✍Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la Ciudad de Motril
📸Paulino Martínez Moré
Cronista Gráfico de la ciudad de Motril
Nazareno y Esperanza marcan la solemnidad de sus pasos en la noche del jueves santo

En todo el día del jueves santo se nota el ambiente festivo en la ciudad de Motril. Hay, desde luego, un tiempo primaveral, con temperatura más que agradable, aunque el viento sigue siendo el protagonista en la costa granadina. La ausencia de lluvia da, igualmente, una gran tranquilidad a los círculos cofrades después de los complicados momentos vividos en la tarde del martes. A nivel religioso, en este día concluye la cuaresma y da comienzo el triduo pascual que conmemora la Ultima Cena del Señor. Se celebraba entonces la Pascua judía en recuerdo de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto y va a tener como consecuencia la institución de la eucaristía que hoy celebra todo el mundo cristiano. Es, desde luego, un día grande que da inicio a un puente festivo que posibilita el regreso de los motrileños a sus lugares de cuna para celebrarlo a su manera con sus familias. Es tal su grandeza que, por ejemplo, en siglos pasados, en Motril se suspendían todos los trabajos incluidos los de la zafra cañera y los lugareños se vestían con sus mejores galas.

Desde la mañana, todo está ya preparado para que las sagradas imágenes inunden de fe el ambiente y hagan cumplir todas las estaciones de penitencia sin ningún tipo de incidentes. Tres son los ejercicios penitenciales que remarcan la solemnidad del día y cuatro las imágenes sagradas que salen a la calle para gratificar la fe y la devoción de los cofrades. Primeramente lo hace la hermandad de Nuestro Padre Jesús de Pasión, que tiene su punto de partida en la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza. Le sigue la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, que lo hace desde su casa hermandad sita en la calle Cañas. Y, finalmente, la cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que tiene fijada su salida para las 0:00 hrs del ya viernes santo desde su sede canónica, la iglesia Mayor de la Encarnación. Las tres corporaciones conceden un momento de esplendor en la celebración de la semana santa de la ciudad.

A la hora en que la primera corporación del día ha pasado ya por la tribuna oficial, se dispone a salir la cofradía nazarena desde su casa hermandad. La hora fijada son las 20:30 hrs y, desde hace algo más de una hora, ya se han desplegado en la calle Cañas numerosas personas para ubicarse en un sitio privilegiado en el que poder ver la salida del cortejo nazareno en un especial enclave que, por su trazado, no resulta cómodo para la contemplación de los pasos.

Con la puntualidad que caracteriza a la corporación nazarena, se acercaban a las puertas de la casa hermandad las dos personas que este año ha designado su junta de gobierno para llamar a salir a la calle a la procesión. Se trata de Mari Carmen Olvera García y Concepción Esteban Peña, personas muy vinculadas a la cofradía desde hace muchos años y que por cuestiones de salud no han podido efectuar la estación de penitencia. El abrazo y la emoción embargan a estas dos personas cuyas familias llevan en las venas el sentir nazareno de su Cristo y el de su madre, María Santísima de la Esperanza. Paralelamente, ya se encuentra ubicada calle arriba la Agrupación Musical San Elías y San Juan Evangelista para acompasar con sus sones el paso de misterio. Inmediatamente sale a la calle la antigua cruz de guía escoltada por dos faroles de frente de procesión, a los que siguen las dos filas de hermanos de luz. Preside en su centro la bandera nazarena que deja ver en su centro las iniciales de JHS, “Jesús Hijo Salvador”, bordadas en hilo de oro.

