RELATOS DE LA HISTORIA DE MOTRIL

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ALGUNOS TOPÓNIMOS MUSULMANES CONSERVADOS EN EL TERRITORIO Y EN LA HISTORIA DE MOTRIL

Manolo Domínguez -Historiador y Cronista Oficial de Motril-

La Toponimia, parte de la Lingüística, que estudia los nombres de lugares esta íntimamente relacionada con Geografía y la Historia, en la medida que estudia a huella que ha dejado el hombre en los nombres de los lugares en los que le ha tocado vivir.

El hombre siempre puso nombre los sitios donde desarrolló su vida, basándose en formas de la Naturaleza, en las personas que vivieron o fueron dueños de los sitios, en las formas administrativas, jurídicas y sociales, en los procedimientos del cultivo de la tierra y en las profesiones, creencias y sentimientos.

La existencia de diferentes topónimos en una zona de determinada, es un claro indicio de la estancia en ella de los pueblos y culturas que la habitaron y que por lo tanto han dejado una importante huella que a veces se ha conservado indeleble a pesar del paso del tiempo.

En el caso de Motril, nuestra historia ha dejado una larga sucesión de topónimos que aún se conservan, la mayor parte de ellos de origen musulmán y cuyo conocimiento puede ayudar a un mejor entendimiento del pasado de esta ciudad y su término que pertenecieron al antiguo Reino de Granada, último baluarte del mundo musulmán en la Península y cuyas tierras, cuando pasaron al dominio cristiano, nos dejaron un importante testimonio de su cultura y de su forma de ver la vida, ya que la Toponimia  lleva grabada en sus contornos fonéticos y semánticos  todo un legado de perspectiva historia imprescindible para conocer un pasado motrileño ya bastante remoto.

Evidentemente no pretendo hacer en este breve articulo ningún estudio filológico, eso es propio de especialistas en la materia, que eviten falsos atributos achacables a lo lógica e inevitable corrupción de los nombre desde el punto de vista lingüístico y gramatical; sí que pretendo recoger y situar una serie de topónimos menores de origen musulmán, que aparecen en nuestra cultura local, la mayor parte de ellos hacen referencia a accidentes geográficos y de naturaleza de los terrenos. Se trata fundamentalmente de topónimos musulmanes de la vega y de tierras de secano, caminos, calles, agricultura, oficios y algunos antroponímicos. Elementos culturales muy curiosos por su antigüedad y por su significado, Topónimos con los que compartimos nuestra existencia desde hace siglos y que muchos de ellos forman parte de la memoria colectiva de esta ciudad que es Motril.

Grabado de “La Nacla”. Francisco Miguel López Jiménez. 1985 (Archivo)

El Deire: Inicialmente un pago de la vega de tierras calmas de viñas de regadío y cereales, posteriormente introducido en el cultivo de la caña de azúcar, situado al este de Motril. Se regaba con la acequia Vieja y lindaba por el sur con la acequia Principal. Su extensión se estimaba en algo más de 1.200 marjales. Lo bordeaba al norte la citada acequia Vieja o de Motaihanite y al este la rambla de Parila. Originariamente es un topónimo musulmán “Al Dayr”, que significa “Convento cristiano”.

Algaida o Algaidas: Pago de tierras de regadío de Motril situado aproximadamente al sur de la vega Vieja. El principio de la ocupación castellana de Motril era una zona montuosa y de albufera con aneales, juncos y carrizales, que con el paso del tiempo y sobre todo a partir del siglo XVII se fue poniendo en cultivo hasta formar una de las áreas más amplias de cultivo cañero de la vega. Se regaba con el Qanat Algaida, Qanat al kabir Algaida y el balate de Pozuelo. Este topónimo proviene del árabe hispánico “alḡáyḍa” que significa “zona del bosque o de los bosques, terreno lleno de matorrales”

Armuña: Pago de tierras de regadío, situado a poniente de Motril, lindando con el camino de Salobreña y la acequia principal. Se regaba por las puchas del mismo nombre y la del Fardar. Era una de las mejores zonas del cultivo de la vega motrileña. En la documentación antigua aparece, también, como Almunia, Almunna, Munnia y Almuña. Topónimo de origen árabe hispano “almúnya”, cuyo significado puede ser “huerto o finca de campo de recreo”.

Jaúl: Pago del a Vega Vieja de Motril en parte cultivado y en parte pantanoso hasta mediados del siglo XX que fue casi completamente drenado. Ocupaba una extensión próxima a los 4.500 marjales desde la carretera nacional 340, al norte, hasta prácticamente la zona de la playa y camino de Patria y Algaida; por el oeste camino del Hocinillo y por el este la rambla de las Brujas. El desecado de esta zona pantanosa fue una de las grandes reivindicaciones de la historia de Motril. El origen del topónimo es musulmán, en la documentación antigua parece como “Habul”, “el monte o zona montuosa”, en acepción entendida posiblemente como zona sin cultivar.

Zarracín: Pago de tierras de cultivo de regadío tradicionalmente dedicado a cañas de azúcar, situado en la zona de levante de la vega de Motril. Lindando con el pago de Balatealmargen, camino a Torrenueva y el Vadillo. Estaba dividido en dos zonas Zarracín Alto y Zarracín Bajo, ambos con tierras de gran calidad. En los documentos antiguos parece, también, como Jarracín y Xarraçín. En teoría podría ser el “Pago de los Sarracenos”, del plural arábigo “sarraqīn”, sarracenos. Pero, también, podría reflejar el nombre personal o étnico “Sarracinus”, probablemente aludiendo a un propietario musulmán llamado así.

