige la convocatoria de una reunión diplomática para discutir el futuro de Marruecos y se elige la ciudad de Algeciras (Cádiz), equidistante entre Madrid y Rabat.

Sultán Abd el-Aziz.

La Conferencia de Algeciras, convocada para resolver la “primera crisis marroquí” que enfrenta a Francia con Alemania, se celebra entre el sábado 7 de abril y el lunes 18 de junio de 1906. La Conferencia es muy importante para los equilibrios internacionales que se encuentran en plena paz armada entre los dos bloques antagónicos, para la historia de Marruecos y para la propia España. Participan en la Conferencia 11 potencias europeas: Alemania, España, Francia, el Reino Unido, Bélgica, Austria – Hungría, Italia, Holanda, Portugal, Rusia y Suecia, los Estados Unidos de Norteamérica y una delegación marroquí. Dos posturas opuestas se enfrentan en las negociaciones. Alemania, con el único respaldo de Austria – Hungría, defiende para Marruecos una política de puertas abiertas que garantice a todas las potencias, en igualdad de condiciones, la participación en la economía y las finanzas del país. Francia logra el apoyo del Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, Italia y España a sus tesis de reparto en dos áreas de influencia. Según expone Eduardo Montagut Contreras (1965), Doctor en Historia Moderna y Contemporánea por la UAM, en su artículo “La Conferencia de Algeciras (1906)”, publicada en El Obrero de 10 agosto 2022, “la Conferencia confirmó la independencia de Marruecos, garantizada por Francia y España a través de sendos protectorados. El norte, es decir, el Rif sería protectorado español, y el sur, mucho más poblado y rico, pasaría a ser protectorado francés. En realidad, hubo que esperar a 1912 para que París y Madrid acordaran los dos protectorados. Esta independencia y establecimiento de protectorados fue apoyada, como ya hemos expuesto, por Londres, que desconfiaba de la posible presencia alemana en la zona con una base militar frente a Gibraltar. Alemania salió derrotada de esta primera crisis marroquí y de su solución en Algeciras porque no sólo no consiguió sus deseos en la zona, sino que comprobó cómo se fortalecía la alianza entre París y Londres. A lo sumo, se aseguró el préstamo realizado al sultán, pero eso era, evidentemente, muy secundario entre los objetivos de Berlín”.

A corto plazo, en la Conferencia de Algeciras se ha evitado el estallido de un conflicto bélico entre las potencias europeas, pero los motivos de fricción relacionados con Marruecos no quedan resueltos de manera definitiva, sino que son simplemente aplazados.

General Guillermo Pintos Ledesma.

EL EJÉRCITO ESPAÑOL EN 1909

La situación del Ejército Español en la primera decada del siglo XX es compleja y desigual, socialmente hablando, y fruto de un horroroso y convulso siglo XIX. Entre otros acontecimientos se ha de citar la Guerra de la Independencia, la pérdida de las colonias, las Guerras Carlistas, la desastrosa experiencia de la Primera República y, finalmente, la Guerra de Cuba y Filipinas, donde acabamos perdiendo las últimas colonias del Imperio Español. Más los cambios en la estructura de nuestro Ejército comienzan en el último tercio del siglo XVIII cuando el 13 de noviembre de 1770, durante el reinado de Carlos III, se promulga la Real Ordenanza de Reemplazo Anual del Ejército con el Servicio Obligatorio. Desde entonces, los sistemas de reclutamiento empleados son cuatro:

1. El reclutamiento de voluntarios.

2. La leva o quinta, que consiste en sacar a suerte uno de cada cinco hombres para ir a combatir en un largo servicio obligatorio. Si eres adinerado, tienes dos formas de librarte: enviar un sustituto, la «sustitución personal», que puede ascender a unas 1500-2000 pesetas de la época, o el rescate, la «redención en metálico», es decir, pagar un dinero al estado por librarse total o parcialmente.

3. La leva forzosa, constituida por recogidas de “vagamundos” y gente sin oficio.

4. La leva voluntaria, es decir, cuerpos o regimientos de voluntarios.

Barranco del Lobo – Recogida de cadáveres.

El servicio militar es de larga duración, ocho años, por lo que los soldados procedentes de las quintas se convierten de hecho en soldados profesionales. La Constitución promulgada en 1812 por las Cortes de Cádiz, llamada “La Pepa”, establece por primera vez en España el servicio militar obligatorio para los varones. No obstante, las sucesivas Leyes de Quintas que desarrollan ese principio (1821, 1837, 1856, 1862, 1878, 1882, 1885 y 1896), contemplan que los mozos que entran en quinta pueden eludir el servicio militar mediante un pago en metálico o costeando a un sustituto. Si bien, desde 1891, existe un proyecto de ley con la supresión de la redención y la sustitución, considerados injustos no sólo por la opinión pública sino también por el propio ejército, no va a ser hasta 1912 cuando una nueva Ley de reclutamiento elimine estos privilegios.

EL INCIDENTE DEL BARRANCO DEL LOBO

Dice una copla de época que “En el Barranco del Lobo/hay una fuente que mana/sangre de los españoles que murieron por España (otras versiones: «por la patria»)/ ¡Pobrecitas madres, /cuánto llorarán, /al ver que sus hijos/a la guerra van! (otras versiones: «ya no volverán»). Ni me lavo ni me peino/ni me pongo la mantilla, /hasta que venga mi novio/de la guerra de Melilla. /Melilla ya no es Melilla, /Melilla es un matadero/donde van los españoles/a morir como corderos”. Este es el texto de la citada copla popular que hace referencia a los hechos que allí ocurrieron y que, sin pretenderlo, magnificó el número de vidas que se perdieron, elevando a la categoría de desastre el combate del Barranco del Lobo.

