Y A TI, UNA ESPADA TE TRASPASARA EL ALMA (Lc. 2, 34-35)

                                                                       ✍Domingo A. López Fernández

                                                                       Cronista Oficial de la Ciudad de Motril

                                                                       📸Paulino Martínez Moré

                                                                       Cronista Gráfico de la Ciudad de Motril

La cofradía del Cristo de la Salud brinda un recuerdo emocionado a María José López García, “Chiqui”, en la noche del miércoles santo

El miércoles santo, dos estaciones de penitencia marcan el devenir de nuestra semana mayor en Motril. La expectación generada entre los motrileños se deja ver ya a temprana hora de la tarde en un intenso reguero de personas que marchan en dirección a la céntrica plaza de San Agustín para contemplar en directo la salida del Santísimo Cristo de la Salud y  el paso de Nuestra Señora del Mayor Consuelo. Motrileños y no motrileños, pues son innumerables las personas de fuera que llegan a la ciudad atraídos por la imagen de este bendito crucificado que reparte bondades y ofrenda paz espiritual a quien pasa por momentos difíciles durante el año. Y, tras él, en la madrugada, el ejercicio de penitencia se hace presente en la calle con la hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor, un cortejo donde sus hermanos recrean la escena sacra de Jesús portando su cruz con ayuda del Cirineo y en presencia de su Madre y un centurión romano que flagela el cuerpo del Salvador.

El ejercicio penitencial de la primera cofradía en salir a la calle se inicia tempranamente, las 19:30 hrs, con la organización del cortejo sacro del Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora del Mayor Consuelo. Este año, de una manera muy especial, pues la corporación ha querido rendir homenaje a una de sus hermanas más queridas en su seno y, desde luego, en todo el mundo cofrade local, María José López García, “Chiqui”, que fallecía el pasado sábado de forma repentina. Este sábado de pasión dejó en todos un sentimiento generalizado de pesar a la hora en que las redes sociales y medios de comunicación se hacían eco de la triste noticia. María José, la chica simpática, dulce, de extrema ternura y de eterna sonrisa, nos dejaba para irse junto al Padre, su querido y admirado Cristo de la Salud, y su madre, la Virgen del Mayor Consuelo. “Chiqui” ha sido parte insustituible de los círculos cofrades de Motril, sentimiento que ha podido vivir junto a sus padres y hermano y, como tal, ha formado parte de diversas juntas de gobierno de la cofradía de la Salud. Ha sido tal su compenetración con este especial mundillo de la pasión que en el año de 2008 fue designada para pregonar la Semana Santa de Motril. Allí, ante un Teatro Calderón rebosante de público, ofreció su discurso sereno, suelto de verbo y en el que el don especial de su voz honró y exaltó a todos y cada uno de los titulares que gratifican la fe de los motrileños en sus transitar por las calles. Desde EL FARO, volvemos a reiterar nuestro pesar a la familia recordando con sentimiento esa peculiar forma de ser de “Chiqui” ante su irreparable pérdida. Descanse en paz esta flor de juventud que en el desfile penitencial del miércoles santo ha estado presente con la única rosa de color blanco que ha orlado el paso de Nuestra Señora del Mayor Consuelo y dos lazos de luto en las dos insignias que representan a sus queridos titulares.

No hay palabras para explicar el ambiente de fe y devoción que se vive en la tarde frente a las puertas de la iglesia de la Victoria. No solo en ella, sino en toda la extensión de la plaza de San Agustín y las diversas bocacalles que llevan hasta el templo agustino. La vista se pierde en el infinito y lo único que se puede contemplar es una enorme aglomeración de personas que entorpecen la visión normal de una procesión en la calle. Nobleza obliga y la situación se hace comprensible para todos.

Abiertas las puertas de la iglesia, comienza a desplegarse a lo largo de la plaza de San Agustín el sequito procesional. Ya ordenado, sigue la tradición de dar los tres consabidos toques que llaman a salir a la calle a los sagrados titulares. Este año, las personas que ha designado la junta de gobierno de la cofradía han sido los padres, hermano y sobrinas de María José. Han superado todas sus dificultades y son conscientes que ella hubiese querido que fuese así, de modo que más que nunca “Chiqui” ha estado presente en espíritu en el cortejo.

