Solemne Vía Crucis en la iglesia Mayor

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                                               DOMINGO LÓPEZ FERNÁNDEZ

            Durante estos días las cofradías y hermandades motrileñas andan apurando el escaso tiempo que queda para la celebración de la Semana Mayor. Prácticamente nos encontramos a sus puertas y son ya muy contados los actos que vienen siendo convocados por sus correspondientes juntas de gobierno. En el conjunto de ellos y como punto final de sus actos cuaresmales, el pasado viernes, 15 de marzo, la Muy Antigua Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús y Primitiva y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santa Vera Cruz (Cristo de la Expiración) y María Santísima del Valle, celebraba en la iglesia Mayor un solemne Vía Crucis que estuvo presidido por la auténtica reliquia del madero en que fue crucificado Jesús y que recibe culto en la catedral granadina.

La reliquia del “Lignun Crucis” llegaba esa misma tarde procedente de Granada para ser recibida a las puertas de la iglesia por su párroco, D. José Albadalejo Hernández y la propia junta de gobierno de la cofradía motrileña que auspiciaba el acto. La entrega del mismo la verificaba el sacerdote y Delegado de Patrimonio de la Curia Granadina D. Antonio Muñoz Osorio y, ya en procesión y precedida de ciriales hacía su entrada en el templo para solemnizar el acto del santo Vía Crucis. La reliquia se hallaba situada en una pequeña hornacina de cristal ubicada el extremo del “Stipe” de una cruz plana de bellos remates y pie de orfebrería, figurando en su cruceta una antigua pintura de Cristo crucificado.

Con toda solemnidad el “Lignun Crucis” fue trasladado hasta el altar e inmediatamente dio comienzo la lectura de las estaciones en todas y cada una de las capillas del templo. Tras pronunciarse las catorce estaciones el acto se daba por concluido con el rezo de dos oraciones dedicada a Cristo y la Virgen María. Con posterioridad dio comienzo la sagrada eucaristía de la tarde, y a su conclusión, el Delegado de Patrimonio de la Curia Granadina subía al altar para explicar el significado y características de la reliquia traída expresamente desde la catedral  metropolitana. Según el canónigo, se trata de una obra de arte diseñada y confeccionada por el artista granadino Alonso Cano y por tanto de gran antigüedad y que es la primera vez que sale de Granada para ser ofrendada en un acto como el que le ha tocado vivir a la ciudad de Motril. Finalmente, el “Lignun Crucis” quedó expuesto a los fieles para su contemplación, siendo muchos los que se prestaron a besar la reliquia en la peana de la cruz.

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