✍Antonio Gómez Romera
Domingo, 21 de diciembre de 2025
EN EL CIV ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL ESCRITOR Y ENSAYISTA “TITO” MONTERROSO, MAESTRO DE LA MINIFICCIÓN
Tal día como hoy, domingo, 21 de diciembre, festividad de San Pedro Canisio (Pieter Kanijs, 1521 – 1595), teólogo y catequista conocido como “El segundo Apóstol de Alemania”, Patrón de la prensa religiosa y de los consultores, en la quincuagésima primera semana de 2025, se cumplen 104 años (miércoles, 1921), del nacimiento en Tegucigalpa (Honduras), del escritor, narrador y ensayista, “Tito” Monterroso (Augusto Monterroso Bonilla). Es considerado como uno de los “Maestros de la minificción”: el relato más breve de la literatura hispanoamericana es su “Dinosaurio” (1959): “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.
Sobre su nacimiento Tito Monterroso recuerda que “En la misma forma en que nací en Tegucigalpa, mi feliz arribo a este mundo pudo haber tenido lugar en la Ciudad de Guatemala. Cuestión de tiempo y azar”. Es un hombre preocupado por los cambios sociales en Latinoamérica. Lucha desde temprana edad por una sociedad más justa y democrática y sufre severas represalias que lo fuerzan a dos exilios. Según Tito “La vida es cruel. La literatura tiende a suavizar esa crueldad».

Breves Notas Biográficas
Augusto Monterroso es hijo de la hondureña Amelia Bonilla Valdés y del guatemalteco Vicente Monterroso Lobos. Aunque es hondureño de nacimiento, él se considera guatemalteco por convicción y mexicano por adopción. Tiene un hermano mayor, César, y una hermana menor, Norma, pero muchas veces oyó a su madre hablar “con tristeza de otros dos hermanos previos que habían fallecido siendo muy niños, y cuyos nombres no recuerdo ni vi nunca en ningún documento”.
Su padre funda diversos periódicos y revistas, invirtiendo (y perdiendo) dinero propio y de su esposa, a la vez que por motivos de trabajo vive llevando siempre consigo a su familia entre Tegucigalpa y Guatemala. Entre uno y otro cambio, transcurre la infancia de Augusto, y debido en parte a estos traslados, aunque él lo atribuye a la pereza y al miedo que le causa la escuela, no llega a completar el quinto año de primaria. Deja los estudios con 11 años de edad y se vuelve autodidacta, lo que “me asustó; pero ahora estoy convencido de que el Tratado de derecho romano que leí en mi adolescencia por puro gusto me ha sido más útil en la vida y como escritor que a muchos abogados, el Nuevo testamento que a muchos curas, y el Manifiesto comunista que a muchos sociólogos profesionales”.

Tito Monterroso se cría y educa en el seno de una familia bohemia y muy liberal, con linaje de abogados y militares, en la que se lee y se frecuentan los contactos con los intelectuales, artistas, toreros y músicos de la época. Cuando Tito tiene 15 años de edad (1936), la familia se establece en la ciudad de Guatemala. Poco después, su padre fallece en la calle, borracho y abandonado por sus amigos. Su madre lo había echado de la casa después de despilfarrar la fortuna de la familia. Al año siguiente, Tito empieza a trabajar como administrativo en una carnicería desde las 4 de la mañana, hasta las 6 de la tarde, entre el olor a vísceras, carne y huesos. No tiene más que un día de descanso al año, el Jueves Santo, ya que el Viernes Santo nadie come carne, y se siente explotado. Allí, Alfonso Sáenz, su jefe, al darse cuenta de su talento, le estimula a leer autores clásicos y le regala libros de Shakespeare, Lord Chesterfield, Juvenal, Víctor Hugo, las cartas de Madame de Sevigné. Fruto de la timidez y de la inseguridad por la falta de estudios formales, encuentra un refugio en la Biblioteca Nacional de Guatemala, a la que acude por las noches durante varios años. Es así como alterna la necesidad de aprender que le va a acompañar toda la vida con su trabajo en la carnicería.
Hacia 1940, forma junto a algunos amigos lo que en Guatemala se conoce como la “Generación del 40”. El 22 de mayo de 1941 fundan la “Asociación de Artistas y Escritores Jóvenes de Guatemala” (AEJ), también conocida como “Grupo Acento”. En 1941 publica sus primeros cuentos en el diario guatemalteco “El Imparcial” y en la Revista “Acento”. A la vez, comienza a organizarse haciendo un trabajo clandestino y peligroso contra la dictadura de Jorge Ubico Castañeda (1878 – 1946), en el poder desde 1931.

