✍Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la ciudad de Motril
📸Fotografías: Carlos Rodríguez Bustos
”El Maestro” recibe la fe de los motrileños en su brillante transcurrir por las calles de la ciudad

El día del Jueves Santo es extraordinariamente solemne en toda Andalucía. Con él finaliza la cuaresma y la iglesia celebra el inicio del Triduo Pascual en conmemoración de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Se nota y es evidente. Durante todo el día, Motril vive intensamente la fiesta; calles, plazas y parques tienen un ajetreo que no es normal y, que decir de los establecimientos de hostelería, que presentan llenos hasta la bandera.

El motrileño mantiene la tradición de volver a su patria chica y celebrar estos días con la familia para aprovechar el puente festivo. También hay un turismo diferente, que busca el sol y playas, y que ha tomado como destino toda la costa granadina. Se nota, desde luego. Unos y otros disfrutan del momento y, en la tarde, lo hacen con la celebración de las procesiones de penitencia, que este día tiene tres cofradías que ejercitan sus estaciones de fe por las calles. La primera y más temprana en hacerlo es la hermandad de Nuestro Padre Jesús de Pasión y María Santísima de la Amargura, que ha fijado su salida para las 19:00 hrs desde su sede canónica, el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza. Desde hace años solo sale a la calle un único paso de misterio, ya que tras la reorganización de la corporación y el cambio de imagen mariana, la Virgen permanece en la iglesia a la espera que los hermanos de Pasión decidan que es hora de que acompañe nuevamente a su Hijo en el camino al Calvario. La imagen titular representa a Cristo cargado con la cruz en una de sus caídas, hecho histórico que paradójicamente no recogen por escrito ninguno de los evangelistas. El pasaje es posterior y si aparece en los textos del Santo Vía Crucis, donde tres estaciones, la III, VI y IX refieren como el Hijo de Dios cae en su camino hacia el Gólgota.

Por lo que respecta al tiempo, la tarde del Jueves Santo invita a salir a la calle para presenciar la salida procesional de Nuestro Padre Jesús de Pasión desde la ermita de la Patrona. Con una temperatura de 19º y un leve viento que incomoda por momentos, resulta halagador hacerse presente en el lugar y contemplar la siempre compleja salida del paso de misterio por la puerta de la iglesia. Desde las 18:00 hrs de la tarde los accesos al Santuario muestran un constante ajetreo de personas que no es nada habitual. Suben por ambas cuestas los hermanos de Pasión, los componentes de la extensa pavera, el amplio número policías que se van a integrar en el cortejo y, sobre todo, público, mucho público, para ver en directo la primera procesión del día. También lo hace en perfecta formación la Banda de Cornetas y Tambores Flor entre Espinas de Loja, cuyo redoble se deja sentir desde lejos y accede en perfecta formación. Todo está ya preparado para asistir a la primera procesión del día.

Para facilitar la salida del paso de misterio desde la ermita, la hermandad de Pasión ha instalado una rampa de salida, ya que lo hace con una cuadrilla diezmada en su número y a gatas. Las puertas permanecen cerradas en todo momento y hay una escolta de dos soldados romanos con sus picas cruzadas que impiden el acceso. Desde hace unos años, la hermandad de Pasión viene nombrando al que llaman su “Cirineo de pasión”, persona que va a ser la encargada de dar los tres toques consabidos en la puerta de la iglesia para llamar a salir a la calle a la procesión. Su designación se lleva a cabo durante los cultos que celebran en la ermita en honor a sus titulares y, este año, la persona elegida para dicho cargo ha sido el conocido hermano Antonio Ferres. Durante muchos años ha sido miembro de la junta de gobierno y hombre que ha estado para todo cuanto ha necesitado la corporación, ya sea para limpiar enseres, montar el paso, vender lotería…etc. Ha salido, incluso, de soldado romano escoltando al “Senatus”, aunque ahora, por cuestiones de salud, ya no puede integrarse en el cortejo. Con la emoción que le embarga, este año ha golpeado en las puertas de la iglesia, su iglesia, aquella que durante años le ha visto engrosar el cortejo penitencial del Jueves Santo.