Tras él el libro de reglas, que va escoltado por dos varas presidenciales, sucede ahora el estandarte cristífero flanqueado por dos faroles. A continuación, va dispuesta la amplia representación de las “pavera” infantil, cuyos miembros van tocados con habito penitencial de color morado, capa blanca y cíngulo dorado. Sigue ahora la representación oficial que ostentan las tres personas que la cofradía ha galardonado con los premios Nazareno “Señor de Motril” de este año de 2025. Se trata de D. José A. Hernández Marín y D. Juan José Alcausa Lorenzo, ambos en calidad de antiguos hermanos y D. José Gaspar Palomino Peregrina, cabo Mayor del Ejército del Aire. Junto a ellos, el hermano en activo de mayor antigüedad, Carlos Bustos Rodríguez. Sigue, igualmente, una representación del Escuadrón de Vigilancia Aérea de Motril (EVA9), en su calidad de Hermano Mayor Honorario, además del resto de los tres ejércitos, entre los que hay que mencionar a la dama legionaria Dª Marina Rodríguez Martínez y la soldado de infantería Dª Pastora Barros Jiménez. Esta representación da paso a la propia del ayuntamiento de la ciudad que encabeza la alcaldesa, Dª Luisa Mª García Chamorro, y el concejal de Fiestas, D. Gerardo Romano Rodríguez, además del presidente de la Autoridad Portuaria de Motril, D. José García Fuentes y D. Raúl Lizana Domínguez, que lo hace en comisión de la hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada,

Sigue ahora en el orden del cortejo el cuerpo de acólitos ceroferarios que componen el juego de los ciriales con su pertiguero al centro, junto al propiamente turiferario que va purificando el ambiente ante la inmediatez del paso de Jesús Nazareno. Sobre su impresionante canastilla se yergue majestuosa la imagen titular, obra del escultor granadino Antonio Martínez Ollalla, que fue tallada en el año de 1938 y que paso a recibir culto en la iglesia de las RR. MM. Nazarenas por causa del devastador estado que presenta la iglesia de la Encarnación tras la explosión del polvorín ubicado en la cripta de la Virgen de los Dolores. El escultor puso aquí su gubia al servicio del sentido catequético que desprende una imagen sagrada y que busca trasladar a los fieles el rostro sereno y atribulado del Hijo de Dios que va a entregar su vida para redimir a los hombres. Presenta el Nazareno su tradicional túnica lisa en terciopelo de color morado, cíngulo dorado, corona de espinas y las tres potencias que subliman su triunfo sobre la muerte, el dolor y el mal. El paso va orlado con un centro de rosas de color rojo sobre el que se extiende un friso de “statis” de color morado, orquídeas y eucalipto, figurando a los pies del Nazareno una impresionante alfombra de claveles de color rojo para significar la sangre que va a derramar el Redentor con su muerte en la cruz. Todo este exorno floral ha sido realizado por “Flores Correa”. El paso va dirigido por su capataz, Francisco José Pérez Lozano, estando asistido en labores auxiliares por Antonio Jesús Sánchez Gutiérrez, Víctor Sánchez Gutiérrez y Joaquín Díaz González. Finalmente, ha cerrado la sección nazarena la Agrupación Musical San Elías y San Juan Evangelista de Alcaudete (Jaén), que actúa por primera vez en la semana santa de Motril. Dirige la misma el maestro Álvaro Contreras Roldán, que ha desplazado para la ocasión a un total de 68 componentes que han brillado con luz propia en los agradables sones que marca el andar de la cuadrilla de costaleros del paso. Ha sido un amplio repertorio de marchas de corte clásico el que se ha seleccionado para este día siguiendo ese peculiar toque de espectacularidad que le confiere la Asociación Musical “Los Gitanos de Sevilla”, esquema que siguen instrumentalmente sus directores Pedro Manuel Pacheco Palomo y Óscar Ruiz. La agrupación ha efectuado la salida del paso de la casa hermandad a los sones de la “Marcha Real” para, inmediatamente, continuar con “Que grande ser de ti”, ritmo y melodía con sólo de corneta y trompetas que, acompasadas por el resto de instrumentos de viento y percusión han hecho lucir el paso de la cuadrilla costalera, lo que ha permitido escuchar en la calle los primeros aplausos del público presente. Imponente ha sido su paso por tribuna oficial, donde se han dejado oír las marchas “Señor de una devoción”, de Francisco José Ortiz Morón, “La Saeta”, “Santo es el Señor” y “Nuestro Señor”, que, con sus toques cadenciosos y sonoros ha hecho lucir nuevamente a la cuadrilla costalera. Igualmente de espectacular ha sido su paso por la tribuna de la plaza de España a los sones de “Esperanza de María”, original de Alejandro Blanco Hernández, que con un ritmo de menor a mayor ha ido subiendo enteros en la intensidad de la música para conferir al paso un señorial porte que ha vuelto a brindar los aplausos a la agrupación. Igualmente ha sonado “Virgen de las Angustias”, de Manuel Rodríguez Ruiz, cuya composición de corte triunfal y el toque de xilófono ha sido de gran gusto para el público presente.