Jarea:  Pago y cortijo de la vega de Pataura situado al norte de lo que fue la antigua alquería del mismo nombre, alindando con la acequia principal y el rio Guadalfeo, dedicado principalmente al cultivo de la caña de azúcar, pero también morales, algo de frutales y viñas y en la actualidad  cultivos subtropicales. Esta zona se situó el antiguo ingenio azucarero de Pataura que bajo diversos propietarios estuvo en funcionamiento hasta el siglo XVIII. En la documentación antigua aparece como Xarea, Xaria y Halea. El topónimo es musulmán y proviene de “šarīʿa” cuyo significado es “explanada u oratorio al aire libre”, lugar donde se congregaba los musulmanes para realizar la oración en común en determinadas festividades.

Panata: Vega o zona de regadío en el término de Motril situada al norte de Pataura, limitada entre la acequia principal y el rio Guadalfeo. Zona tradicionalmente plantada de cañas de azúcar, frutales, parrales, y morales y hoy de cultivos subtropicales. En época mudéjar la familia motrileña Acenbuche tenía gran parte de la propiedad de esta vega. Seguramente el nombre del topónimo actual es una deformación castellana del término árabe “faddãn” cuyo significado es campo. En la documentación antigua aparece escrito como Fadín al Zorzal, Hablazorzal, Zorza y Fanata el Zorzal. Seguramente de este último término derivaría la deformación castellana que acabó nombrando a esta vega como Panata. Su nombre sería “Faddãn al zurzūr”, “Campo del Zorzal o de los Zorzales”.

Cantarranas: Curiosa deformación castellana para un topónimo de origen musulmán de un pago de la vega de Motril situado entre la acequia principal y el camino de Salobreña. En esta zona de la vega considerada de tierras de relativa buena calidad, aunque a veces inundables. Se plantaban cañas de azúcar y morales. En la documentación antigua aparece nombrado como Catarar Alhijar, Catarar Alhejar, Cantar Talhijar. El origen del topónimo es, también musulmán. Su significado sería “Qantara”, puente y “al-Hayar”, piedra; el “Pago del Puente de Piedra”.

La Nacla:  Contaba Tomas de Aquino y Mercado en su Historia de Motril, escrita en 1650, que el año 1493 en 4 de enero, Pedro de Rojas, continuo de su majestad católica del rey don Fernando, vendió  en la ciudad de Granada a Isabel Mocha, nuevamente convertida a nuestra fe, que antes se llamaba Axa hija de Abrahan el Mocho, nuevamente convertido, y mujer de Hernando Atarxa que antes se llamaba Hacer sirviendo de lengua Rodrigo de Alhama, que antes se llamaba Said Admit, el heredamiento de la Nacla que tenía en Motril y que fue hacienda de las infantas hijas del rey moro Zogoibi con todo lo que le pertenece de suerte, alberca, huertas, abrevaderos, casa, torre y recreaciones; la citada venta fue otorgada en Granada el año y día dicho ante Gonzalo Fernández Colombres, escribano y notario público de los reyes y de Granada. Esta escritura la tenía en su poder, de donde Aquino sacó los datos, Juan Ruiz de Rueda vecino de esta villa que en esos años del siglo XVII poseía la dicha Nacla y era el recreo de esta villa a donde por desahogo se van a holgar los vecinos por su amenidad. A mediados del siglo XVIII, la Nacla era de la familia Pineda y la finca estaba plantada de árboles frutales, almendros, morales, perales y hortalizas. Tenía una parte de tierra de riego y obra secano; dos casas de campo y varias albercas. La fuente natural que había en la Nacla sirvió para llevar agua a la ermita de San Antonio y hasta el convento de Capuchinos. La zona se prácticamente intacta hasta los años 70 de siglo XX, ha sufrido posteriormente una enorme trasformación. El topónimo es musulmán, “Al-Naqra”, cuya traducción puede ser “hoyo, fosa, rambla profunda y seca o terreno bajo y encajonado”.

Magdalite: Conjunto colinas y lomas bajas situadas al oeste de Motril, entre la rambla del Cuerno y camino de Granada a levante y el rio Guadalfeo a poniente. Desde época musulmana estos montes fueron muy ricos en el cultivo de viñedos de secano de muy buena calidad, admirados en todo el reino de Granada. Su cultivo comenzó a decaer al fin del siglo XVIII y se extinguió definitivamente con la plaga de la filoxera a fines del XIX, siendo utilizados sus terrenos posteriormente para olivos y almendros. En la actualidad dedicados a cultivos subtropicales. Fue famosa la fuente del “Macerol” en el monte Hacho, cerca del nacimiento de la Rambla de la Brujas. Se accedía a estos montes por los caminos de Minasierra, de Pataura, de Panata y el camino de los Perdidos del Vicario. Estuvieron estos montes muy poblados de cortijos. La viña más conocida fue la que poseyó desde principios del siglo XVII Alonso de Contreras. En los documentos antiguos también aparece denominado Magalite, Magalit, Magdalit, Mogalite, Magalete y Madalite El topónimo es musulmán, y su significado puede provenir del término árabe “Mogalit”, cuyo significado es “terreno áspero”. Otros autores lo hacen provenir de la palabra mozárabe “Mágaro”, “Cebolla albarrana”.

Hay muchos más topónimos de origen no castellano y muy interesantes en el territorio motrileño, el espacio de este artículo no da para más. La Toponimia es un instrumento muy útil para el estudio de las realidades territoriales, actuales e históricas y puede proporcionar una importante información sobre la historia de nuestra ciudad y sus grandes procesos de trasformación con el paso del tiempo y un mejor conocimiento de la identidad histórica de Motril y sus habitantes.

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