Con 22 años de edad (1943) deja su trabajo en la carnicería y, un año después, Tito lucha contra el sistema represivo de la dictadura y participa activamente en las manifestaciones callejeras. Firma un documento histórico, el “Manifiesto de los 311”, en el que se exige la renuncia del dictador Ubico. Pinta en un muro junto a su amigo Francisco Catalán la leyenda “No me Ubico” y son detenidos y llevados a la fuerza a la Jefatura de Policía. Cuando el dictador Ubico cae (junio 1944), Monterroso y sus amigos fundan un periódico político, “El Espectador”, a causa del cual el escritor y un compañero son detenidos por el sucesor de Ubico, el general Federico Ponce Vaides (1889 – 1956). Sin embargo, ambos logran escapar y pedir asilo en la Embajada de México. Lo que pasó en realidad es que aprovecharon un descuido de los policías para salir corriendo de la jefatura. Llovía a cántaros y los policías no les persiguieron.
Concedido el asilo por el embajador, y una vez establecida su calidad de perseguidos políticos, llegan custodiados hasta la frontera de México. Es septiembre de 1944. Llega a México con una bandera mexicana en la maleta, los “Ensayos” de Montaigne y el dinero suficiente para comprarse un par de cervezas. En Ciudad de México se establece y desarrolla, prácticamente, toda su excepcional vida literaria. Trabaja en lo que puede para subsistir. No obstante, desde los primeros días, se las arregla para asistir todas las tardes a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde traba amistad con escritores mexicanos y de otros países de América Latina.

En México, su labor política se mantiene. Después del gobierno guatemalteco de la Junta Revolucionaria que toma el poder de manos de Ubico y permite a la Asamblea hacer una nueva Constitución y realizar elecciones, Juan José Arévalo Bermejo (1904 – 1990) gana la presidencia el día 15 marzo de 1945. Tito se presenta en la embajada de Guatemala a solicitar trabajo e ingresa en la diplomacia.
En 1952 publica en México “El concierto” y “El eclipse”, dos cuentos breves que le inician en su quehacer como escritor. En su carrera diplomática va escalando puestos hasta obtener en 1953 la categoría de vicecónsul. En ese mismo año le informan de su cambio de plaza a La Paz (Bolivia). Tito deja a su familia y a su novia, Dolores Yáñez, en la Ciudad de México. Dolores se encarga del papeleo necesario para contraer matrimonio a distancia y Juan Rulfo es su representante legal en la boda. Tienen una hija, Marcela (1957).
En marzo de 1954, apenas llega su esposa a Bolivia, es derrocado el gobierno de izquierda de Jacobo Árbenz Guzmán (1913 – 1971). “Renunció el Secretario de la Embajada de Guatemala” anunció El Diario de La Paz; los motivos: no servir a un gobierno impuesto por la CIA. Monterroso se exilia en la ciudad de Santiago de Chile y allí sobrevive con trabajos mal remunerados, pasa hambre y es arrestado un 25 de diciembre. En esas fechas, Pablo Neruda (Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, 1904 -1973) lee en el teatro Caupolicán un texto que Monterroso escribió sobre la caída de Árbenz. “Una vez más, hace un año, mi patria se ha visto azotada por un nuevo huracán, otra vez fuerzas extrañas han arrasado con todo: con los hombres, con el maíz, con el ganado, con los libros. Y he visto a grupos de otros hombres armados hasta los dientes destrozar las sementeras y abatir sin misericordia a los campesinos, y los ríos teñirse con la sangre de mis hermanos”.

