✍Antonio Gómez Romera
Domingo, 3 de agosto de 2025
EN EL XXXIX ANIVERSARIO DEL MULTITUDINARIO CONCIERTO DE “QUEEN” EN MADRID
Hoy domingo, 3 de agosto, festividad de Santa Lidia, negociante en púrpura de la ciudad de Tiatira que fue bautizada por el apóstol San Pablo, en la hoy trigésimo primera semana de 2025, se cumplen 39 años (domingo, 1986) del multitudinario concierto de la banda británica de rock “Queen” en el madrileño Estadio del Rayo Vallecano.

ANTECEDENTES
De la película “Highlander”, (Los Inmortales), al disco “A King of Mágic”
El director de cine australiano Russell Mulcahy (Melbourne, 1953), pide a los miembros de “Queen” que graben la banda sonora para su película “Highlander” (“Los inmortales”, 1986), y éstos acceden, contando en el estudio con otros músicos y una orquesta. El arreglista y compositor estadounidense Michael Kamen (1948 – 2003), también va a estar en el proyecto y aporta unos brillantes arreglos orquestales con la “National Philharmonic Orchestra” a la hermosa canción “Who wants to live forever” de Brian May (Londres, 1947), músico, compositor, cantante, multi-instrumentista, activista y astrofísico británico, conocido por ser, guitarrista, compositor, vocalista y, en ocasiones, teclista de la banda de rock “Queen”.
Pronto, el grupo “Queen” aparca la idea de que sea un disco sólo para la banda sonora y, de hecho, “A King of Magic”, su duodécimo álbum de estudio, suele considerarse la “banda sonora oficiosa” de la película, ya que seis de las nueve canciones de “A King of Magic”, aparecen en la película, pero en versiones alternativas más largas. La canción que da nombre al álbum, “A King of Magic”, de Roger Taylor (1949), músico, compositor, multi-instrumentista y productor cinematográfico británico, destacado por ser batería de la banda de rock “Queen” posee todos los ingredientes que caracterizan a las canciones del grupo: ágil, con ritmo y absolutamente memorable. Sale al mercado en marzo de 1986 y llega al número 3 de las listas de éxitos del Reino Unido. El video de Russell Mulcahy para el disco sencillo ayuda mucho: en él, Freddie Mercury (1946 – 1991) es un mago que convierte a tres vagabundos en músicos. “A King of Magic” entra en las listas de álbumes del Reino Unido en el puesto número uno y vende millones de ejemplares en todo el mundo cuando es lanzado a través de la gira que arranca en Estocolmo (Suecia) el sábado, 7 de junio de 1986.

La gira “Magic Tour”
A finales de 1985, se reúne el grupo para discutir cómo llevar su música a sus seguidores de una manera más impactante que nunca, con un espectáculo multimedia que combine su música con elementos visuales innovadores, luces dinámicas y fuegos artificiales y una grandiosa producción. “Magic Tour» lleva a “Queen” a recorrer Europa, en su más grande y exitosa gira, para promocionar su disco “A King of Magic”.
Durante 64 días, entre el sábado, 7 de junio, y el sábado, 9 de agosto de 1986, el grupo hace disfrutar a su público con 26 conciertos a lo largo de 11 países europeos (Suecia, Holanda, Francia, Bélgica, Alemania, Suiza, Irlanda, Austria, Hungría, España y Reino Unido). A recordar dos fechas: el viernes 11 y el sábado 12 de julio, con sus míticos conciertos en el ya desaparecido Estadio de Wembley de Londres ante más de setenta mil personas cada noche. Y, en España, se vuelve a tener la oportunidad de disfrutar del rock magistral que “Queen” ofrece en ese momento, después de la última visita en 1979, en tres conciertos, celebrados:
● El viernes, 1 de agosto, en el “Mini Estadi” de Barcelona.
● El domingo, 3 de agosto, en el Estadio del Rayo Vallecano de Madrid.
● El martes, 5 de agosto, en el Estadio Municipal de Marbella (Málaga).
“Magic Tour” no sólo consolida a “Queen” como una de las bandas de rock más influyentes de todos los tiempos, sino que también sienta las bases para futuras giras. El impacto visual y sonoro de la producción influencia a innumerables bandas y artistas que llegan después, estableciendo un estándar para lo que se considera un gran espectáculo.