Abiertas las puertas, comienza a salir el cortejo. Lo hace con la cruz de guía, que va escoltada por dos faroles de frente de procesión. Se disponen a continuación las dos filas de hermanos de luz en el traje penitencial que le es propio, túnica y capillo de color granate y cíngulo dorado. En su centro, el emblema del “Senatus”, realizado en terciopelo de color rojo y con ricos bordados en oro que enmarcan las iniciales “SPQR”, símbolo que recuerda al pueblo de Roma, bajo cuyo dominio tuvo lugar la pasión y muerte de Cristo. El guion marcha escoltado por los dos soldados romanos que han estado en el pórtico de la iglesia y que llevan sus picas en las manos. En el centro se hace ver el libro de reglas de la corporación flanqueado por dos varas presidenciales, al que sigue la bandera de paso y el estandarte cristífero que muestra pintado en su centro la imagen titular. El emblema marca el inicio de las filas penitenciales, pues los hermanos portan al hombro cruces de madera a imitación de la que Cristo llevó en su pasión. A su término, se despliega la “bacalá”, realizada en terciopelo de color rojo y que deja presente en su base el escudo corporativo. Sigue a éste la representación oficial del cortejo que encabeza la Real Hermandad de la Divina Pastora, que abre paso al cuerpo de la Policía Nacional con su guion al frente y sus miembros en perfecta formación. El cuerpo es Hermano Honorario de la hermandad de Pasión y, desde hace unos años, ha incrementado la presencia de sus efectivos en el cortejo, lo que ha elevado con mucho la prestancia y singularidad del desfile. Asiste, igualmente, una representación del cuerpo de veteranos de la Policía Nacional, al que acompaña un miembro de la junta de gobierno de la hermandad. Finalmente, cierra esta sección de Hermanos Honorarios la presidencia oficial del cuerpo. Figura ahora la presidencia corporativa de la hermandad, que va acompañada por la representación de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con la que se encuentran hermanados. Tras ellos, el hermano mayor de la hermandad patronal, D. Miguel Ángel Gállego, que comparte sede canónica con la hermandad de Pasión, la concejala de Participación Ciudadana, Dª Inmaculada Torres, y el consiliario y rector del Santuario, D. Hermes Moreno Arias, además del congresista motrileño D. Carlos Rojas García.

Tras la representación oficial se ha situado la “pavera” infantil, que este año ha incrementado notablemente su número y que marcha con mucho orden y supervisada en todo momento por sus respectivas madres. Los jóvenes hermanos marchan tocados de hábito penitencial de color granate y cíngulo dorado, ofreciendo a su paso un recordatorio de su titular. Tras ellos, el cuerpo de acólitos ceroferarios con su pertiguero al frente, que este año ha inaugurado el cargo por primera vez y constituye un auténtico estreno. Y, tras los ciriales, los acólitos propiamente ceriferarios que purifican el ambiente con incienso ante la inminente presencia del Nazareno. De seguida, el paso de misterio que muestra a Cristo cargado con su cruz en una de sus caídas, obra del escultor granadino Antonio Barbero Gor. La imagen es de talla completa y refleja el enorme dramatismo que atribuló al Hijo de Dios en su camino al Calvario. Su efigie deja ver al natural la perfecta anatomía, aspecto que engrandece toda su figura al plasmarla en movimiento, fina estampa que este año no se deja ver al haber sido ataviada con su tradicional túnica de color azul. El paso de Cristo Nazareno marcha escoltado por cuatro miembros del Cuerpo de la Policía Nacional y va comandado por Pablo Alberto Rincón Correa en labores de capataz, asistido en labores auxiliares por Carlos Miguel González Esteban y Fabián Aijón Jiménez. Cierra finalmente el cortejo la mencionada Banda de Cornetas y Tambores “Flor entre Espinas” de Loja, que interviene en su segunda edición. Dirige el conjunto musical el maestro Ricardo Ramos Perea, que ha desplazado para la ocasión a un total de 55 músicos que han podido brindar al público una selección de marchas con una gran calidad interpretativa y sonidos que, por momentos, han constituido un enorme placer para los sentidos. El repertorio ofrecido ha sido muy clásico, aunque aderezado con marchas propias y de otras formaciones como la Banda de las “Las Tres Caídas de Triana” o “Presentación al Pueblo”. La Banda cuenta con marchas propias de enorme calado como pueden ser “Flor entre Espinas” y “Décimo Aniversario”, aunque en este caso el capataz ha optado por otras bastante más conocidas. Así, tras interpretar la “Marcha Real”, han brindado al público “Amor de Madre”, original de Francisco José González Ríos, cuya fuerza, intensidad y sones, han bajado desde el enclave patronal con una acústica perfecta que se ha dejado oír en pleno centro de la ciudad. Sublime ha sido su paso por la tribuna oficial a los sones de “Penas de Triana”, de Antonio Velasco Rodríguez, “Silencio Blanco”, de José Julio Vera Cúder, “Pasión por Bulerías”, de José Manuel Sánchez Moreno, y “Señor de San Román”, de Emilio Muñoz Serna, sonidos todos que han ensalzado con enorme prestancia el paso de los costaleros. Con igual calidad y fuerza han vuelto a gratificar al público con conocidas marchas a su paso por plaza de España. En esos momentos se han dejado oír “A esta es”, de Antonio J. Castaño López y Manuel Alejandro González Cruz, donde los tiempos de cornetas y sus acompañamientos han despertado a su conclusión un sonoro aplauso del público presente. Junto a ella se ha interpretado la marcha “La O”, melódica y sugestiva al oído de un público fiel que igualmente ha sorprendido con espontáneos aplausos para gratificar, también, el cadencioso paso de los costaleros. Ya en su regreso al Santuario, con una enorme aglomeración de público en todo su entorno, se ha procedido al encierro del paso de Jesús de Pasión mientras el Cuerpo Nacional de Policía le ha hecho una escolta de gala en perfecta formación. En ese momento, a requerimiento del capataz del paso, ha sonado la conocida marcha “Bendición”, original de Juan Manuel Fernández Carranza, cuya melodía, ha puesto el broche de oro a la primera estación de penitencia de la tarde motrileña.


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