La sección nazarena de la Virgen de la Esperanza se dispone a continuación abriendo su cabeza la cruz parroquial con manguilla y los ciriales, a los que siguen las dos filas de hermanos de luz. En su centro, la bandera mariana deja ver sobre tela de damasco el monograma del “Ave María” en la superposición de ambas iniciales para significar a los fieles la pureza de la Virgen. Sigue el estandarte de María Santísima de la Esperanza con dos faroles de escolta, desplegándose a continuación la “pavera” de la sección mariana con los colores propios de la titular. Tras ella, el guion, que abre la sección de camareras de la Virgen, que este año han engrosado notablemente el número de hermanas. La representación de la camarera mayor y el emblema de la “bacalá”, escoltada por cuatro varas presidenciales, preceden al cuerpo de acólitos en su doble sección, ceroferarios y turiferarios, imponiendo en el ambiente la nebulosa espiritual que desprende el incienso purificador. El paso de palio se ubica a continuación con su espléndida candelería, que ha sido cuidada con esmero por su auxiliar durante todo el itinerario. Brillante y sublime se deja ver la Virgen de la Esperanza, obra del mismo escultor del Nazareno, Antonio Martínez Olalla, que la pudo concluir en el año de 1952.

Aparece tocada para esta salida con corona de Reina Gloriosa, saya bordada en oro y seda sobre terciopelo de color verde y el espléndido manto del mismo color que le es característico, vestimenta que ha quedado a cargo de su tradicional vestidor, Francisco Garví Fernández.
En cuanto a la dirección del paso, es ejercida en este día por Samuel Fernández Rodríguez en labores de capataz y Ricardo Martin Rodríguez, José Carlos Jiménez García y Evelina Fernández García en calidad de auxiliares.
Cierra finalmente la sección mariana, la Asociación Musical Mi Bemol de Itrabo, que repite actuación en Motril, pues el miércoles santo acompañó a Nuestra Señora del Mayor Consuelo en su transitar por las calles. La asociación queda a cargo de su director, Manuel Fernández Martín, que ha incluido para la ocasión un amplio repertorio de marchas alegres, como corresponde y es norma habitual para la Virgen de la Esperanza. Espectacular ha sido, sin duda, la salida desde la casa hermandad con la marcha “Mi Amargura”, donde un brillante sólo de saxo ha despertado los aplausos del público. Seguidamente se ha interpretado “Espíritu Santo”, original del compositor Pablo Ojeda, donde el ritmo alegre, melódico y triunfal de su partitura ha vuelto a generar una salva de aplausos. En su paso por carrera oficial la agrupación musical ha ofrecido magistralmente dos marchas nuevas en su repertorio, “Creo en la Esperanza”, de Carlos Guillen González, y “Dolores del Cerro Coronada”, de José Miguel López Rueda, ésta con un tono más triunfal.

El cortejo nazareno ha continuado desde estos momentos su regreso a la casa hermandad seguida en todo momento de un público fiel y devoto que desde una hora antes se ha desplegado por todo el tramo final del itinerario para asistir al encierro. Desde luego, un momento único e irrepetible para el Señor de Motril y su Madre, la Esperanza, que el pueblo sabe admirar y apreciar en todas las madrugadas del que ya es viernes santo.

Autoridad Portuaria de Motril: “20 años de travesía”: https://www.apmotril.com/
