EL PREGÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA CABEZA MARCA EL INICIO DE LAS FIESTAS PATRONALES

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Domingo A. López Fernández

Fotografías: Andy Arche

El historiador virgitano Antonio Campos Reyes pregona a la Virgen motrileña

Fiel a la tradición instaurada por la Real Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza, en la tarde del sábado, cinco de agosto, se daba principio y voz al anuncio de las fiestas que la ciudad dedica a su Patrona Coronada. Y lo hace, en el día previo al inicio de los cultos religiosos, con la edición del XXIX pregón de exaltación mariana que todos los años convoca a multitud de feligreses y devotos en su Santuario. Este año, con una particularidad muy especial, la presencia de un pregonero de lujo, el virgitano Antonio Campos Reyes, conocido historiador y cofrade en todo el poniente almeriense, donde ha prestado su verbo encandilado y lisonjero para cantar las excelencias de sus Vírgenes y Patronas. La realidad es que su intervención no defraudó y puso el listón muy alto en su discurso, ya que supo fascinar a los fieles presentes en el fervor mariano que vive dentro de su corazón y que sabe trasmitir a la perfección con sus profundos conocimientos dogmáticos y propiamente históricos. El pregón ha sido el punto de partida para la novena que, a partir del domingo, pondrá su énfasis en el sentido doctrinal de la fe y la devoción hacia la madre del hijo de Dios que en esta ciudad, antigua villa, lleva el sagrado nombre de Nuestra Señora de la Cabeza.

El pregón tenía señalada su hora de inicio a la conclusión de la eucaristía que iba a tener lugar a las 20:00 hrs de la tarde y que iba a presidir el rector del santuario, D. Daniel Barranco Rodríguez. En los instantes previos a la santa misa, tuvo lugar la entrega de las cubiertas al pregonero, acto que se pudo verificar en el Salón de Mantos de la Virgen en presencia de la junta de gobierno la hermandad y diversas personalidades, además de una representación municipal. Precisamente, fue la alcaldesa de la ciudad, Luisa Mª García Chamorro, quien procedía a la entrega de las cubiertas al pregonero, comentando al mismo la satisfacción personal de tenerle en Motril y esperar con enorme atención el canto de las excelencias a nuestra Virgen Morena.  Las cubiertas son obra del artista motrileño Jesús Ortega Fernández y han sido confeccionadas totalmente a mano, tanto en la encuadernación como en la pintura final. Esta preciosista obra está tapizada en tejido de color azul, figurando en su portada una cartela de tipo barroco con el escudo de la Real Hermandad, así como el nombre del pregonero y la fecha del pregón en su extremo inferior. Asimismo, en la contraportada, se muestra la imagen de la Virgen de la Cabeza ataviada con su tradicional manto de color celeste, cuya figura ha sido esbozada en pintura textil.

Como es costumbre, para este solemne acto, el equipo de priostía de la hermandad ha erigido un preciosista altar de cultos en el que la Virgen de la Cabeza ha quedado expuesta en la embocadura de su camarín. Se muestra ataviada por su tradicional vestidor, Antonio Jesús Hernández Camacho y, de forma extraordinaria y para la ocasión, aparece tocada con el manto donado a la Virgen de Gádor de Berja en el año de 1910, pieza que fue bordada en su día por las religiosas Dominicas Terciarias de Granada y restaurada hace muy pocos años por el reputado bordador malagueño Sebastián Marchante. Curiosamente, comparte éste motivos decorativos con el Manto del Pueblo de la Virgen de las Angustias, Patrona de la archidiócesis, ya que fue bordado por el mismo taller, y con el manto de color verde y la conocida saya “de los Cañones” de la Virgen del Rosario, copatrona de Granada. Junto a la Virgen, rodeada de refulgentes haces de luz, se han dispuesto cuarenta candeleros distribuidos en cuatro alturas, a la vez que en sus extremos se han colocado, por primera vez, dos banderolas de clara significación mariana. Por un lado, la Concepcionista, en representación del Dogma de la Inmaculada Concepción de María que fue declarado por el Papa Pio IX en el año 1854. Por otro, la banderola Asuncionista, que recuerda el dogma de la Asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos y que fue proclamado por el Papa Pio XII en 1954.