Abiertas las puertas de par en par, con solemnidad hace su aparición la imagen del Santísimo Cristo de la Salud portado brazo en alto por su cuerpo de hermanos, que este año lucen guantes de color negro en señal de luto por el fallecimiento de “Chiqui”. De inmediato, una inmensa “petalá” le es ofrendada desde las torres de la iglesia mientras el coro rociero “Amigos del Rocío” le dedica sus sentidas canciones de siempre. A continuación, el periodista Fermín Anguita Fortes, amigo personal de Chiqui, ha dirigido a la familia unas tiernas palabras en las que ha recordado el amor que tenía por su cofradía, exponiendo a los cuatro vientos que su recuerdo que “no caerá en el olvido”.

Tras el paso del Cristo de la Salud sale a la calle el de Nuestra Señora del Mayor Consuelo que, dadas sus dimensiones, lo hace con la mitad de la cuadrilla de mujeres a gatas para evitar cualquier tipo de roce en sus laterales. De nuevo, un rociado de pétalos de flores viene a ennoblecer a la titular mariana.

El cortejo, ya al completo, inicia su marcha con tres timbales que marcan el paso de los hermanos. Tras él, la cruz guía que luce en su cruceta un crespón negro en recuerdo de “Chiqui”, y que va escoltada por dos faroles. A continuación, el guion del Grupo Joven de la corporación, que es obra del artista motrileño Jesús Ortega Fernández. Figura pintado sobre tejido de damasco en color burdeos que es el color propio de la cofradía y presenta dos cartelas con sus dos titulares y otra cartela que rotula  “Juventud Salud y Consuelo”. Tras él una extensa “pavera” de jóvenes hermanos marchan tocados con habito penitencial de color negro y capelina de color granate, portando en sus manos pequeñas cruces de madera. Se despliega a continuación la fila de hermanos penitenciales que marchan con cruces al hombro a imitación del sacrificio padecido por Jesús en su camino al calvario. En su centro, el estandarte cristífero que ha sido realizado en terciopelo de color rojo y que muestra en su centro la imagen del titular pintada. Sigue, también en su centro, el libro de reglas escoltado por dos varas presidenciales para dar paso a la presidencia de la sección que ostenta una comisión de la Orden de Agustinos Recoletos que es la que regenta la iglesia donde radican las dos imágenes titulares. A continuación, la representación oficial que ostenta el vice-hermano mayor de la corporación junto a la alcaldesa de la ciudad, Luisa Mª García Chamorro y la propia del hospital de Santa Ana en calidad de Hermano Mayor  Honorario.

El cuerpo de cuatro acólitos provisto de dalmáticas que son estreno de este año precede ahora al paso del Cristo de la Salud, que va portado por diez hermanos a brazo alzado. La imagen es de autor desconocido y fue adquirida en 1964 por el P. Eugenio Gallástegui, prior de la comunidad agustina de Motril, que cumplía así los designios de una familia devota del Cristo de la Salud que ve venera en la antigua iglesia de los Gallegos de Santa Fe. Lleva, una escolta de cuatro miembros del cuerpo de la legión en correspondencia al nombramiento de hermana honoraria que se le tributa en el año de 1982. Su nominación determina que un año después se haga presente en Motril una representación del Tercio “Alejandro Farnesio” de Ronda con su banda de cornetas y tambores y una escuadra de gastadores, desfile que causó una enorme impresión por las calles. El paso de Cristo Crucificado es dirigido en labores de capataz por Juan Sánchez Ruiz, asistido por Rafael Godoy y Fernando Vinuesa Rodríguez. Se dispone a continuación el anterior consiliario, P. Jesús Ángel Sainz Verano, al que siguen dos interminables filas de devotos que marchan en silencio y portando velas en sus manos en cumplimiento de las tradicionales mandas que ofrecen al Cristo. Impresionante, sin duda, este auténtico rosario de fe que se plasma en la calle en la tarde del miércoles, algo que es habitual contemplar a diario en su capilla.

