EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA

Domingo, 7 de noviembre de 2.021

EL COLISEO OLYMPIA Y LA GLORIA DE LA CINEMATOGRAFÍA EN GRANADA

                                                                                  Por, Antonio Gómez Romera

Hoy se cumplen 101 años (domingo, 1920) de la inauguración del “Coliseo Olympia” (Gran Vía, 11), una de las salas de cine más impresionantes que se levantaron en Granada a principios del siglo XX. Emplazada a la altura del Mercado de San Agustín, ocupaba toda la manzana comprendida entre Gran Vía, Álvaro de Bazán y calle San Agustín. “El Cine Olimpia quizás fuese durante su medio siglo de existencia el edificio más popular de toda la Gran Vía. Su oferta como teatro y cine vino a satisfacer la gran demanda que había por entonces en Granada, sin duda la época dorada de la cinematografía. Su construcción se acabó en Octubre de 1920, promovido por la Sociedad Anónima Civil de Espectáculos. Ocupaba un solar de 1.070 metros cuadrados, toda la manzana comprendida entre Gran Vía, Lecheros (actual Álvaro de Bazán), calle San Agustín y el Mercado de San Agustín. El presidente de la empresa de espectáculos era Aurelio Capilla Ríos y el arquitecto Matías Fernández-Fígares y Méndez (…) Lo más característico del edificio era su portada al estilo greco-romano, con el frontispicio que recordaba al Coliseo de la Ópera de París. En su interior, tenía un enorme patio de butacas abocinado, cuyo escenario lindaba con la calle San Agustín, más un entresuelo en forma de media luna y sus palcos laterales. La casa tenía una alzada de dos plantas, con poco más de 2.500 metros construidos (…) Pero para finales de los años sesenta ya se venía hablando de la poca rentabilidad de un edificio tan grande. Habían proliferado los cines en Granada y se anunciaba la feroz competencia de la televisión. La solución fue derribarlo, en 1972, y en su lugar levantar un edificio mastodóntico de casi 10.600 metros cuadrados (dos sótanos, planta baja y ocho alzados), destinado a oficinas y viviendas. Es, sin duda, el edificio más horrible que habita la Gran Vía de hoy” (“Los diez edificios originales derribados en la Gran Vía de Colón”, de Gabriel Pozo Felguera – “El Independiente de Granada” – domingo, 7 de Enero de 2018).

«Coliseo Olympia» de Granada – 1.920 – Vista general del edificio.

La ciudad de Granada, acogió con gran entusiasmo la idea de otras grandes capitales europeas y la Gran Vía quedó salpicada por “templos cinematográficos”, que daban a la ciudad un cierto glamur. Las obras comenzaron en abril de 1919, bajo la supervisión del maestro de obras Antonio González Pastrana, la dirección técnica del arquitecto Matías Fernández-Fígares y Méndez (1893-1936) y la dirección artística del escultor Manuel Garnelo Alda (1878-1941), discípulo de Agustín Querol y Mariano Benlliure. El edificio, al más puro estilo griego, estuvo inspirado en dos magníficos modelos: el “Coliseo de la Ópera de París” y en el “Faneuil Hall de Boston”. “Su fachada consta de un cuerpo central, rematado por un frontón que descansa sobre severas columnas y en cuyo amplio friso, ha ejecutado a la perfección, el señor Garnelo, la obra escultórica que representa el Olimpo. La vigorosa figura de Apolo en el centro, esparce los laureles sobre las Musas, desarrollándose la difícil composición de las figuras de uno a otro, todo entre las figuras alegóricas del Tiempo y de la Historia, (…) Los cuerpos laterales los componen grandes claros con puertas y Columnas de menor tamaño que completan la total belleza de la fachada…” (“El Defensor de Granada” 21 de Noviembre de 1920). Cuenta, asimismo, con una fastuosa decoración. Sus techos se cubren con grandes lámparas, las escalinatas son de mármol, los cortinajes y pasamanos están forrados en terciopelo y en torno a la lámpara central se pueden ver pinturas realizadas por el mismo Garnelo, en la que se representan escenas relacionadas con los Juegos Olímpicos. El Coliseo dispone de instalaciones novedosas para la época: las medidas contra incendios, cuartos para artistas, tocador para señoras (en las galerías de palcos), enfermería, archivo musical e instalaciones para la orquesta, en donde ensaya y actúa el “Sexteto Olympia”. Tiene aforo para 1.500 localidades y cuenta con 750 butacas elaboradas en maderas de haya y roble, construidas en los talleres de carpintería de Antonio Hernández, en Granada. Los precios del Coliseo en 1920 no eran baratos si tenemos en cuenta que el salario medio diario andaba en torno a las 5 pesetas: palco, 7,50 pesetas; butaca, 1,50 pesetas y “en general”, 0,50 pesetas. Una noticia curiosa que he leído y que tiene relación con el Coliseo “Olympia” viene a recordar que: “En los años 20, entre los aficionados al cine que llenaban el desaparecido Coliseo Olympia de la Gran Vía de Granada, había un niño, José Romero Sampedro. Su primo trabajaba allí como proyeccionista y le regalaba revistas, programas, afiches y cuanto material relacionado con el cine le podía conseguir. José coleccionaba todo eso en una caja de hojalata, incluyendo muchos fotogramas, más de trescientos, de primeros planos de actrices, que clasificó por sus nombres. La caja se le fue llenando de vampiresas misteriosas, de frágiles, dulces heroínas tradicionales, de modernas y audaces flappers aficionadas a placeres –fumar, beber, tener sexo por diversión– “viriles” para los estereotipos decimonónicos todavía vigentes a principios del siglo XX, y cuando aquel niño creció le entregó a su hijo, José Romero Solís, el viejo tesoro de su infancia” (“Mujeres de Cine. Ecos de Hollywood en España 1914-1936”, de Eugenio Fontaneda, Matilde Eiroa, David Felipe Arranz, Guillermo Balmori, Moisés Rodríguez, Inmaculada Corcho y Jesús Cano, editado en 2015 por la Agencia Española de Cooperación).