Finalizada la santa misa, y tras un breve receso, a las 21:00 hrs de la tarde se daba principio al inicio del pregón, accediendo hasta el ambón el presentador del pregonero,  el motrileño Pablo Castilla Domínguez, persona a la que unen grandes lazos de amistad con el protagonista del día. A lo largo de su intervención quiso resaltar a todos los presentes las tres cualidades que son consustanciales al pregonero y que le encumbran en esta sentida y honrosa parcela de alabanza mariana. Así, en primer lugar, destacaba el hecho de que el pregonero es historiador. Cierto es que, según dijo, “no lo es por trabajo, pero sí por formación y ahí está la incontable multitud de obras suyas de distinta índole que dan fe de ello, casi todas ellas de temática localista y religiosa”. Expuso, igualmente, que en la actualidad Antonio Campos Reyes es miembro del Departamento de Historia del «Instituto de Estudios Almerienses», institución adscrita a la Diputación de Almería, que tiene como finalidad la promoción de los estudios históricos de toda la provincia. En este aspecto también fue  muy significativa la definición que de él se ha hecho en una reciente publicación en la que se expresa que “en su esencia, Antonio Campos Reyes vive la historia. La ha vivido desde siempre, incluso mucho tiempo antes de obtener la licenciatura en Humanidades”.

En segundo lugar, Pablo Castilla destacaba esa cualidad de historiador, pero en su doble dualidad, la de historiador cristiano, esa en la que vive y anuncia su fe de manera firme y decidida. A su remanso, Antonio Campos ha estado implicado en la vida de su parroquia como catequista, como miembro del Consejo de Pastoral entre los años 1999 y 2004 y, por último, como secretario de la Adoración Nocturna de Berja entre los años de 2002 y 2012. Y, asimismo, ha prestado su colaboración con la Iglesia Diocesana Almeriense, en la que ha presidido el Consejo Diocesano de Laicos (2005-2021), así como también formando parte del Consejo Pastoral Diocesano (2007-2021).

Por último, Pablo Castilla quiso incidir en el papel de ferviente devoto de la Virgen María en su concreta advocación de Nuestra Señora de Gádor, la que es patrona de su Berja natal. En este aspecto recordó que entre los años de 2012 y 2018 fue Hermano Mayor de la Muy Antigua, Real, Venerable e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora de Gádor, y que durante esos años tuvo lugar la Coronación Pontifica de la imagen, en la que se implicó en cuerpo y alma durante su preparación y desarrollo. Sobre el particular pudo referir que fue el alcalde de Berja quien en la presentación de su libro sobre la Virgen de Gádor le pudo expresar: “tengo mis dudas sobre si existe algo para ti que sea más importante que la Virgen de Gádor”. No quiso finalizar su discurso Pablo Castilla sin aludir a la otra gran devoción que acuna en su corazón el pregonero, Nuestra Señora de la Cabeza, Virgen y Patrona de Motril, a la que siente y profesa su fervor desde hace casi treinta años. Tal es así que son muy pocos los años en los que ha podido faltar a la cita de su fiesta principal en el mes de agosto y, con ella, a la tradicional procesión del voto de la ciudad. Sus últimas palabras fueron una síntesis clarificadora de quien es el personaje que en este día visitaba la ciudad, “un pregonero que como historiador rescatará del pasado episodios que nos muevan a querer imitar a nuestros antepasados en su amor por la Virgen; que como creyente hará de sus palabras un anuncio de nuestra fe y que como devoto nos animará a vivir su Novena y su Fiesta con piedad y alegría”.