Altar donde se celebró la Misa de Campaña conmemorando la tragedia del Barranco del Lobo

Bu Hamara, acusado, entre otras cosas, de estar “vendido” a España, es encarcelado por los rifeños. La mañana del 9 de julio de 1909 se inicia la jornada laboral para los trabajadores de la obra del ferrocarril de las Minas del Rif, cerca de la ciudad de Melilla; un grupo de rifeños ataca a los obreros; fallecen seis de ellos y sabotean las vías del ferrocarril en construcción. Las fuerzas de guarnición en Melilla son escasas, por lo que el general José Marina Vega (1850 – 1926), que en ese momento es el Gobernador Militar de Melilla, pide refuerzos y organiza represalias: envía a la zona las tropas disponibles al mando del general Guillermo Pintos Ledesma (1856 – 1909). Acaba de comenzar la Guerra de Melilla.

Las tropas españolas auxilian a la población de Axdir, que comercia con la plaza española del Peñón de Alhucemas. El martes, 27 de julio de 1909, el general Pintos, al frente de dos batallones, se adentra hacia el monte Gurugú para proteger de los rifeños el paso de un convoy de abastecimiento a las posiciones que están más avanzadas. Los rifeños tienden una emboscada en el Barranco del Lobo, que sorprende a las tropas españolas. Son atacadas desde las posiciones más elevadas del Barranco y las balas les llegan a los españoles de todas partes, lo que causa un gran número de bajas entre oficiales y tropa. Mueren 153 hombres y resultan heridos 528. Sin embargo, desde el punto de vista militar, la misión se cumple: el convoy alcanza las posiciones avanzadas, las abastece y regresa a la base de partida. Entre los fallecidos se encuentra el general Pintos, Tomás Palacios Rodríguez (Santoña, 1856), Teniente Coronel de Infantería y jefe del Batallón de Cazadores de las Navas nº 10, Eduardo López-Nuño Moreno (Granada, 1863), Comandante de Infantería y segundo jefe del Batallón de Cazadores de las Navas nº 10, Joaquín Tourné y Pérez Seoane (Toledo, 1886), primer Teniente de Infantería del Batallón de Cazadores de las Navas nº 10, Ricardo Fresneda Calsamiglia (Madrid, 1865), Comandante de Infantería del Batallón de Cazadores de Llerena nº 11, Rafael Moreno Guerra y Alonso (Puerto Real, Cádiz, 1880), Capitán de Infantería del Batallón de Cazadores de Llerena nº 11, Braulio de la Portilla Sancho (Córdoba, 1889), segundo Teniente de Infantería del Batallón de Cazadores de Llerena nº 11, Ángel Melgar Mata (El Romeral, Toledo, 1876), Capitán de Infantería del Batallón de Cazadores de Arapiles nº 9, y Enrique Navarro y Ramírez de Arellano (Madrid, 1877), Capitán de Infantería del Batallón de Cazadores de Arapiles nº 9, entre otros. Las bajas españolas son de 1 general, 17 jefes y oficiales y 136 hombres de tropa muertos y 35 jefes y oficiales y 564 soldados heridos. El general Pintos fue ascendido a título póstumo a General de Brigada (D. O. n 167 de 30 de julio de 1909), según refiere Joaquín de la Santa Cinta, Ingeniero aeronáutico, economista e historiador en la “Relación de héroes caídos por España en el

Cementerio de Melilla – lápida Restos Anónimos Barranco del Lobo.

Barranco del Lobo, en las faldas del Monte Gurugú, en las inmediaciones de Melilla. El desastre del Ejército español fue el 27 de julio de 1909” (El Correo de Pozuelo).

Los agitadores políticos aprovechan la coyuntura de la campaña de Melilla para realizar una nefasta propaganda que ha empañado la valiente acción de los soldados que murieron en el cumplimiento de la misión encomendada: defender el convoy de abastecimiento. El Rogui es conducido a Fez en el interior de una pequeña jaula transportada por un camello y allí es paseado por sus calles para regocijo de la vociferante multitud. Hay distintas versiones sobre el final de El Rogui; una de las más populares cuenta que el sultán Abd El Hafid le ha reservado un trato especial: la jaula de los leones que ha heredado del zoo particular de su hermano depuesto, pero al no hacerle nada los leones ordena a su guardia negra que lo fusilen y luego quemen el cadáver para impedir su acceso al paraíso musulmán.

Ilustración gráfica del Campo de Melilla en 1893.

COLOFÓN

Según relata Joaquín de la Santa Cinta, en la obra ya citada, “Fueron muchos los cadáveres que quedaron en poder del enemigo y que no pudieron ser recogidos. El 27 de septiembre, dos meses más tarde, el teniente coronel del Batallón de las Navas, Bermúdez de Castro, con fuerzas de su batallón, en un reconocimiento del Barranco del Lobo descubrió los cadáveres insepultos de la mayor parte de los oficiales y tropa que se había dado por desaparecidos dos meses antes en el desdichado combate del 27 de julio. Fueron recogidos al día siguiente y trasladados con los debidos honores al cementerio de Melilla”.

En España, éste revés militar causa una gran impresión. El desastre hace recapacitar a los mandos militares. Se detienen las operaciones hasta la llegada de refuerzos y, una vez llegan, se inicia una enérgica contraofensiva española. La orden de movilización es enormemente impopular y desencadena la “Semana Trágica” en Madrid y Barcelona y el declive del Régimen de la Restauración en España.

YOUTUBE:

● La guerra de Marruecos 1909-1910 – Jorge Díaz Historia de España.

● El barranco del lobo 1909 CANCIÓN POPULAR (x3) – Tasmanya.

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