Cuando juntan el dinero suficiente para pagar el viaje, regresan a México (1956). “Estamos más pelados que ratas”, le escribe Tito a su hermana. “Los libros sí me dio lástima dejarlos, porque es de las cosas que uno no repone nunca”. Sus amigos le ayudan a ingresar en El Colegio de México y luego a la Universidad Nacional Autónoma de México como editor y corrector de estilo de la Revista de la Universidad y empleado de la Dirección de Publicaciones. Se vincula también al Fondo de Cultura Económica como corrector de pruebas y ocasional traductor.
En 1957, ya no lucha publicando periódicos de protesta, ni pintando muros, ni en la diplomacia; lo hace con la firma de comunicados y la escritura de artículos o textos breves. Cuando Tito publica su primer libro “Obras completas (y otros cuentos)” (1959) es ya un autor maduro, complejo. En la época de las grandes novelas del realismo mágico y de la épica histórica, él opta por la literatura breve y excéntrica. Y, después de escribir cuento y minificción, intenta uno de los géneros más antiguos, la fábula.
Después del divorcio con Lolita (Dolores Yáñez) y la publicación de su primer libro, Tito vuelve a quedarse solo, aunque ahora tiene a su hija Marcela a quien debe sostener; así se explica que acepte un trabajo en el Banco de México como corrector de estilo: corrige el informe anual de actividades y los discursos de burócratas. El contrato es primero de 6 meses y luego se extiende a 1 año. Se trata de un trabajo que hace en su casa. Se desplaza únicamente para ir a la universidad, donde conserva su empleo en el Departamento de Publicaciones. Está solo, sin pareja, dos años, hasta que conoce a Milena Esguerra; ella es colombiana, guapa, elegante, de carácter fuerte y directa en el diálogo. Ha trabajado en la revista Prisma, de crítica de arte, y está muy cercana al grupo de la revista literaria Mito; ambas publicaciones revolucionaron la cultura en Colombia. A Tito le agrada que ella sea extrovertida, culta, interesada en aprender y crítica en su aprendizaje. A ella le gusta que la haga reír y sea un hombre connotado dentro del medio cultural. Ambos contraen matrimonio en la iglesia de Chimalistac, el 21 de diciembre de 1962, día del 41 cumpleaños de Tito, y de esta unión nace su segunda hija, María (1966).

En 1969, se publica “La oveja negra (y demás fábulas)”, que lo catapulta al reconocimiento más amplio y definitivo. Ese mismo año se hace cargo del Taller de Cuento de la Dirección General de Difusión Cultural de la UNAM, así como del Taller de Narrativa del Instituto Nacional de Bellas Artes. También, en octubre de 1970, participa en uno de los talleres de Bárbara Jacobs (1947), hoy reconocida escritora mexicana, que se va a convertir en su tercera esposa en 1976.
En 1978, sale a la luz la única novela del autor: “Lo demás es silencio (La vida y la obra de Eduardo Torres)”. Así, discretamente, paso a paso, sin prisas pero sin pausas, Tito Monterroso se va haciendo un lugar más que respetable en las letras hispánicas.
La década de 1990 le traen más premios y distinciones honoríficas, como la investidura de “Doctor Honoris Causa” por la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Orden Miguel Ángel Asturias y el Quetzal de Jade Maya, de la Asociación de Periodistas de Guatemala. Y, en México, el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo. Además, en el año 2000 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de las Letras por su brillante carrera literaria. El jurado, presidido por el presidente de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha (1934), destaca su »cervantino y melancólico sentido del humor de uno de los autores más singulares de la cultura hispana» y su »ejemplar trayectoria como ciudadano, con la dura experiencia del exilio».

Colofón
Hasta su muerte, acaecida en Ciudad de México en la noche del 8 de febrero de 2003, trabaja en la segunda parte de sus memorias. La biblioteca personal de Augusto Monterroso está repartida entre la Universidad de Princeton (Estados Unidos), el Museo del Estanquillo, en Ciudad de México, y la Universidad de Oviedo. No obstante, la inmensa mayoría está en Oviedo, en la biblioteca de Humanidades del campus de El Milán.






