La Virgen de las Angustias de Motril será restaurada este próximo verano

José Manuel González/EL FARO

La intervención la realizará el restaurador motrileño Jesús Ortega Fernández, en su taller ubicado en el propio barrio de la Señora

Ntra. Sra. la Virgen de las Angustias de Motril en procesión (Archivo EL FARO)

La Real y Muy Antigua Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias de Motril, tras ser aprobado en Cabildo de hermanos, y contando desde el año pasado con la aprobación del proyecto por parte del Departamento de Restauración de la Archidiócesis de Granada, acometerá en los meses próximos de verano la restauración de su titular, sometiéndola a una intervención de conservación y restauración.

Dicha intervención será realizada por el restaurador motrileño Jesús Ortega Fernández, hermano de corporación de las Angustias, conservador y restaurador reconocido dentro y fuera de Motril, vestidor de la Virgen y autor de sus exornos florales.

«Aunque la imagen no presenta un estado preocupante, sí requiere una limpieza especial en la talla del Cristo, así como diversos tratamientos que permitirán recuperar el esplendor de la Virgen para sus días grandes», se ha subrayado desde la hermandad.

La imagen será retirada del culto en su ermita, pero no saldrá del barrio, pues el taller de restauración se encuentra muy cerquita de la sede canónica, por lo que la Virgen «se encontrará en su barrio, junto a su gente y sus vecinos como siempre».

La Real y Muy Antigua Hermandad de las Angustias en breve dará más información y revelará cuándo se producirá la retirada de la Señora para su intervención.

Un restaurador «orgulloso, emocionado y privilegiado»

Jesús Ortega, ante el reto que tiene por delante, ha expresado unas palabras que hemos recogido en EL FARO, «en los próximos meses tendré el privilegio de restaurar a la Virgen de las Angustias. No es fácil explicar con palabras lo que esto significa para mí. Porque no se trata solo de un trabajo: se trata de Ella. De la Virgen que siempre ha estado ahí. En mi barrio, en mi casa, en mi historia».

«La Virgen no presenta daños graves, pero sí necesita una limpieza y algunos tratamientos y trabajo sobre aspectos funcionales que le devolverán su esplendor, tanto Ella como el Señor. Con el visto bueno de la Archidiócesis y la aprobación del Cabildo de hermanos, se ha esperado al verano, cuando la ermita está más tranquila, para hacerlo todo con el respeto, la dedicación y la calma que merece. Y aunque no estará en su camarín por un tiempo, no se va lejos. Se queda en su barrio. En mi taller. En casa».

«Me siento afortunado, agradecido y profundamente emocionado. Porque no todos los días uno tiene la oportunidad de cuidar a quien tanto nos cuida. De devolverle, con las manos, algo de todo lo que Ella da sin pedir nada. Gracias a la Hermandad por confiarme algo tan grande. Prometo hacerlo con delicadeza, con responsabilidad… y con muchísimo cariño. En casa te esperamos con los brazos abiertos, pues en realidad ya formas parte de nosotros», ha concluido el restaurador.

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