Antonio Campos Reyes, ilustre pregonero de este año de 2023, accedía a continuación hasta el ambón, no sin antes fundirse en un fuerte abrazo con su presentador que, no olvidemos, también fue pregonero de Nuestra Señora de la Cabeza en el año de 2013 y comparte con él su misma afición, la investigación histórica. Con tono serio, sosegado y aleccionador, iniciaba su intervención con una reflexión personal del papel que juega una madre en la vida de todos nosotros, texto del que es autor el obispo de Acud (Chile) Ramón Ángel Jara (1852-1917), y que a su juicio, es “una de las mejores definiciones que se han hecho de la palabra madre”. Esa reflexión personal sirvió al pregonero para hacer trasladar el mensaje a nuestra vida espiritual, donde siempre tenemos presente “a la más hermosa de las Madres, la más perfecta de las discípulas de Cristo, la más dulce de las reinas, la mejor intercesora de los hombres ante Dios, la que es nuestro consuelo y nuestra esperanza, a esa mujer, a María Santísima, venerada secularmente en esta Muy Noble y Leal ciudad de Motril como Nuestra Señora de la Cabeza”.

Tras las salutaciones de rigor, el pregonero tuvo palabras de agradecimiento hacia el hermano mayor de la hermandad patronal, Miguel Ángel Gállego, por haberle designado para pregonar a la Virgen motrileña en este año de 2023, decisión que le fue comunicada el pasado día 24 de abril. También, para su presentador, Pablo Castilla Domínguez, entrañable amigo con quien comparte mutuamente la devoción por las dos respectivas patronas, la Virgen de la Cabeza y la Virgen de Gádor, y al que supo agradecer sus palabras, a su juicio exageradas hacia su persona.

Con un sentido más doctrinal continuaba el pregonero su mensaje con una breve lectura del Magnificat, cántico extraído del evangelio de San Lucas y que la Virgen María dirigió al Señor en la visita a su prima Santa Isabel. Con un lenguaje cercano, envolvente y encomiástico, Antonio Campos hilvanó las excelencias de la Madre del Hijo de Dios, aspecto que culminó con un sentido poema de Juan Rodríguez Pintor que fue escrito en 1927 y en el que se ensalza a la Patrona con versos de indudable fervor: Canta Motril un canto de alabanza/ con el más puro amor de su nobleza/ a su Patrona, reina de la esperanza/ Bendita y Santa Virgen de la Cabeza./ Apareció entre estrellas cristalinas/ Soberana de amor, dulce, morena/ frente al azul inmenso de los mares/ sobre su campo de flores de azucenas.

Como incansable valedor de la historia, Antonio Campos puso toda su sapiencia al servicio de la Reina Madre Motrileña. Así rescató su origen legendario en una de sus versiones más difundidas. Concretamente, la que aludía a unos marinos portugueses que en un viaje desde Corinto, “al pasar por las inmediaciones de nuestra costa se enfrentaron a una terrible tormenta que parecía empeñada en destruir su nave al doblar la Punta de Carchuna. Aterrados ante tal situación, imploraron a una preciosa imagen de la Virgen que llevaban en la nave, y le prometieron que, si se salvaban, levantarían un templo en su honor en el lugar que se viesen libres de la muerte por la intercesión de la Señora. Y ese lugar, hermanos todos, fue esta ciudad de Motril”. Y como remate a su relato, hilvanó con sentimiento los versos que en 1945 José Gómez Sánchez dedicó a Motril, y que en sus estrofas finales vienen a afirmar que “Todo se lo dio el Creador/ con extrema largueza;/ pero queriendo el Señor/ aumentarle sus grandezas/ con una perenne aurora/ le dio por Reina y Señora/ la Virgen de la Cabeza.

Continuó el pregonero con otra de las versiones legendarias de la Virgen, apoyándose ahora en el memorial del capellán del santuario, Melchor de Andueza, que en el año de 1764 refiere que la talla de la Virgen fue depositada en la iglesia de Santiago y que aún con vigilantes, regresó al lugar donde quería aposentar su realeza, el cerro del Castillejo, en el que el pueblo decidió construirle su ermita. El pregonero afirmó que no se conoce al escultor que talló la imagen, pero como bien afirmó, “supo llevarlo a cabo con la maestría de los mismísimos ángeles, supo guiar su gubia con tal perfección, que al mirar tu serena efigie nos transmitiera paz, recogimiento, serenidad, dulzura, fuerza en los momentos difíciles, cariño cuando nos sentimos abandonados, pureza y limpieza de corazón. Mirar tu divino rostro, con tus ojos entornados, templa nuestras almas ante cualquier contratiempo, nos hace sentirnos seguros, nos hace sentirnos queridos, nos hace sentirnos por siempre y para siempre tus hijos”. Como perfecto conocedor de la historia de Motril, no podía faltar la alusión al consumado poeta Gaspar Esteva Ravassa, quien en 1912 refería que la imagen “está como ungida y consagrada por la acción del tiempo”.

