✍Antonio Gómez Romera
Domingo, 17 de agosto de 2025
En el LXXX aniversario de la publicación de ‘Rebelión en la granja’, obra del escritor británico George Orwel

Hoy, domingo, 17 de agosto, festividad de San Jacinto, en la trigésimo tercera semana de 2025, se cumplen 80 años (viernes, 1945) de la publicación en la Editorial británica Secker & Warburg, de “Rebelión en la Granja”, la quinta novela del escritor, periodista y cronista de guerra británico George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903 – 1950), nacido en Motihari, la India británica.
En 1943, George Orwell deja su trabajo en la BBC para escribir su novela “Rebelión en la granja” (“Animal farm”) y trabajar como director literario en la redacción del diario “Tribune”. La novela es rechazada por varios editores: Gollancz, Jonathan Cape y Faber & Faber.

En el año 1945, Inglaterra es aliada de la URSS en su lucha contra la Alemania nazi en la II Guerra Mundial. En ese contexto, Orwell escribe esta novela corta, de sólo 10 capítulos, una obra que puede ser considerada como el mejor exponente anti totalitarista de la Literatura Universal. De hecho, sus páginas encierran tras la alegórica imagen de una granja, una furibunda crítica contra el nazismo y, sobre todo, el comunismo de la URSS, pues es una sátira devastadora sobre la degeneración del régimen soviético en la época de Stalin. El carácter universal de su mensaje la convierte en una obra fundamental para comprender la corrupción engendrada por el poder absoluto.
El libro no llegó a ser publicado y fue prohibido en el Bloque del Este y en una Inglaterra que no toleraba indeseables opiniones en contra de su entonces aliado soviético. Sin embargo, en EEUU, sí que tiene una gran acogida gracias a su carácter antinazi y anticomunista. La novela corta, de sólo 10 capítulos, es de inmediato un éxito mundial al tiempo que recibe el rechazo de los intelectuales de la izquierda comunista, ya que es una vitriólica y detallada crítica satírica del régimen soviético y de Iósif Stalin (1878 – 1953).

El argumento de la novela se centra en la granja Manor, donde los animales son explotados, maltratados y sacrificados por el granjero Jones. El señor Jones se va a dormir y se produce un alboroto en toda la granja. El Viejo Mayor, un cerdo de doce años, reúne a los animales de la granja para hablarles; llegan los tres perros, los dos caballos de tiro, la cabra, el burro, las vacas, las gallinas, un grupo de patitos, la gata y, por último, el cuervo. Les cuenta un sueño que tuvo sobre una edad primigenia en que los animales eran felices y les dice que todos los males de los animales, de sus vidas, provienen de la tiranía de los hombres. “Eliminad al hombre y el producto de nuestro trabajo nos pertenecerá”. Les propone rebelarse contra la raza humana y que cuando derroten al hombre no deben reproducir sus vicios ni parecerse a él.

Todos los animales son iguales y no deben explotarse ni matarse entre ellos. Y juntos cantan una canción: “Bestias de Inglaterra”. Tanto alboroto despierta al señor Jones que piensa que han entrado intrusos y disuelve la reunión a escopetazos. Con el tiempo, el Viejo Mayor muere y otros cerdos se organizan para preparar la rebelión. Los líderes son Snowball, Napoleón y Squealer, que enseñan a los otros la doctrina del animalismo. El señor Jones, por una serie de pleitos perdidos, se dedica a beber y descuida la granja y como no da de comer a los animales éstos se rebelan y a coces y mordiscos echan al Sr. Jones y a sus peones de la granja. Bajo esta actitud, los animales se organizan. Los cerdos Napoleón y Snowball han aprendido a leer y escribir y redactan los siete mandamientos de los animales, a la vez que se organizan para recoger el heno y ordeñar la leche de las vacas. Los cerdos no trabajan propiamente dicho pero supervisan y dirigen por su mayor conocimiento. Organizan comités para discutir y aprender nuevos temas y crean una bandera verde que representa los campos de Inglaterra. La leche y las primeras manzanas se reservan en exclusividad para los cerdos y ante las protesta de los otros animales se les dice que se ha de preservar la salud de los cerdos para que no vuelva el Sr. Jones.

