Un reto extraordinario

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Así fue, como ya habíamos anunciado, después de la fiesta de la Virgen del Pilar y antes de Santa Margarita, vino Teresa Jiménez y anunció que el cartel electoral del PSOE en Motril será Flor Almón.

La verdad es que, tomara la decisión que tomara, a Teresa la pillaba el toro de cualquier manera. Tenía el marrón motrileño sobre sus espaldas, pero ha titubeado mucho y eso ha ahondado más en la crisis pesoísta que significados socialistas motrileños han tenido que sufrir por las esquinas y calles de esta ciudad ante el desamparo informativo. Ha faltado habilidad política también a última hora. Si la decisión final de la designación de Flor se hubiera hecho tan sólo dos semanas antes (posibilitando la foto en Sevilla con el resto de candidatos andaluces para ciudades de más de 50 mil habitantes a sus respectivas alcaldías) habría paliado algo los comentarios adversos -fuera y dentro de la militancia- sobre la situación socialista en Motril y se habría aceptado de otra manera la decisión de la ejecutiva provincial. No sólo eso; sino que el retraso y el atracón precipitado a última hora de rumorología por la búsqueda de candidatos ha puesto en evidencia una gestión del problema nada reconfortante para el electorado socialista.

El paso dado de designar a Flor Almón como candidata del Psoe de Motril a las elecciones municipales del próximo mayo es un reconocimiento a la democracia interna. Conviene recordar que ganó dos citas asamblearias de la Agrupación en las que se votó por la Secretaría local y superó la moción de censura de los disidentes.

En la presentación de la candidatura, ante los medios informativos, Teresa Jiménez no aceptaba que en el Psoe motrileño haya «familias». Será a partir de ahora. ¿Va a ser posible el borrón y cuenta nueva?

Toca ahora, para salvar los muebles, olvidar los momentos de crispación interna y evitar el cainismo de Rambla de Capuchinos. Superar estos problemas y los añadidos de imagen en la sociedad motrileña no es tarea fácil para nadie. Si además de luchar contra todas esas adversidades, el objetivo tiene fecha (elecciones municipales en mayo de 2011), la tarea es más que extraordinaria. Hace falta algo más que ser un mirlo blanco.

…Pues el reto lo tiene una mujer, nacida en Motril, que no ha empezado a gastar la cuarentena, con estudios universitarios -Licenciada en Ciencias Políticas-, con asiento en el Parlamento andaluz, libre de obligaciones domésticas y casi cinco lustros de militancia socialista. Y, lo más importante, que manifiesta «no asustarle» el reto y estar dispuesta a trabajar por ello.

No le han faltado agoreros y lapidadores de malos resultados. Cierto que el estrés interno del partido, los malos momentos en el Gobierno de la nación y el auge de los populares, no es el mejor escenario para Flor Almón en su apuesta. Pero a su favor tiene entusiasmo y fortaleza para atravesar la pasarela de ascuas hasta el final.

Es un valor socialista que no está amortizado. No obstante, le va a hacer falta algo de generosidad por su entorno más indiferente, perspicacia para elegir el Comité Electoral y que su salud aguante.

Lo demás lo va a poner ella.

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