Tras la historia, el pregonero hace uso de su profunda religiosidad para trasladar a todos los presentes el fervor y la pasión que puede desprender una imagen sagrada. Esa figura de la Virgen es, como bien dijo, “un símbolo, un medio para acercarnos a los misterios sagrados, un elemento al que siempre trascendemos en busca de aquello a lo que representa. El culto a la Santísima Virgen es un culto de hiperdulía, es el mínimo homenaje que la Iglesia puede rendir a aquella que por su sí trajo la salvación al mundo entero”. Por ello, aludiendo al pueblo cristiano, afirmó que “la Virgen era el mejor modelo de seguidora del Hijo, porque escuchó la Palabra de Dios y la cumplió, de ahí que se comenzase a venerar en cada comunidad, en cada aldea, en cada iglesia, en cada ermita. Y fue por ello que el pueblo quiso hacer sus imágenes para rezarle con más fuerza y confianza y, en cada lugar, la devoción de los lugareños supo conferirle sus distintas advocaciones que hoy forman una incontable letanía de piropos y de formas de dirigirse a ella”

A nivel personal, el pregonero dirigía ahora sus palabras al momento en que quedó prendado de la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza. Fue contemplando un ejemplar de la revista “El Real de la Feria de Motril” correspondiente al año de 1994. Allí, en su portada, figuraba Ella, cuyo semblante “me quedó grabado para siempre”, la veía por primera vez y su titular no dejaba lugar a dudas de su grandeza: “Morena de luz, Patrona de Motril”. Y con ello afirmó que, desde entonces, con muy pocas ausencias, he venido cada quince de agosto a acompañar a la Virgen en su procesión. ¿Que motivó tal admiración por la Virgen motrileña? El mismo pregonero lo hace ver, pues son muchas las similitudes que la Virgen de la Cabeza comparte con la advocación mariana que lleva en su sangre y que es motivo de orgullo y del mayor de los afectos: su Virgen de Gádor. Así refiere que “ambas son de gran belleza, pequeñitas, la Virgen de la Cabeza, un centímetro  más alta que la de Gádor, morenas, ambas nos presentan en sus brazos al fruto bendito de sus entrañas, ambas llegaron hasta nosotros en el siglo XVI y ambas han compartido numerosas situaciones a lo largo de la historia, como el conflicto que en Motril y Berja enfrentó a sus pueblo con sendas órdenes religiosas por querer cambiar la ubicación de sus patronas”.

En efecto, así relataba a los presentes que la primera ermita erigida en este cerro a la Virgen se convirtió en 1613 en cenobio franciscano, y que en 1630,  al construir los religiosos un nuevo convento, quisieron llevarse con ellos la imagen, aspecto que supuso una insurrección popular, llegando incluso a atentar contra el entonces arzobispo de Granada, el cardenal Spínola, que había ordenado en plan salomónico el traslado de la Virgen a la iglesia Mayor. La entonces villa de Motril planteará un pleito ante la Real Chancillería de Granada que se resolverá a su favor, ordenándose la restitución en la ermita a finales de enero de 1631. Antonio Campos supo desgranar, pues, con gran detalle el acontecer histórico de ambas imágenes y, muy particularmente, que las dos “compartieron históricamente también la figura jurídica del patronato municipal, es decir, sus respectivos ayuntamientos, tuvieron siempre un importante papel en el mantenimiento de su culto y en la celebración de sus fiestas”.