Tras las filas devocionales se despliega ahora la sección mariana con su estandarte al frente, que presenta en su centro el lienzo que realizó en 2003 la pintora y profesora de la Escuela de Artes y Oficios de Motril Dª Aurora Oliva. Le siguen las dos filas de hermanos penitenciales con capillo bajado y que portan cirios en sus manos. A continuación, el “Cuerpo de Camareras” de la Virgen del Mayor Consuelo, junto al actual consiliario y prior de la comunidad agustina, P. Antonio Manuel Martín Blanco. Precede éste al cuerpo de ciriales cuyos candeleros han sido cincelados en plata en el taller “Aragón Orfebres” de Motril. Destaca, cada uno, por su buena composición al mostrar sobre la base dos pequeños ángeles que sostienen el cubillo para el soporte del cirio. El juego de los cuatro ciriales precede al paso mariano que muestra sobre el canasto a Nuestra Señora del Mayor Consuelo, esplendida y radiante en su atuendo, que ha sido vestida por el artista motrileño Jesús Ortega Fernández. La efigie es obra del escultor Mariano Roldan y fue realizada en 1992 para sustituir la imagen primigenia que les era cedida por la comunidad de Agustinos Recoletos de la iglesia del Corpus Christi de Granada. Como en anteriores ediciones, el paso es dirigido en labores de capataza por Yolanda Rodríguez Maldonado, actual hermana mayor de la cofradía, que va asistida por María Isabel Morales Rodríguez y Carmen Marcos.

Cierra finalmente el cortejo la Asociación Musical Bi Bemól de Itrabo, que repite edición y que va dirigida por su maestro, Manuel Fernández Martín. Se han desplazado para esta ocasión un conjunto de cincuenta y cinco músicos que han dado buena cuenta de su arte interpretativo a pesar de su juventud. Este año han traído consigo un amplio repertorio de marchas muy clásicas, como corresponde para un paso mariano. Así se han dejado oír varias obras del conocido compositor Abel Moreno Gómez, como pueden ser “Lloran los Clarines”, “Amargura Coronada”, “Soledad Franciscana”, con otras como “Hosanna in Excelsis”, de Oscar Navarro González “Tus Dolores son mis Penas”, de Antonio Patión, o “Nuestro Padre Jesús”, de Emilio Cebrián Ruiz. Espectacular ha sido, sin duda, la salida de Nuestra Señora del Mayor Consuelo a los sones de “Caridad del Guadalquivir”, original de Francisco Joaquín Pérez Garrido. Con esa misma disposición ha transcurrido su paso por tribuna con el “Ave María” de Giulio Caccini, “A ti… Manue”,  y “Tu dulce Mirada”, ambas de Juan José Puntas, que han gozado de un aplauso generalizado por parte del público. Finalmente, llegando a la iglesia de la Victoria, la Virgen del Mayor Consuelo ha sido honrada en su paso con “Pasa la Soledad” del maestro José Antonio Molero Luque y “Cristo en la alcazaba”, de  Fulgencio Morón Ródenas. Este año, en señal de duelo por la muerte de María José, la junta de gobierno ha decidido que la “Marcha Real”  no se interprete en la clausura de las imágenes.

Minutos antes de las 1:30 hrs de la madrugada, las imágenes se han adentrado en el templo, permaneciendo sus puertas abiertas para el propio deleite del público presente. Mientras, por la calle Cañas, ya se deja sentir con efusión el cadencioso tambor y la música que interpreta la Agrupación Musical  Nuestro Padre Jesús del Rescate de Granada para la hermandad del Gran Poder. Miércoles solemne, pues para las dos cofradías penitenciales de la ciudad que sin ningún incidente de tipo climatológico han podido cumplir con su estación de fe por las calles motrileñas. Solo resta decir que el título con que va redactado esta crónica se hace en honor a las primeras salidas que realizaba la cofradía siguiendo la tradición del rezo del Santo Vía Crucis. En aquel tiempo, el Santísimo Cristo de la Salud partía de la iglesia en dirección al convento de las RR. MM. Nazarenas, momento en el que se rezaba la cuarta estación que relata el encuentro de Cristo con su Madre. Y allí, para verificar la escena, se encontraba el paso de la Virgen, con idea de testimoniar el contenido exacto de los textos sagrados. En su memoria, aquí queda.

Autoridad Portuaria de Motril: “20 años de travesía”https://www.apmotril.com/

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