Entre los animales que protagonizan éste libro están reflejados todos los personajes relevantes de la Revolución Soviética: los cerdos son los líderes revolucionarios que se convierten en una casta tirana; el caballo es la clase obrera explotada y alienada, cuyo lema es “trabajaré más duro”, o las ovejas y las aves que son la masa analfabeta. Al principio la granja prospera bajo la gestión de los cerdos, pero “Rebelión en la Granja” es un llamamiento desesperado en favor de la libertad de expresión y el ejemplo que mejor lo ilustra es la ley por la que se van a regir: los 7 Mandamientos que se escriben y colocan en la pared de la granja:
1. Todo lo que camina sobre dos pies, es un enemigo.
2. Todo lo que camina sobre cuatro patas, nade o tenga alas, es un amigo.
3. Ningún animal usará ropa.
4. Ningún animal dormirá en una cama.
5. Ningún animal beberá alcohol.
6. Ningún animal matará a otro animal.
7. Todos los animales son iguales.

Son éstos, los Mandamientos que todos los animales de la granja repiten machaconamente. Después de haber expulsado a Snowball, único cerdo que hace sombra al cerdo Napoleón, éste comienza a gobernar la granja de forma un poco distinta a lo establecido en un principio. Así, tras unos años de mandato absoluto, los 7 mandamientos se reducen a 3:
1. Ningún animal dormirá en una cama con sábanas.
2. Ningún animal beberá alcohol en exceso.
3. Ningún animal matará a otro animal sin motivo.
Al final, nada queda como era en un principio e, incluso, los cerdos comienzan a andar sobre dos piernas, a tratar con las otras granjas regidas por humanos y a comportarse como el antiguo dueño que la revolución derrocó. Entonces, en la granja, en la pared de los 7 mandamientos sólo queda una única frase que dice: “Todos los animales son iguales, pero unos son más iguales que otros”.

Con humor y acidez, con una trama muy ingeniosa, a veces divertida, otras triste y cruenta, Orwell señala las incongruencias, las injusticias, las crueldades y atrocidades del régimen totalitario. La crítica a la manipulación que los gobiernos autoritarios ejercen sobre sus pueblos es aquí diáfana. Posiblemente, Orwell sea el mayor defensor de la democracia y los derechos y libertades del ciudadano en todo el siglo XX.
El dibujante y caricaturista británico Ralph Steadman (1936) ha declarado que “Rebelión en la Granja se ha quedado sin oposición. Es tan válida hoy como hace cincuenta años”. Y la crítica ha dicho sobre ésta obra de George Orwell numerosas afirmaciones que encumbran a su autor. Así T.S. Eliot (1888 – 1965) afirma que es “Una obra literaria perfecta”. Evelyn Waugh (1903 – 1966) que “George Orwell es un hombre con extraordinario sentido moral y con un enorme respeto por la justicia y la verdad”. Ruth Rendell (1930 – 2015) que se trata del “libro que todo el mundo, toda la gente de a pie, debería leer. No ha perdido un ápice de lucidez en cincuenta años”. El español Antonio Muñoz Molina (1956) refiere de su autor que “casi antes que nadie, él comprendió que la corrupción de las palabras es un síntoma y a la vez la causa de la corrupción del pensamiento”. Por su parte Arthur Koestler (1905 – 1983) afirma que “desde Los viajes de Gulliver no se ha escrito una parábola tan profunda, mordiente y satírica como Rebelión en la granja”. Finalmente, Guillermo Altares Lucendo (1968), en El País, afirma que George Orwell es “un intelectual radicalmente independiente cuya obra es de una claridad moral insobornable”.

Antes de que Orwell falleciera “Rebelión en la Granja” ya se había traducido a dieciséis idiomas, y hoy en día sigue publicándose y adaptándose a otros lenguajes como pueden ser el cómic, el cine o la televisión.





