En el Pleno celebrado esta mañana, se ha aprobado, con los votos contrarios de IU, un convenio de planeamiento para ampliación comercial de la zona colindante con Alcampo.
Para la formación de izquierdas el «Planeamiento Urbanístico a la Carta que desde el Gobierno Municipal se está llevando a cabo en los últimos años, está favoreciendo la especulación urbanística y va en detrimento del Pequeño Comercio Local».
«La nueva clasificación de suelo que el Equipo de Gobierno ha aprobado en la zona aledaña al Centro Comercial Alcampo, un suelo clasificado como Suelo no Urbanizable de Protección Agrícola Cultivo Tradicional, para pasar a ser suelo de uso terciario comercial, va a provocar, en primer lugar, un pingüe beneficio a los compradores de este suelo y promotores de este cambio de clasificación, los cuales adquirieron los terrenos como suelo agrícola, evidentemente con un precio inferior, al que posteriormente va a tener ese mismo suelo, al pasar a ser suelo comercial». Ha manifestado la Concejala de IU, Daniela Paqué.
«Pero en segundo lugar- ha continuado la edil- supone un nuevo «palo» y perjuicio para el castigado pequeño comercio local, al autorizar la nueva clasificación del suelo donde se instalaran previsiblemente empresas similares a las existentes en la zona, que perjudicaran directamente al centro comercial abierto de nuestra ciudad».
Para Izquierda Unida esta nueva modificación del PGOU, no está justificada ya que «en la actualidad existen más de 200.000 m² de suelo destinados a este fin distribuidos por nuestro término municipal».
«Así las cosas, tampoco parece lógico justificar este cambio amparándose en los empleos que puede generar, ya que los mismo empleo se generaran en este suelo, como en el ya existente en el Plan y destinado para actividad comercial». Ha añadido Paqué
Para finalizar la Concejala ha recriminado al Equipo de Gobierno esta actuación: «El Equipo de Gobierno está para hacer cumplir la legalidad y el PGOU vigente, pero con estas actuaciones están convirtiendo a Motril en una ciudad donde los pelotazos urbanísticos están al orden del día, como tampoco pueden amparar un planeamiento urbanístico a la carta, modificando y parcheando el existente cada vez que una empresa o ciudadano, supuestamente afín a sus siglas, lo solicite».