La previa al concierto
En TVE-1, en el programa televisivo “Informe Semanal”, emitido el sábado, 2 de agosto de 1986, la presentadora Mari Carmen García Vela (1942) entrevista a los miembros del grupo “Queen”. La banda lleva siete años sin actuar en nuestro país y en los primeros días de agosto va a actuar en Barcelona, Madrid y Marbella, siendo estas las penúltimas presentaciones en vivo de “Queen” antes de su concierto final en «Knebworth Park» el próximo 9 de agosto. Freddie, quien lleva años sin hablar con los medios de comunicación, al ser preguntado por la música española contesta que él admira y escucha a Montserrat Caballé (1933 – 2018), desde que en 1983 asistiera a una función en la Royal Opera House de Londres – Covent Garden, en la que ella interpretaba “Un Ballo in Maschera” de Verdi y que para él la soprano barcelonesa es la indiscutible número uno.

EL CONCIERTO MADRILEÑO DE VALLECAS
John Deacon (1951), Brian May, Freddie Mercury y Roger Taylor, acompañados por Spike Edney (1951) a los teclados, se presentan la noche del 3 de agosto en el madrileño Estadio del Rayo Vallecano ante 25.000 personas que se agolpan sobre el magnífico y gigantesco escenario en forma de corona que el grupo monta para la gira. Aunque este dato es el oficial, el estadio tiene en ese momento capacidad para veinte mil espectadores durante un partido de fútbol, pero los organizadores no dudan en ofrecer la cifra de casi 40.000 entradas vendidas, lo que explica que el público esté apretado sobre el césped del estadio de la calle Payaso Fofó. El precio de las entradas no es barato: dos mil cuatrocientas pesetas de la época.
Tras la actuación de los teloneros, los alemanes “Craaft”, de voz potente, guitarras agudas y buena batería, la actuación se retrasa. Sobre las 23:30 hrs, se hace la oscuridad absoluta en el Estadio de Vallecas y, de repente, comienzan los fogonazos de luces multicolores e intensas explosiones de humo, a la vez que los acordes de un sintetizador inician la ceremonia de la presentación musical. Es la “intro” de “One Vision”, el tema con el que “Queen” sale a escena. Freddie aparece con un traje blanco de militar decimonónico. Sus ademanes de líder mueven a las masas a las órdenes de su bastón – micrófono. Se presenta a su público en perfecto castellano: “Hola, ¿están ustedes bien? Nosotros, aquí otra vez en Madrid”. La guitarra de Brian no tarda en arrancar alaridos, acompañada del bajo duro y disciplinado de John y de los golpes de Roger sobre su batería negra y estruendosa. Los teclados de Spike elevan la banda a orquesta omnipotente. Myriam S. Servet relata en las páginas de ABC que “Freddie Mercury se convierte en magia viva. Esa clase de magia, de voz poderosa, como cada uno de sus movimientos, esa especie de bella bestia con bigote y pelo en el pecho, desparrama como Rey y Reina del rock más duro de la balada más sublime, de lo hortera y lo provocador”.