Llegado en su exposición al siglo XX, el pregonero quiso destacar la participación de las dos imágenes sagradas en la magna concentración de patronas de la diócesis de Granada que se pudo celebrar con motivo del centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en el año de 1954. Allí estuvo presente la Virgen de la Cabeza en unión de la Virgen de Gádor y la Virgen del Martirio de Ugíjar, que estuvieron acompañadas por miles de feligreses. Y ésta, fue una fina estampa que volvió a repetirse en el año de 2013, “con el mismo fervor de sus devotos en el que pudimos disfrutar de esa manifestación de orgullo de todo un pueblo entorno a su patrona”.

El pregón ya está llegando a su fin y el pregonero hace trasladar ahora su aliento a la hermandad que da culto a la Virgen, en la que pone el énfasis en su carácter sacramental, juntamente con el devocional: “¡qué acierto tan grande unir la devoción a la Virgen con el culto a su hijo presente en el Sagrario!”. Y con ello, también a todo el equipo de priostía que ha erigido el bello altar de cultos donde majestuosa, se expone la Patrona de Motril. A las puertas de su solemne novena el pregonero invitaba a los motrileños a  participar en los cultos y reflexionar sobre la grandeza de María, a la que hemos de “imitar en sus virtudes, para llegar a ser dignos hijos suyos”.

Quedaba por citar también la ofrenda floral de vecinos y visitantes, en la que la Virgen volverá de nuevo al atrio del templo para recibir la perfumada ofrenda de sus devotos. Y, según sus propias palabras, cada clavel, cada rosa, cada nardo, será una oración, una petición, por los pobres, por los necesitados, por los que sufren la guerra, por los que no viven en paz y por los que han perdido la fe. Como muy bien dijo, el colofón se pondrá el día 15 de agosto con su función principal de instituto y la procesión de alabanza que la hará desfilar por las calles de la ciudad, donde el pueblo volverá a rendirse a sus pies. Con unos hilvanados versos de su propio cuño, Antonio Campos Reyes daba por finalizado su pregón, aunque todavía le quedaron fuerzas para lanzar a los cuatro vientos una larga secuencia de vítores a la Reina Madre de Motril. Nunca antes se ha podido verificar este canto final a la Virgen Morena con la fuerza, con el poderío y con el ímpetu que le ha ponderado este ilustre virgitano que ha tenido el honor de pregonar a la Patrona de Motril en este año de 2023.

Finalizado su discurso, y tras las felicitaciones de rigor, presentador y pregonero fueron obsequiados con un cuadro representativo de la Virgen de la Cabeza que aparece aderezado con una de las velas incombustibles que la sagrada imagen portó en la procesión de alabanza del año 2022. Llegaba entonces el momento de las salutaciones y felicitaciones de la feligresía presente en el templo, de las instituciones, amigos y familiares, pero muy particularmente de los representantes de las hermandades del poniente almeriense que han acompañado al pregonero en este solemne momento. Entre ellas se hace preciso mencionar al ilustre ayuntamiento de Dalías, a la venerable hermandad de Nuestra Señora de Gádor, la del Santísimo Cristo de la Luz de Dalías, la del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad de la misma población, la de la hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Níjar, y la Asociación Cultural Athenaa de El Ejido, entre otras. En este consumado momento de gloria, Antonio Campos tuvo tiempo de dedicar unas palabras a la redacción de EL FARO, para exponer que “ha sido todo un privilegio realizar este pregón para una de las más importantes devociones de la Archidiócesis de Granada, una Virgen a la que profeso una gran devoción desde hace treinta años, a la que acompaño fielmente cada trece de enero y cada quince de agosto, y por la que siento un especialísimo cariño, a la par que me honro con la amistad de los que han sido sus tres últimos hermanos mayores y otros miembros de sus juntas de gobierno. Estoy enormemente agradecido a la hermandad por haberme concedido este honor tan grande”.

Espléndida jornada, pues, la vivida en la noche del sábado en el Santuario de la Patrona para poner de manifiesto, otro año más, el pregón de alabanza a Nuestra Señora de la Cabeza Coronada, que ya cuenta en este año de 2023 con su XXIX edición.

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