VERBA VÓLANT

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LE PETIT NICOLAS

TERESA MARTÍN -Escritora-

Vamos a tomarnos un minuto, tal vez unos cuantos y hagamos un pequeño paréntesis. No sé si os pasa, pero a veces tanta información produce el efecto contrario, esto es, una mayor desinformación. Bien vale, para este caso, el refrán de quien mucho abarca, poco aprieta.

Hoy me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca este singular y también pequeño personaje que nos viene acompañando en desayunos y sobremesas desde el pasado mes de Octubre.

En la obra de literatura infantil de René Goscinny, Le petit Nicolas, de quien hábilmente se ha tomado prestado el sobrenombre para el joven Fran, se presenta a Nicolás, como un niño travieso cuyas “maldades” traen de cabeza a sus padres y profesores.

Y así es como se nos ha vendido, informativamente hablando, este caso. Como un botón de muestra de la tan genuina picaresca española.

Un pillastre. Si preguntas a la gente que opina del pequeño Nicolás, sale el chiste, te ríes y te cagas en la madre que parió a este crack de la fabulación, pero te sigues riendo.

Pero, de donde sale Nico? Es tan fácil que un chaval con carita de huevo, ojos azules y jersey de pico, se pasee por las instituciones españolas por todo el morro?

Yo no me lo creo, porque si me lo creo, Houston, tenemos un problema…como el que tuvo la reina de Inglaterra, cuando se le coló un periodista en el servicio doméstico.

Particularmente pienso, que todo es fruto de la enferma cabecita de Fran y sus orgasmos mentales, pero es posible, a tenor de los datos, elaborar una hipótesis, más o menos coherente, acerca del personaje.

Vamos a ello y conste que esta vez no me quedan más narices que cobijarme bajo el manto del “presunto” no vaya a ser que el CNI se nos cabree.

Fran es un niño tranquilito, bien educado, nacido en el seno de una típica familia de clase media. Hasta ahí, todo normal, si obviamos el hecho, de que su abuelito, el ex capitán de la Guardia Civil Vicente Gómez Iglesias, fue condenado a seis años de prisión por participar en el Golpe de Estado de 1981, y que nuestro angelical chavalote, vivía con él desde la tierna edad de los catorce añazos.

Podemos presuponer que algunilla influencia, modo batallitas del abuelo, podría haber calado en el muchacho y también que el cerebro de Nico, puesto a maquinar como hacer carrera sin esforzarse mucho, utilizara esta carta de presentación de nietísimo, para introducirse en un partido político que no logra desligarse de su más rancio pasado.

Fran accede de la mano de su mamá a la sede del PP de Chamartín, y lo presenta: Aquí os traigo a mi muchacho dispuesto a echar una mano en lo que sea, sin miedo oigan, es de los nuestros.

Y así, a lo tonto y a lo pavo, a Fran se le empiezan a abrir puertas, primero de Ayuntamientos, luego de Consejerías de los Ministerios, hasta llegar a las de la mismísima Zarzuela.

Y como quiera que el muchacho se movía por todas partes, y en todas partes hay alguno con complejos de procedencia, que debe escalar para reafirmarse en su puesto, estos cebollas, se hacen la foto con Nico, le dan palmaditas en la espalda, le enredan sus dedos en ese pelito ondulado y negro y le invitan a comer, a una reunioncilla de empresarios, no vaya a ser que si le hace el vacío, le llueva alguna reprimenda de instancias superiores.

A este pijito con cara de huevo, se le presupone una ascendencia de los más azulada.

Pero… Qué tiene Fran en su poder que tanto asusta?

El niño tiene fotos, tiene mails y tiene whatsapps. Tiene un perfil en Facebook con todas las fotos de sus contactos importantes haciéndole carantoñas y además tiene a buen recaudo, otras tantas que ya no son inocentes del todo.

Tiene, para regocijo de los interesados, un chalet que le paga la empresa Asistencia y Construcciones de Obras SL, alquilado a Kyril de Bulgaria, en donde, parece ser, se lo han pasado pipa.

Y ahora va el “presunto”: presuntamente por ese chalecito de lujo de la calle Carbonero y Sol 32, pasaron numerosos empresarios a quienes Fran consiguió entrevistas con adláteres del Secretario de Estado de Comercio.

Comieron, bebieron, durmieron la mona y tal vez también, se apunta, llevaran a algunas amigas para dar un toque femenino al ambiente, todo de lo más habitual en este país de Bárcenas, tarjetas Black, Gürtel, ERES, Púnicas etc.

No creo que haya mucho más que una imaginación desbordante y que “en ocasiones… veo idiotas”.

La cámara del móvil de Nicolás hizo el resto.

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