También asiste al concierto el jovencito Javier Menéndez Flores (Madrid, 1969), que después va a ser periodista musical, quien relata que: «Pienso en aquella noche y me alegra comprobar que, a pesar de la nebulosa de los años, mi memoria conserva un nutrido álbum de grandes momentos. Pero de entre todos ellos destaca la figura omnipotente de Freddie Mercury, quizá el cantante más atípico que ha dado el rock y, quizá también, la mejor voz, por delante de la de colosos como Elvis, Ian Gillan y Robert Plant. Con su mostacho setentero y su nervioso chasis, que por momentos parecía multiplicarse y cubrir todo el escenario, Freddie era un espectáculo en sí mismo. Porque en él se cumplía al milímetro aquello de que una gran personalidad puede con todo, con todos. Vestido de blanco, con casaca corta primero y una leve camiseta sin mangas después, el hiperactivo cantante refulgía en la noche como un muñeco de neón. Frente a él, entre la selva de cuerpos, sentí que se entregaba a sus canciones más allá del estricto oficio, con alma. En cada uno de los temas que interpretó, y a veces fuera de ellos, fardó cuanto quiso de poderío vocal. Y esas virguerías de su voz fueron celebradas con el entusiasmo que se suele poner ante las descargas de genialidad: gritos, saltos, silbidos, aplausos. Porque estábamos ante uno de los más grandes héroes del rock, una leyenda viva y, conscientes de ello, nos era imposible represar las emociones. Esa noche, insisto, fue la noche de Freddie Mercury, porque su brillo era hipnótico y su presencia apabullante, pero hubo otros alicientes. Recuerdo que los instrumentos sonaban como bombas y que el juego de luces parecía venido directamente del futuro. Nada que ver, en fin, con la cacharrería escénica de los grupos españoles de entonces. Por lo demás, el baterista Roger Taylor y el bajista John Deacon cumplieron de forma notable su cometido rítmico, mientras que Brian May tuvo la habilidad o el don de atravesarnos y elevarnos con esos solos de guitarra que mezclaban belleza y virtuosismo. Me impactó ver con qué facilidad tocaba su Red Special, sin que se le moviera un solo rizo (…). La noche del 3 de agosto de 1986, ninguna de las 30.000 personas que acudimos al Estadio de fútbol del Rayo Vallecano podíamos imaginar que aquella iba a ser la antepenúltima actuación de Mercury con Queen, y es lógico pensar que el propio músico tampoco podía sospecharlo». Continúa el grupo con “Tie your mother down” y “Seven seas of Rhye”, temas explosivos que dan paso al repertorio más melódico de la banda, con “Under pressure”, “I want to break free”, “Bohemian rhapsody”. Y concluye con sus temas más clásicos y partícipes de un bello final, como “Radio ga ga”, “We will rock you”, “Friends will be friends”, “We are the champions” y “God save the queen”.

En palabras de Javier Menéndez Flores, “Antes de abandonar el escenario, Freddie Mercury, la “reina” más viril de la historia, se saltó el protocolo y con un parsimonioso barrido visual nos abrazó fuertemente a todos. Su gesto era el de alguien satisfecho, humano, cómplice. El de alguien que desconocía por completo su sino y se limitaba a disfrutar el grato instante, la vida. Dios lo salve”. Igualmente, el periodista y locutor de radio Santiago Alcanda (Madrid, 1960) en su crónica del diario “El País” del día siguiente, escribe: “El espectáculo de Queen es sin duda prototipo de los conciertos masivos del rock triunfante de nuestros días, donde la imagen viva y el sonido grandioso y sobre todo perfecto es imprescindible”.
La puesta en escena del concierto fue de primer nivel, como merecía una banda de ese calibre. Un sonido potente y perfecto, un escenario descomunal y todo ello, arropado y ensalzado por unos espectaculares juegos de luces que iluminaban el cielo de Madrid con cada destello.

Colofón
A aquel concierto le suceden otros dos, en Marbella y en Stevenage (Inglaterra), al cabo de los cuales la gira toca a su fin y ya nunca más vuelve a haber conciertos con la formación original de “Queen”. Al año siguiente, poco después de la Semana Santa de 1987, a Freddie le diagnostican que es portador del VIH, Virus de Inmunodeficiencia Humana, enfermedad que luego evoluciona a SIDA. Nunca más va a volver a actuar en directo. El domingo, 24 de noviembre de 1991, en Kensington (Londres), fallece a la edad de 45 años a causa de una bronconeumonía complicada por el VIH.
El 3 de agosto de 2007, Brian May, guitarrista de “Queen”, treinta años después de abandonar el Doctorado en Física por la Universidad de Londres por seguir su carrera con “Queen” y la música entrega su tesis doctoral, después de hacer sus últimas observaciones astronómicas en el Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla canaria de La Palma, titulada “Radial velocities in the Zodiacal Dust Cloud” (“Las velocidades radiales en la nube de polvo zodiacal”), en la que demuestra que las nubes de polvo del Sistema Solar se desplazan en la misma dirección que los planetas.

YOUTUBE
● Queen «Dios Salve a la Reina» (Informe Semanal, Spain 02/08/1986) HQ – Magic
Flash.
● Queen – Madrid 1986 (Full concert/Concierto completo) – kunkeiro69.