«Coliseo Olympia» de Granada – 1.920 – Vista de la Sala.

En 1931, el “Coliseo Olympia” anuncia durante los días previos a la proclamación de la II República Española un extraordinario programa sonoro con la “preciosa y lujosísima película de la famosa marca Fox Films”, “Mujeres por doquier” (1930) del director Alexander Korda (1893-1956) e interpretada por Harold Murray (Harry Rulten, 1891-1940) y Fifí D’Orsay (Marie-Rose Angelina Yvonne Lussier, 1904-1983). Durante la Guerra Civil, estaran abiertas en Granada capital solo tres salas de cine: el “Teatro Cervantes”, el “Salón Nacional” y el “Coliseo Olympia” y ante la dificultad de traer nuevas películas pasan reposiciones como “Morena Clara”, con Imperio Argentina y Miguel Ligero. A  finales de 1939, por ejemplo, estrenaría “María de la O”, interpretada por Carmen Amaya.

A mediados de la década de 1950 y coincidiendo con el 35 Aniversario de su apertura, el “Coliseo Olympia” es reformado, modernizando sus instalaciones. Va a contar con sonido estereofónico y pantalla de 92 metros cuadrados. El viernes, 15 de Marzo de 1968, se proyecta la última película en el “Coliseo Olympia”… titulada «Víctima de la Ley»(título original “One Potato, Two Potato”) una producción norteamericana de 1964 dirigida por Larry Peerce (1930) y protagonizada por Barbara Barrie (Barbara Ann Berman, 1931) y Bernie Hamilton (1928-2008). Fue como un funesto presagio, porque el emblemático edificio iba a sucumbir “víctima” de una modificación de la normativa urbanística municipal que daba vía libre a la especulación más voraz que va a registrar la historia de Granada y que va a destruir la bella armonía modernista que fue “atesorando” Granada desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX.

Quiero finalizar mi efemérides de hoy, con la transcripción de dos fragmentos de artículos que nos hablan del triste final del “Coliseo Olympia”:

Foto del arquitecto Matías Fernández-Fígares y Méndez y del escultor Manuel Garnelo Alda.

-“Tras la demolición, las columnas corintias, los relieves de Apolo, las musas del frontón, la majestuosa escalinata, las entradas porticadas laterales, las fachadas de las calles Lecheros y San Agustín, los vistosos lucernarios, la claraboya central del patio de butacas, las escenas de los juegos Olímpicos que pintara Garnelo Alda y las quimeras que tallara, de las que pendían globos luminosos, la imponente lámpara central, las cresterías de palmeras, el amplísimo patio de butacas, los elegantes palcos con pasamanería de terciopelo rojo, la magnífica platea, la gran caja escénica, el foso, el amplio vestíbulo y escalinata de mármol y sobretodo la historia acumulada por el Coliseo, hicieron sucumbir el mejor edificio de su género en Granada, del que hoy día nos encontraríamos ufanos y orgullosos, por tener un equipamiento cultural y de ocio de primerísimo orden en pleno centro de la ciudad. En su lugar quedó un incalificable edificio de pisos y oficinas” (“La vertiginosa desaparición del Coliseo Olympia”, de César Girón López, lunes, 15 Agosto 2016).

Prospecto del «Coliseo Olympia» de la película «Ben-Hur» (miércoles, 7 Diciembre 1.927).

-“Hay un libro del gran Pepe Nadal que nos cuenta que el primer cine de Granada se abrió en la Gran Vía cuando esta no estaba aún reformada. Se llamaba “Lux-Eddem” Era una barraca de madera recubierta con una lona y como su nombre era tan difícil de pronunciar, el vulgo lo llamó el “Pascualini”, ya que su dueño se llamaba Pascual. Por entonces las películas eran todavía mudas. El segundo cine que se abrió fue el “Regio», que durante la República se llamó “Salón Nacional”, porque no estaba el país para reyes. Después de una gran reforma volvió a llamarse “Regio”. Lo abrió un pastelero llamado Ricardo Martín Flores, al que todo el mundo lo conocía como “Merengues” por los acreditados dulces que salían de su obrador (…) La piqueta también acabó con el Cine “Olympia”, en la Gran Vía. Estuvo funcionando durante 48 años, hasta que el desarrollismo lo convirtió en ese mamotrético edificio que lleva el mismo nombre del cine. El cine “Olympia” fue inaugurado en 1920 y tenía 1.500 butacas de general, 750 localidades de patio, 22 palcos y 250 butacas preferentes. Cuando Granada decía de ir al cine, iba al “Olympia”. Su fachada con molduras helénicas era muy singular y atractiva” («¡No entres, que es de amores!», de Andrés Cárdenas Muñoz – “Granada Hoy” – 24 Enero 2021).

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